La economista Bettina Horst hace un llamado de atención. «Lo peor que nos puede pasar y la mayor frustración que podríamos sentir es que finalmente gane la elección alguien que hizo grandes promesas, pero que simplemente no se puedan cumplir», alerta.

Para Horst el país atraviesa la situación económica más delicada de los últimos 30 o 40 años y «el próximo gobierno que llegue, independiente del color político, tendrá que hacerse cargo de eso», advierte en conversación con la periodista Pilar Molina en el programa «Mirada Líbero en Agricultura».

Horst es Directora Ejecutiva de Libertad y Desarrollo, un cargo que recién asumió el pasado 10 de junio, y antes tenía a su cargo la Dirección del área de Políticas Públicas de la fundación. En el diálogo se refiere a las propuestas económicas que han presentado los candidatos presidenciales, en especial el abanderado comunista Daniel Jadue. Con respecto a este último señala que el mundo, en general, se viene alejando de muchos de sus planteamientos, en especial lo referido a las pensiones. Además, subraya que «respecto a las reformas tributarias planteadas por el candidato Jadue, lo más fácil y para ello siempre hay votos en el Congreso, es cambiar la tasa o el impuesto en una ley, pero eso dista mucho de generar recaudación».

-¿Qué le parece que los congresistas decretaran un nuevo feriado?

-Mas allá de entrar en el fondo de más o menos feriados, el efecto que tiene en el resto de la economía y de la sociedad es la forma como se legisla y la disparidad entre ciertas urgencias y otras. Cuando son cosas tremendamente populares como ésta, se legisla y se pone todo el tiempo y la voluntad de llegar a acuerdos. Esto, además de haber pasado por los tres trámites, tuvo un veto presidencial, o sea tuvo la tramitación más larga que una ley puede tener, entonces la verdad es que es insólito. En cambio, hay otros temas que llevan años postergados ahí, como las pensiones u otros igual o más relevantes para el mediano plazo que un feriado más, y sobre todo, a tres días. Yo hubiese asumido que esto iba a ser en un año más, pero no a tres días. Ya hemos visto las consecuencias, han surgido inconvenientes en materia de atención de salud, ¿vamos a seguir atrasándonos en las atenciones, en las cirugías? Si bien muchos celebran y aplauden este feriado no hay que olvidar que genera un desajuste para muchas de las cosas que la ciudadanía necesita.

-El programa de Daniel Jadue plantea un gasto de 11,3 puntos del PIB, 38.880 millones de dólares adicionales que pretende generar mediante impuestos, royalty mineros, reforma tributaria, impuesto a los más ricos. ¿Cree que es viable pensar en financiamientos de ese tipo hoy?

-La situación económica nuestra es de las más delicadas de los últimos 30 o 40 años y el próximo gobierno que llegue, independiente del color político, tendrá que hacerse cargo de eso. Hoy, muchos programas de gobierno se están escribiendo y pensando en un Chile que no es el que les va a tocar administrar, la situación fiscal de acá a diciembre va a seguir deteriorándose y muchos de ellos no contemplan eso. Ahora, respecto a las reformas tributarias planteadas por el candidato Jadue, lo más fácil y para ello siempre hay votos en el Congreso, es cambiar la tasa o el impuesto en una ley, pero eso dista mucho de generar recaudación. En el pasado hemos visto cómo se han prometido reformas tributarias que iban a recaudar un equis porcentaje del PIB y la verdad es que eso no terminó sucediendo por distintos motivos, básicamente porque la economía finalmente terminó por crecer menos y eso nos lleva a una menor recaudación.

La situación económica nuestra es de las más delicadas de los últimos 30 o 40 años y el próximo gobierno que llegue, independiente del color político, tendrá que hacerse cargo de eso». 

-¿Eso fue lo que ocurrió con la reforma tributaria que propuso Michelle Bachelet?

-Exactamente, terminó siendo la mitad. Ahí se hablaba de una recaudación de 3 puntos del PIB y terminó siendo menos de 2 puntos, por distintos motivos, pero finalmente terminó siendo así, por lo cual los recursos no estaban disponibles para lo que se quería gastar o para lo que se prometió en ese momento. Como siempre decimos, el papel aguanta todo, los programas de gobierno aguantan todo y lo importante en esta época de propuestas presidenciales de todos los sectores es ser muy cautelosos, mirar con atención y distinguir cuál es una promesa que no se va a poder cumplir -por muy bien que suene- y qué es lo que realmente tiene algún grado de responsabilidad y sostenibilidad en el tiempo. Lo peor que nos puede pasar y la mayor frustración que podríamos sentir es que finalmente gane la elección alguien que hizo grandes promesas, pero que simplemente no se puedan cumplir.

-Lavín está proponiendo ingresos mínimos de 500 mil pesos para todos los chilenos, complementándoles el sueldo que da el sector privado con un bono estatal. ¿Es viable?

-Por lo menos en la candidatura de Lavín estamos todavía en la etapa inicial, no conocemos los detalles. La única forma que podría ser responsable y razonable lo propuesto por esa candidatura es que sea algo parecido al ingreso mínimo garantizado que hoy tenemos en nuestro país, que es lo que gana el trabajador y a eso se le da un bono adicional del Estado, versus lo que plantea el alcalde Jadue que es que básicamente la ley fije un ingreso mínimo de $560 mil. Son efectos distintos en la economía, en un caso estamos hablando de un costo fiscal importante, como sería la propuesta de Lavín, pero en otro caso estamos hablando de un efecto en el mercado del trabajo que sería tremendo. Y muchas veces de las cosas que suenan muy bien el efecto que se obtiene es el contrario al que se busca. Por ejemplo, si elevas el salario mínimo a $560 mil, es decir, que nadie pueda pagar formalmente un salario inferior a eso buscando proteger a aquellos que son trabajadores de menor calificación y que tienen salarios más bajos, van a terminar trabajando en el mercado negro o cesantes. Entonces, cuando quieres impulsar el trabajo, proteger al trabajador, finalmente terminas generando más cesantía. Muchas políticas públicas su funcionamiento es contra intuitivo a lo que uno cree que va a suceder y ahí hay que diferenciar entre lo que es una propuesta razonable, sustentable, factible, versus una que simplemente no va a lograr lo que se propone.

El progreso es el crecimiento económico, es la creación de mejores y más puestos de trabajo y eso siento que hoy ha estado muy ausente en el debate».

-¿Y hoy el ingreso mínimo está en 350 mil pesos?

-325 mil pesos.

Ese es el salario mínimo y el Estado te da un subsidio para llegar al ingreso mínimo, que Lavín esta proponiendo llevarlo a 500 mil pesos. ¿Se ve viable eso hoy?

-Hoy este programa del ingreso mínimo garantizado, que por sobre el mínimo te pagan un bono del orden de los 80 o 70 mil pesos en promedio, y llegas a un salario cercano a los 400 mil pesos, es un programa que se creó e implementó el año pasado cuando ya veíamos dificultades en crecimiento económico y veíamos que la misma economía iba a empezar a pagar mejores salarios. Hay experiencia de un año, es un programa que ha estado funcionando, pero sin duda que el costo fiscal, cuando se eleve eso, es importante. Por eso mucho del debate se centra en los bonos, en los subsidios y poco se habla del fondo, cuál es finalmente la única fuente de progreso sostenible en el tiempo.

El progreso es el crecimiento económico, es la creación de mejores y más puestos de trabajo y eso ha estado muy ausente en el debate. Ese ha sido un desafío que nosotros antes de la pandemia y antes del 18 de octubre, ya estábamos discutiendo. En estos 15 meses se nos olvidan ciertos temas y desafíos que estábamos enfrentando previo a lo que estamos viviendo hoy, pero que son los temas de fondo que vamos a tener que enfrentar y discutir una vez pasada la pandemia, que es cómo recuperar la capacidad de crecimiento de la economía, y solo así lograr generar más y mejores empleos. Lo que es subsidio, lo que es bono, eso es algo transitorio. No es algo que te permita en el largo plazo tener un crecimiento sostenible en el ingreso de los hogares.

«Hay que ser muy cautelosos para no seguir un sueño que nunca se va a transformar en realidad»

-Pero pareciera que los programas van a ser programas de ofertones. Jadue, por ejemplo, está ofreciendo 224 mil pesos a las mujeres por el trabajo doméstico y Lavín propone 100 mil para las mujeres, pero van en la misma línea. ¿Es el minuto de pensar en eso?

-Sí, recordemos que el trabajo en el hogar, aunque no sea remunerado, es igual o más demandante. Pero, de nuevo, hay discusiones que estábamos teniendo antes de octubre de 2019, que es precisamente cuál es la inserción de la mujer en el mercado laboral. Acá más bien hay que buscar las condiciones para que las mujeres puedan compatibilizar el trabajo en el hogar junto con su pareja y con trabajo fuera del hogar. Cuando uno se pone la meta de ser un país desarrollado donde la tasa de participación en el trabajo es sobre el 70%, nosotros estamos muy lejos de ese porcentaje. Más que generar bonos o incentivos para que la mujer se quede en la casa, me hace más sentido generar programas que permitan a la mujer compatibilizar el trabajo fuera de la casa con el trabajo dentro de la casa. Por lo cual, hoy estamos entrampados en un discurso de ofertones, de cosas que suenan bien, pero que a la larga sabemos que no son sostenibles y sabemos que te condenan a estancarte en el punto en el que estás hoy día.

Es como darle un calmante que en épocas de pandemia y de emergencia son necesarios, pero no cuando ya tienes que poner los programas y las fichas en cómo generamos empleos y logramos que la gente progrese. Con los bonos la gente no progresa. Con los bonos la gente es ayudada por el Estado en un momento de dificultad, pero no le permite progresar y despegar en el mediano y largo plazo, que es lo que me imagino todos queremos para el futuro de Chile. Lamentablemente, cuando uno levanta esa voz y ese argumento es tratado de terrorista económico o de poca sensibilidad social, entonces la carrera presidencial que vamos a ver de acá a fin de año va a estar muy teñida por la situación actual, donde la ciudadanía demanda escuchar estos populismos que finalmente nos van a jugar en contra.

Hoy estamos entrampados en un discurso de ofertones, de cosas que suenan bien, pero que a la larga sabemos que no son sostenibles».

-Lavín establece una pensión mínima de 177 mil pesos para el 60% más pobre y sobre eso complementarlo con tus ahorros. Todos los mayores de 80 años tendrían una pensión de 250 mil. Jadue está postulando una pensión básica del 75% del sueldo mínimo, que sería de 224 mil pesos y garantiza que van a subir un 53% para todos, ¿Es viable eso en el corto plazo, sin echar mano a los fondos de pensiones de las personas?

-El tema de pensiones es claramente de los temas más complejos de discusión política. Es una política pública cuyos efectos se empiezan a mostrar en el mediano y largo plazo, por lo tanto, te equivocas en el cálculo y los efectos se ven más adelante. Es muy difícil después cambiar el rumbo de un sistema de pensiones, por eso la complejidad y el tecnicismo que hay detrás de este debate, que lamentablemente dificulta el acuerdo político. Básicamente, para aumentar las pensiones hoy eso simplemente se traduce en más recursos y la pregunta es de dónde vienen esos recursos. Lo que está planteando el candidato Jadue con números que he visto de otras propuestas, me parece que implicaría restarles recursos a muchas otras áreas sociales. Claro, él lo hace en el contexto de que recauda 10 puntos más del PIB en impuestos, pero todos sabemos que eso no es verdad, por lo cual no va a tener los recursos y los va a tener que sacar de otro lado, entonces la pregunta es qué otros programas sociales va a sacrificar.

Porque la verdad es que la propuesta que él plantea era parte de la propuesta más amplia que sí expropiaba y sí le quitaba los fondos a los trabajadores que hoy tenemos ahorrado en las cuentas de ahorro personales. Entonces, se mantiene todo lo otro, pero no se expropian esos fondos. Creo que acá el lenguaje es muy importante. Cuando se habla de que ahora no se van a expropiar, lo que implica un paso atrás respecto a lo que se ha dicho en el pasado y un paso atrás respecto a lo que hoy está ingresado en el Senado -porque recordemos que hay un proyecto de ley firmado por cinco senadores que hablan de nacionalizar los fondos precisamente para avanzar en un esquema muy parecido de lo que plantea el candidato Jadue- entonces hay que ver con atención y entre líneas qué es lo que se está diciendo. Porque cuando se dice que se pueden retirar los fondos o llevar a este nuevo sistema, bueno, muchas veces uno puede creer que hay libertad para retirar, pero qué pasa si es que esos retiro los afectan a una tasa de impuesto del 80%, por ejemplo.

Respecto a las reformas tributarias planteadas por el candidato Jadue, lo más fácil y para ello siempre hay votos en el Congreso, es cambiar la tasa o el impuesto en una ley, pero eso dista mucho de generar recaudación».

-¿Es engañoso en ese sentido?

-Efectivamente. Hoy, lo que aparece como un respeto por el derecho de propiedad de las personas respecto a los ahorros acumulados, la verdad es que eso podría no ser tan así, sabemos que hay una propuesta sobre la mesa muy parecida en términos de los beneficios que se pagan, a partir de los ahorros hoy acumulados. Pero más allá de eso, aumentar las pensiones actuales simplemente pasa por inyectar mayores recursos al sistema, ya sean fiscales o de los ahorros de los propios contribuyentes, contra la promesa de que a futuro te los van a devolver, que ya sabemos que eso tiene un grado de incertidumbre importante.

Pero hay un tema relevante a tener presente en las distintas propuestas en materia de pensiones que se hacen, respecto de la propiedad de los fondos ahorrados. Hoy, todos ahorramos un 10% y esa plata es tuya y lo hemos visto con los retiros de fondos. En cambio, la propuesta que se hace en el programa de Jadue, es que esos fondos van a ser utilizados para pagar otras pensiones, una parte se ahorra y otra parte es para pagar las pensiones de otras personas, pero te prometen que cuando te jubiles te van a pasar esos fondos. Es como un «vale por». La verdad es que en la historia del mundo y en los sistemas de reparto, por lo general a la hora de uno llegar a buscar el cheque de los ahorros, o no existen o están muy reducidos. Entonces, creo que acá se debilita la propiedad de los fondos ahorrados del trabajador. Y cuando habla de eliminar el retiro programado, eso en definitiva se transforma en que los fondos no son heredables. Hoy sabemos que si una persona tiene fondos ahorros y fallece antes de haber gastado esos fondos, esos llegan a sus herederos. Con la propuesta que se está planteando en el programa de Jadue me parece que eso no es así.

Lo peor que nos puede pasar y la mayor frustración que podríamos sentir es que finalmente gane la elección alguien que hizo grandes promesas, pero que simplemente no se puedan cumplir».

-Jadue ha retrocedido respecto a expropiar los fondos que hoy están acumulados en las AFP que son productos del ahorro de los trabajadores, porque la gente ha tenido certeza de que esa plata existe, pero no tienen certeza de que a futuro él va a subir las cotizaciones en un 18%. ¿Cree que la gente entiende que en un sistema de cuentas nacionales se va a ir una parte a subir las pensiones de los demás y lo demás va a quedar a tu nombre para que lo administre un ente estatal?

-Es un tema tremendamente complejo, es muy difícil entender todos los detalles, lo que significa cada palabra y cada propuesta. Por eso la irresponsabilidad en política en las promesas en este tema es doblemente grave, porque es más difícil de entender, por lo cual es más fácil engañar a las personas. Claro, quién no va a querer apoyar o sumarse a una candidatura que promete tantos beneficios o tantas mejorías en el sistema de pensiones y que uno tiene que darle una segunda lectura para saber si efectivamente esa promesa es sostenible o no. Creo que en la situación que estamos viviendo como país, que tiene una crisis social, económica, hay muchos sueños frustrados a partir de un país que dejó de crecer y de generar las oportunidades que venían generando en el pasado. Esto solamente aceleraría y agravaría aún más esa frustración y expectativa frustrada. Muchas veces estos sueños y promesas se pueden sostener por seis meses o un año, pero después ya se empiezan a ver las consecuencias de políticas que no son responsables ni sostenibles en el tiempo. Acá hay que ser muy cautelosos y darle una segunda mirada, informarse, escuchar, ver los contrapuntos, para ser responsables y no seguir un sueño que nunca se va a transformar en realidad.

El listado de Jadue son muchas propuestas que en el pasado se han planteado en muchos países y han sido un fracaso».

-Jadue está haciendo muchas propuestas donde la solución parecen ser mayores competencias del Estado. ¿Qué efectos puede producir robustecer el Estado?

-Y a eso hay que sumarle que tampoco se hace cargo de la necesaria modernización del Estado, que ha sido un clamor y demanda de décadas. Si uno ve las frustraciones de la ciudadanía, buena parte es por la falta de capacidad del Estado de responder a esas demandas más complejas y a una mayor calidad en salud, educación, etc. No solamente hay que ofrecer más Estado, sino hacerse cargo de cómo se ofrece un mejor Estado. El listado de Jadue son muchas propuestas que en el pasado se han planteado en muchos países, en nuestro mismo país también han existido en el pasado, y han sido un fracaso.

Mucha gente desconoce esa historia, no le tocó vivir el fracaso de esas políticas, por lo cual hoy le puede parecer que suenan bien, pero sin poder entender que eso a la larga nos va a llevar a situaciones como los países vecinos en la región. Hay muchas políticas que se están planteando en el debate chileno y que son políticas que en el mundo se vienen alejando. La reforma de pensiones de Daniel Jadue son reformas que el mundo se está arrancando de un sistema de reparto y acercándose a nuestro sistema. En materia de propiedad privada, en todo el mundo quedó manifestado que es necesaria para poder generar desarrollo y hoy, lo que se está haciendo es que la propiedad privada queda supeditada a la función social de esa propiedad, pero sin claros límites de qué significa eso. Y el tema de desalojos de tomas, en los últimos dos años hemos tenido un aumento importante de tomas en nuestro país, lo que refleja también el problema del déficit habitacional que estamos enfrentando. Pero sin duda no se soluciona mediante la permisividad de estas tomas, sino mediante una política habitacional activa y proactiva, y municipios activos en la materia. De lo contrario, vamos a seguir viendo tomas y rivalidad por hacerse de ciertos terrenos que hoy no están siendo ocupados, pero que tienen un propietario y ese propietario legítimamente quiere mantener su propiedad, pero simplemente se la pasan a llevar. Y eso, extrapolable al resto de los ámbitos de la sociedad es muy difícil.

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