«¿Qué le pasa con más frecuencia hoy día, que le digan que es la hija de don Patricio Aylwin o la mamá de Paz Bascuñán?», le pregunta el columnista dominical de “El Mercurio” Joe Black, a la ex parlamentaria y ex ministra Mariana Aylwin, quien responde: «Mire, los más viejos me dicen hija de Patricio Aylwin, y lo que es un poquitito atroz es que a veces me preguntan si soy hermana de Patricio Aylwin. Pero mamá de Paz Bascuñán me dicen los más jóvenes. Ahora, lo cierto es que quedé como el jamón del sándwich entre mi papá y mi hija que han sido tan destacados, pero me siento orgullosa de ambos».

En la conversación, Aylwin se refiere a su salida de la Democracia Cristiana, al homenaje que le realizó el Presidente Sebastián Piñera al ex Presidente Patricio Aylwin, al proyecto de ley Aula Segura, al movimiento feminista, entre otros temas.

Algunas de las preguntas de la entrevista de Joe Black:

 

-¿No se siente un poco huérfana de la DC? ¿No siente a veces que a usted la obligaron a irse del partido que heredó de su padre? 

No hay nadie que haya sido presidente del partido tantas veces como fue mi padre, y fue presidente del partido hasta el año 2003, cuando tenía más de 80 años. La verdad que huérfana no me siento, y tampoco siento que me obligaron, aunque sí habían muchos que querían que yo me fuera. Pero yo estaba por lo menos 10 años sintiéndome incómoda en el partido, y lo que a mi me determinó mucho fue la posición que el partido tomó en las reformas educacionales. (…) No era un ambiente grato, entonces siento ahí que perdí un padre o una madre o una familia maltratadora.

-¿Qué habría dicho su padre, don Patricio, si se hubiese enterado que usted renunció a la Democracia Cristiana? ¿Usted se habría ido si él estuviese vivo todavía?

Sí, probablemente sí. Él era muy respetuoso y él sabía. Yo conversé muchas veces con él que ya no me sentía cómoda dentro del partido. Pero lo que sí es diferente es que yo creo que él no se habría ido. Pero él era una persona bastante libre, abierta de mente. Él hubiese entendido mi posición.

-Yo no tuve la suerte de conocerla a usted en sus veinte, ¿pero era usted igual de guapa que su hija Paz?

Mis tres hijas son más guapas y más graciosas que yo, así que fue una buena mezcla la que hicimos con mi marido. Son todos guapos.

-Yo sé que al Presidente Piñera le habría encantado que usted hubiese sido parte de su gobierno… ¿Le ofrecieron un cargo en el gobierno de Sebastián Piñera? ¿Lo habría aceptado?

Yo no sé si al Presidente le hubiera encantado, eso es un mito. No me ofrecieron cargo y no lo habría aceptado, lo que no me impide colaborar con el gobierno. Y no me voy a marginar de hacer aportes en todo aquello que yo pueda hacerlo. Pero no soy capaz de cruzar la vereda, porque tengo muchas diferencias también con el mundo cultural de la derecha, me siento ajena a ese mundo, y más aún cuando hay partidos como la UDI o dirigentes como Jacqueline Van Rysselberghe, que es capaz de ir a correr en un peregrinaje a saludar a Bolsonaro. A mí me parece que es muy grave que él sea presidente de Brasil.

-Usted que fue ministra de Educación, ¿apoya el proyecto de ley Aula Segura?

Sí, lo apoyo completamente. (…) Conozco casos en los cuales por ejemplo, llega un niño con un arma ala colegio, y resulta que no se le puede expulsar. El signo es tremendamente negativo (…) Creo que es bueno que en casos graves como es incendiar un colegio, lanzar bombas molotov, poner bencina a los profesores, estén tipificados en la ley, y que se pueda en los colegios tomar una decisión oportuna que sea ejemplificadora, sin perjuicio de que creo que a ese niño hay que buscarle alternativas, segundas opciones adecuadas para poder insertarlo en el sistema escolar.

-¿Y qué piensa de la agenda feminista que se ha instalado en Chile y el mundo, a propósito del famoso #MeToo?

Yo condeno cualquier abuso, maltrato, violencia, abuso sexual o laboral contra cualquier persona, y no cabe duda que las mujeres han estado en una condición de desventaja en cuanto a los abusos y al maltrato en la sociedad en general por siglos. Ahora, lo que me pasa es que las mujeres de mi generación y de otras generaciones hicimos esfuerzos enormes por abrir espacios para las mujeres, y la imagen de mujer víctima y hombre abusador le hace un daño a esa lucha de las mujeres por seguir abriendo espacios. Además creo que hay mujeres que también abusan, abusan por ejemplo del poder de la seducción para conseguir un cargo o una posición, eso también es un abuso (…) Pienso que de alguna manera se está reduciendo el feminismo a esta lucha contra el abuso ye está victimizando a las mujeres.