La autora de novelas como Americanah o ensayos como Todos deberíamos ser feministas acaba de presentar tal vez su libro más desgarrador y que debieran leer todas las personas que han sufrido la tragedia de perder a un ser querido durante la pandemia. Se trata de un emotivo y poderoso ensayo, un libro pequeñito de formato y extensión, que se lee en un par de horas, pero donde hay numerosas frases (aconsejo comprarlo en papel por lo mismo) para subrayar y releer.
En él Chimamanda pone por escrito el desgarrador dolor causado por la repentina muerte de su padre en Nigeria y cómo la crisis sanitaria le impidió salir de Estados Unidos para reunirse con su familia. “Aprendes lo poco amable que puede ser el duelo, lo lleno de rabia que puede estar. Aprendes lo insustancial que puede resultar el pésame. Aprendes lo mucho que tiene que ver la pena con el lenguaje, con la incapacidad del lenguaje y con la necesidad del lenguaje”, dice Chimamanda Ngozi Adichie, una de las más prestigiosas escritoras africanas del momento.
El relato comienza con algo tan cercano para todos en estos tiempos: un zoom dominical que organizaba uno de sus hermanos desde Inglaterra. “Cada domingo, nuestro bullicioso ritual del confinamiento: dos hermanos se suman desde Lagos, tres desde Estados Unidos y mis padres, a veces de forma resonante y entrecortada, desde Abba, nuestro pueblo natal en el sudeste de Nigeria”. El 7 de junio de 2020 se unió a esta reunión virtual, por última vez, James Nwoye, su padre y “del que solo asomaba la frente en la pantalla, como de costumbre, porque nunca llegó aprender a sujetar el móvil durante las videollamadas”. Tres días después había muerto. Y nunca se imaginaría Chimamanda, que 8 meses después, el 1 de marzo, el mismo día del cumpleaños de su padre, moriría su madre, Grace Ifeoma Adichie.
Un librito pequeño, pero de tanta fuerza en cada línea, que uno siente y vive todo lo que va relatando Chimamanda, incluso cómo el dolor se pasa al cuerpo: “El dolor no me sorprende, pero sí su componente físico: un amargor insoportable en la lengua (…); un peso horrible, enorme en el pecho; y dentro del cuerpo, una sensación de disolución eterna”.
Todo el libro es una larga carta, y tal vez la manera más hermosa y sanadora de vivir el duelo, donde de forma entrañable va desgranando los detalles de su cercana relación. El padre que leía todo lo que ella escribía; sus recuerdos de infancia, la biografía que hicieron del “profesor Adichie” cuando jubiló, los vídeos familiares y con detalle la reconstrucción de lo que ella llama “el peor día de mi vida”, el de la muerte de su papá.
También describe con increíble sentido práctico todas las dificultades y complicaciones para enterrarlo, lo que han vivido miles de personas en el mundo, pero que ella lo ha dejado como un testimonio escrito para que otros también se sientan representados en estas páginas.
Si nunca has leído un libro de Chimamanda, una de las escritoras más interesantes de la lengua inglesa, este puede ser un doloroso buen comienzo. Pienso que la mejor manera de conocerla es ver una clase TED que grabó en 2009 sobre el arte de contar historias. “Cuento historias” («The danger of a single story») es una charla que ha sido vista por más de 6 millones de personas y que con ese título definía su actividad de novelista. La belleza de esta clase – recomiendo hacerse el tiempo de escucharla- profundiza en potenciar la idea del gran peligro que implica la existencia de una sola historia -en buen chileno, la importancia de conocer la otra cara de la medalla-. Y ella lo hace porque no está dispuesta a que la historia de su mundo, el de Nigeria, su centro de gravedad, la cuenten desde la otra orilla, mal contada, distorsionada o llena de prejuicios como ella lo experimentó al llegar a Estados Unidos, cuando su roommate universitaria no podía creer que hablara bien inglés, conociera a Mariah Carey o supiera usar un celular. Es una convencida de que “una sola historia roba la dignidad de los pueblos”.
Mis recomendaciones para conocer a esta escritora que vive y recibe premios en Occidente, pero que regresa todos los veranos a Lagos para dictar talleres de escritura en la sede del Fondo que creó con su editor nigeriano para impulsar la lectura y la escritura, son los premiados libros: La flor púrpura, Medio Sol Amarillo, Americanah, Algo alrededor de tu cuello y, por supuesto, Sobre el duelo.
Todos en papel y en Kindle.