Si el emprendedor nace o se hace tal vez no es una discusión relevante. Sin embargo, todo cambia cuando escuchamos sus historias. Especialmente si son ellos quienes las relatan. Al mirar sus ojos observamos el brillo con que cuentan sus éxitos, penurias, anécdotas y problemas, hasta que las lágrimas que dejan caer sobre sus mejillas, nos transmiten una fuerza que nos dice: “yo también puedo”.
Es lo que ocurre con la serie recién estrenada “Una mujer hecha a sí misma”, en la que la ganadora del Oscar Octavia Spencer protagoniza a Madam C. J. Walker, la primera mujer afroamericana que se convirtió en millonaria a comienzos del siglo XX tras construir un imperio en la industria de los cosméticos.
Luchando en un mundo de hombres, esta hija de esclavos recién liberados nació pobre en Luisiana. De adulta trabajaba como lavandera hasta que una de esas circunstancias de la vida la hizo tomar una decisión: “llorar y dejarse caer en un agujero profundo” o “llorar, pero a la mañana siguiente levantarse temprano y poner en marcha su sueño”.
Eso es lo que caracteriza a los emprendedores: cumplir un sueño. No es solo cuestión de utilidades y ganancias, sino que los mueve el acto creador de riqueza, que al mismo tiempo ayuda a los demás y les cambia sus vidas. Cuentan su historia, porque eso los hace creíble, pero también para que quienes los rodean sepan que hay una oportunidad… que está en sus manos.
“Qué nadie te robe tu sueño”, le dice su única hija, quien la acompaña por las calles vendiendo y repartiendo los volantes que publicitan el “crecepelo”. Una crema que más que hacer crecer el cabello, da a las mujeres confianza, resaltando esa belleza femenina natural sin estereotipos.
Una historia de una mujer empresaria que se apoya y confía en sus colaboradoras.
Con lecciones de competencia empresarial, búsqueda de inversores, marketing, creatividad, estrategia y la importancia de ser capaz de dar un buen speech, enseña que la edad no es impedimento para emprender.
Madam C. J. Walker nos hace soñar, pero ¿qué tanto?: “Más grande que Carnegie, Ford y Rockefeller juntos”, contestará esta mujer, que desde su Luisiana natal se mudó a Indianapolis y luego a New York. Esa ciudad cosmopolita donde la libertad y las oportunidades, finalmente le permitieron que construyera su mansión en un barrio, donde será vecina, ni más ni menos, que del gigante petrolero de la industria.
La serie tiene cuatro capítulos y está en Netflix.
Puedes ver el trailer oficial aquí.