Dulces Chilenitos

Masa

2 tazas de harina

2 cucharadas de mantequilla

3 yemas de huevo

½ cucharadita de polvos de hornear

1 cucharada de licor

1 naranja (su ralladura)

Merengue

4 claras de huevo

1 cucharadita de vinagre blanco

1 taza de agua

2 tazas de azúcar

Un frasco de manjar blanco

 

En un colapso histórico o, mejor dicho, en un “colapso histérico” terminó el pasado fin de semana santo. Y es que el fatal regreso a la capital del día domingo nos afectó a todos, de capitán a paje. De hecho, el propio ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, y la ministra de Transportes, Gloria Hutt, llegaron tarde a su almuerzo dominguero. Ellos estuvieron en el mismo taco de cinco horas que yo tratando de llegar a Santiago. Fue tanto el desagrado, que hasta se me olvidaron esos sacros días comiendo erizos y mirando el mar. Por suerte la reacción fue inmediata y el lunes el subsecretario de Obras Públicas, Lucas Palacios, anunció que el MOP, encabezado por su ministro, se sentaría a trabajar con Carabineros y las concesionarias para darle una solución a este problema. Sólo una cosa, ministro Fontaine, póngase las pilas porque se nos viene otro fin de semana largo y la cosa se puede poner fea. Se está empezando a notar la falta de inversión.

Por su parte, José Antonio Kast, protagonista de nuestra columna la semana pasada, sigue en cartelera. De hecho, fue el invitado de honor a la “Quema de Judas”, tradicional evento realizado por el Centro Cultural de Playa Ancha donde, con recursos fiscales, cada año escoge, como dice su nombre, un Judas para vengar y castigar su traición en público. Este año fue el turno del rubio de Buin, representado por un gigantesco muñeco cuya incineración a muchos sugirió un llamado al odio y la violencia. ¿Qué nos está pasando? La cultura debería promover la convivencia y la unidad, hay que ser más cuidadosos a la hora de decidir en qué y para qué se gastan los fondos del Estado.

La Cathy lo hizo de nuevo. La alcaldesa de Maipú se reunió en su oficina con un grupo de conejos de peluche, quienes, siguiendo sus instrucciones, escondieron más de 15 mil huevos de chocolate alrededor de la alcaldía. ¿Se acuerdan que para San Valentín se reunió con unos osos de peluche? Se pasó, alcaldesa, su alma de niña y sus fantasías están rindiendo frutos, tanto que algunos ya hablan de una “futura presidenciable”. Ya me estoy viendo a Beto, Enrique y Elmo dando una conferencia de prensa luego del comité político de los lunes en La Moneda.

Pero todas las cámaras y los flashes fueron a dar a la primera reunión de la Comisión de la Infancia, específicamente apuntaron hacia el diputado Gabriel Boric, quien, a pesar de las críticas de su sector, se sumó igual. Es más, su camarada, la diputada Pamela Jiles (chanchito de peluche en mano), lo acusó de caer en una trampa, de participar en la “cocina de Piñera” y de incauto. Pero Boric no se inmutó y dejó clarito que deben existir acuerdos transversales en estos temas y que la crisis del Sename y los desafíos de la infancia en Chile “son temas que no permiten mezquindades”.

Bien por eso, Boric. Me gustó y por esto te voy a dedicar una receta que me acompañó las cinco horas que estuve sentado al volante rumbo de vuelta a la capital. Y es que, en la desesperación, caí en las manos de Las Palomitas, esas adorables mujeres de blanco que, desde la berma, agitan sus pañuelos evocando al ave de la paz y ofrecen sus pasteles. Seducido por ellas y sus tradicionales chilenitos de La Ligua endulcé mi regreso a casa. Concentrémonos y vamos por esas delicias que, al morderlas, sorprenden con el suave manjar blanco.

Partamos por la masa. Primero hay que unir la harina, las yemas, la mantequilla, ralladura de naranja, el licor y los polvos de hornear. Con tus manos “bien limpias” amasas la mezcla, a la que le puedes agregar agua si la notas muy seca. Envuélvela en un plástico y refrigérala por 10 minutos. Mientras tanto, precalienta el horno a 180°.

Luego de retirar la masa del refrigerador, hay que estirarla y cortarla con la ayuda de un molde redondo o la boca de un vaso. Ponla después al horno por 10 minutos.

Invita a la abuela, Pamela Jiles, para que te prepare el merengue, partiendo por el almíbar. Para ello hay que poner en una olla el agua con el azúcar y calentarla al fuego a 115°, hasta que se forme el almíbar. Que bata después las claras con un poco de vinagre blanco, para estabilizar la mezcla, y añada poco a poco el almíbar.

Que Giorgio Jackson te ayude a montar los chilenitos. Tomen la masa, pónganle manjar en su base y cubran todo con el merengue de la abuela. Dejen hornear los chilenitos por 30 minutos a 80°.

El resultado: unos maravillosos, dulces y crujientes “chilenitos carreteros”. Ponlos en una bandeja y llévatelos a “La Terraza”, ahí en Vicuña Mackenna, a media cuadra de la Plaza Baquedano, donde sueles reunirte con tus camaradas del Frente Amplio. Ahí lúcete con esta dulce receta y también, con tu forma de hacer política, una verdadera lección para todos en los tiempos que corren.