La Liga de la Justicia de Zack Snyder (2021) se estrenó el pasado 18 de marzo como respuesta a la presión ejercida por millones de fanáticos disconformes con la entrega anterior de la misma película realizada hace cuatro años por Joss Whedon. El movimiento #ReleaseTheSnyderCut es, por cierto, un caso de estudio sobre el poder de las audiencias y la demostración de que los estudios, a fin de cuentas, prestan atención a los fans.
Recordemos que en 2017 Snyder comenzó a grabar La Liga de la Justicia, pero de forma intempestiva, a causa de una tragedia familiar, tuvo que dejar de lado el trabajo, el que fue asumido por Whedon, quien modificó el guion, cortó historias y agregó escenas que tuvieron que volver a filmarse. Un 75% de la película fue modificada. ¿El resultado? La Liga de la Justicia (2017), un filme criticado de principio a fin por los fanáticos, la crítica y la industria en general. Como botón de muestra, las palabras de un alto ejecutivo de Warner Bros en Vanity Fair: “La Liga de la Justicia de Joss Whedon es una mierda”.
Pasaron los años y Snyder anunció a los fanáticos que volvía al ruedo con más fuerza que nunca. Y vaya que lo hizo. La nueva entrega de la historia de los superhéroes del universo DC tiene un amplio abanico de novedades, como su duración (242 minutos divididos en 6 capítulos para hacer más fácil abordarla), un aspect ratio de 4:3 (como décadas atrás, sin la mirada panorámica que reina en la actualidad) y una catalogación de R (pensada para mayores de 17 años) por su violencia explícita y lenguaje.
Snyder hace entrega de una historia más cruda y oscura, cosa que no podía ser de otro modo tras la impactante muerte del hijo de Kriptón en Batman vs Superman: El origen de la Justicia (2016). De hecho, esta nueva entrega comienza precisamente con dicha escena, explicitando que el desgarrador último grito del superhombre tuvo un impacto planetario.
Pero sobre todo, el director encargado de llevar a la pantalla el universo extendido de DC Comics muestra una mirada mucho más profunda de los personajes principales –héroes y villanos– de la historia. Snyder escarba así a fondo en las virtudes, vicios, miedos y pesadillas de Batman (Ben Affleck), la Mujer Maravilla (Gal Gadot), Aquaman (Jason Momoa), Cyborg (Ray Fisher), Flash (Ezra Miller) y, por supuesto, Superman (Henry Cavill).
En ese sentido, haciendo un doble click en la trama, resulta curioso percatarse que los 6 héroes fundadores de la Liga tienen, de algún u otro modo, temas no resueltos con sus padres, carga que arrastran y reaparece permanentemente. La familia, una vez más, parece ser el eje central de la biografía de cada personaje, sin importar el súper poder con el que cuenten.
La Liga de la Justicia de Zack Snyder es otra de esas películas a las que uno puede aproximarse sin información previa y aún así disfrutarla o, por lo contrario, asomarse a la trama con todas las películas del Universo DC en el recuerdo, lo que hará de la navegación tremendamente más rica y, por cierto, repleta de “regalos” para verdaderos fanáticos, como el traje negro de Superman, el cameo del Detective Marciano y un par de Linternas Verdes, la aparición de Darkseid, el verdadero villano que busca la Ecuación Anti-Vida, los escombros del cuartel de la Liga de la Justicia y, por supuesto, el epílogo apocalíptico en el que reaparece el Guasón (Jared Leto).
Estos llamados easter eggs permiten suponer que Snyder tiene mucho más que entregarnos, algo incierto según el mismo director y Warner Bros, pero que ha llevado a los fans, una vez más, a alzar la voz, esta vez con la campaña #RestoreTheSnyderVerse. Habrá que esperar que los ejecutivos vuelvan a prestar atención.
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