Tenemos un Gobierno dedicado a youtuber, dizque para informar… ¡informarnos que oficialmente somos un país bananero!
¡Y qué dicha infinita tener las horas laborales de un país desarrollado! Pero sin su PIB. Tenemos también, la sombra de los retiros de nuevo planeando como un águila del karma sobre este Gobierno, un anuncio de Fonasa premium que me sedujo menos que YouTube ídem y por supuesto la indignación impostada por la delincuencia. Ni mi ex me mintió tanto.
Mientras, nos hemos acostumbrado a iniciar cada día con un reporte de asesinatos durante la noche y ahora corremos un poquito más el cerco, con los colegios de Valparaíso que debieron suspender sus clases por un funeral narco. ¿Qué hizo el Gobierno? Se indignó pueh y comentaron la noticia con esa distancia turística a la que nos tienen acostumbrados.
El octubrismo como doctrina sigue vivo en La Moneda, está claro. Aclaro, el octubrismo, entendido como ese movimiento violento que contaba con el apoyo o el silencio de la “mayoría”, ese está fiambre hace rato.
Pero el octubrismo filosófico, nacido mucho antes del 2019, está vivo en los corazones de sus adalides. Hay toda una teología como para empapelar Santiago y uno puede contarse cuentos y sorprenderse mil y una vez por los giros de este Gobierno, pero al final, son giros en 360 grados que los vuelven a dejar en el centro de su convicción. Todo el resto son los intentos, cada vez más ridículos, por pasar piola. Porque la Convención Constitucional les enseñó que así tan alegóricos y agresivos, la gente se les espanta. Entonces hay que activar el modo socialdemócrata, que es más falso que billete con la efigie de doña Michelle. (Diosito, no)
Sin embargo, todos sabemos que, por las noches, la letanía dice así:
Siempre es culpa de carabineros.
Los criminales son víctimas de la sociedad opresora.
Todo es culpa de los empresarios, la deresha, las instituciones, Pinochet y Piñera.
El Estado lo es todo y todos deben ser solidarios con el Estado, porque sus gastos tienen una dimensión moral que justifica apretarle el cogote a quien sea.
La prensa es toda de la oligarquía, ergo, miente.
¿Ven por ahí la seguridad? ¿Proteger a carabineros? ¿Modernizar el Estado para que no sea la bola de grasa donde nuestros impuestos van a morir? ¿Algún interés por salvar las isapre, las AFP? No poh.
Este Gobierno seguirá en esta senda, porque no tiene una oposición que se pueda tomar en serio. De nada sirven recados del tipo “cuidadito con andar indultando de nuevo, ¡tan tan en el poto!”. Tener razón no es sustituto de una victoria, y en este momento la victoria es del Gobierno. Pedirle al ciudadano común y corriente que ha pasado y pasa, por tanto, que además considere que los indultos no fueron ilegales ni inconstitucionales, pero sí inmorales, es un poco musho. Pedirle además considerar la existencia o reforma del TC, según a quién beneficien sus sentencias, me parece que ejemplifica una vez más lo grotesco, acomodadizo y falto de sex appeal de la política.
Esta pitonisa piensa que respecto de los indultos había un reclamo moral que hacer, más allá de los «papelitos» y dando por hecho que el Presidente sabía lo que hacía, porque lo justificó y estaba totalmente en la línea de lo que ha sido su carrera política y su gobierno octubrista.
Quienes se definen como oposición deben comprender a quienes tienen al frente e inquietarse un poquito. Nada corrompe más el alma de un pueblo que la sensación de impunidad y la indiferencia de quienes tienen el poder. Si creen que la rabia acumulada sólo se evacuará sobre el Gobierno y sus adherentes, se equivocan porque la rabia es un animalejo chúcaro e impredecible. En 2019 escuché muchas veces la frase “pero sabí lo que me da rabia” para justificarlo todo. Espero no tener que escucharla de nuevo.