Hoy se cumplen 81 días desde que asumió como Presidente Gabriel Boric y me gustaría partir con un mensaje de esperanza para los chilenos que creyeron en el cambio y la renovación que traería el mandatario más joven en 30 años, pero no podría engañarlos y tampoco permitir que nos tapemos los ojos. La verdad es que han sido días complejos para el Gobierno por diferentes situaciones que aquejan a nuestra población. La sensación de inseguridad por el aumento de la delincuencia y el narcotráfico, por el terrorismo en la Macrozona Sur, la inmigración descontrolada, la violencia escolar, los errores comunicacionales de sus equipos de gobierno y del propio Presidente, que demuestran una desconexión total con lo que preocupa a los chilenos, y los gritos de auxilio por un liderazgo fuerte que les reestablezca su derecho a vivir sin miedo. 

Todo ello ha conllevado a que la desaprobación hacia la gestión del Presidente crezca cada día más. Conviene detenerse aquí. Según la última encuesta de Plaza Pública de CADEM (N°437), en la cuarta semana de mayo aumenta su desaprobación a un 57%, 7 puntos más que la encuesta anterior, llegando así a su nivel más alto desde que asumiera el 11 de marzo. Al mirar cuáles son los atributos que muestran una tendencia a la baja, se observa que son autoridad y liderazgo, las garantías de gobernabilidad, la conformación de un buen equipo de gobierno. Otros atributos con tendencia a la baja están relacionados directamente sensación de inseguridad que tienen los chilenos, ya que se observa que la capacidad de mantener el orden público tiende a la baja con 18 puntos menos; la gestión de la inmigración ilegal tiene un baja de 6 puntos; enfrentar la delincuencia menos 4 puntos y el manejo del conflicto en La Araucanía menos 13 puntos. 

Con estos datos está claro cuál debería ser el camino a seguir por parte del Presidente. Primero, es evidente que se requiere de un cambio en su gabinete, ya que entre los principales problemas que afectan a la ciudadanía o al menos que priorizan dentro de sus urgencias está la seguridad pública y la falta de liderazgo en esta materia. No por nada la ministra del Interior, Izkia Siches, es la peor evaluada del gobierno. Por otra parte, se ha acrecentado desde marzo a la fecha la violencia escolar, vuelven los overoles blancos y ya no solo están presentes en el Instituto Nacional, también en el Liceo Lastarria y otros. Esto es preocupante para los padres y apoderados, y toda la comunidad escolar. Frente a esto no se han aplicado medidas concretas por parte del Ministerio de Educación, situación que también ha llevado a su ministro, Mario Ávila, a sufrir la caída más importante en su aprobación. 

No obstante, más allá de un cambio en el gabinete, también estaremos atentos a los anuncios de la primera cuenta pública del Presidente, cuenta en la que esperamos no solo la mención a lo aplicado en estos 81 días, sino medidas concretas en materia de seguridad y orden público. Hace unos días el Presidente inició una mesa de trabajo para la reparación de víctimas del mal llamado “estallido social”, lo que muestra su desconexión con quienes buscan soluciones a lo que aqueja a la mayoría del país, que quiere la aplicación de la ley por parte del Estado. Dar garantías de seguridad a la población no es una cuestión de ideologías. Se trata de una verdadera prioridad del buen gobernante para permitir el buen vivir de los ciudadanos. Por eso son importantes las señales y medidas en contra de la violencia y la delincuencia. 

Por último, otro de los temas que enfrenta este Gobierno es el plebiscito que se llevará a cabo en nuestro país el 4 de septiembre, escenario que ha abierto diferentes debates, como el de una tercera vía o una reforma a los quórums de la Constitución vigente que permita cambios de mayor flexibilidad. A estas posturas la vocera de gobierno, Camila Vallejo, respondió: “El plebiscito es el camino trazado, no hay más caminos, no hay más opciones», y continúa: “Porque no hay mayor certidumbre que saber que el proceso que ha abierto la ciudadanía a través de este proceso constituyente culmina el 4 de septiembre con el Apruebo o el Rechazo». Frente a estas declaraciones, es de esperar que en la Cuenta Pública el Presidente dé las certezas a toda la ciudadanía frente a un eventual triunfo del Rechazo.

Asimismo, esperamos que se refleje un giro claro en el discurso frente a la violencia, ya que estamos frente a un Gobierno y una coalición que tienden a ser ambiguos o simplemente hacer vista gorda frente a la crisis de seguridad. Los chilenos necesitamos gobernantes que, ya instalados en el poder, gobiernen, lo que implica dejar la adolescencia parlamentaria para garantizar a los ciudadanos paz y orden.

*Macarena Bravo es cientista político, prosecretaria del Partido Republicano.

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