Señor Director:

Es muy alentador que ya hace días se estén publicando cartas que dan cuenta de la crisis generalizada en la educación. Por una parte, es necesario reconocer que tenemos una forma de educar que se parece más a la del siglo XIX. No se han incorporado los conocimientos que hoy existen acerca de cómo se aprende y de qué manera el alumno/a logra consolidar el aprendizaje.

Esto, siempre que continúen asistiendo al colegio. Porque la magnitud de lo que está ocurriendo con las cifras de deserción escolar y sus consecuencias es difícil de cuantificar. ¿Dónde permanecen los NNA que no asisten al colegio durante esas horas? ¿Quién los cuida? La crisis de cuidado que sufren nuestros NNA es evidente.

De acuerdo con la ONU esta semana celebramos los derechos de la infancia. Chile tiene suscrito desde hace más de 30 años el tratado que compromete al Estado a entregarles lo necesario para desarrollarse en el amplio espectro de esta palabra. Y para que padres y madres puedan ejercer la coparentalidad. Estamos fallando en la educación formal y en la invaluable educación que entrega la familia. Recordemos que las extensas e innecesarias horas que los alumnos/as permanecen en las escuelas obedece a las necesidades de sus cuidadores para poder ir a sus trabajos con escasas probabilidades de ejercer el derecho a la coparentalidad positiva debido en gran medida, a la falta de flexibilidad laboral

Esta otra variante de virus que ha ido desprestigiado a las instituciones en nuestro país. Ahora le tocó a la educación y lamentablemente los que sufren las consecuencias son los últimos de la fila.

Mg Ps. Jacqueline Deutsch Galatzan, asesora del movimiento ciudadano “Yo quiero estar”.

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