La actividad económica de septiembre cayó un 5,3%, la mejor cifra en cinco meses. Según el Índice de Actividad Económica (Imacec), la serie desestacionalizada creció en un 5,1% comparado con el mes precedente y disminuyó en un 6,5% en doce meses. La cifra es mejor a la pronosticada por el mercado que estimó, en promedio, una caída del 6,5%, según Bloomberg.

El Banco Central informó que las actividades más afectadas fueron construcción y los servicios de educación, transporte y restaurantes y hoteles. Compensó parcialmente este resultado el crecimiento del comercio, la industria manufacturera y, en menor medida, los servicios empresariales.

El ministro de Economía, Lucas Palacios, a través de Twitter, recalcó que «este Imacec de septiembre, sumado a los datos de empleo, sectoriales y de confianza de consumidores y empresarios, confirman que la economía se recupera poco a poco, en un proceso que esperamos que continúe en los próximos meses y para lo cuál estamos trabajando muy intensamente».

La autoridad se refirió a un proceso de apertura y de recuperación de empleos, luego de la cifra del Imacec. «Respecto del mes anterior y en términos desestacionalizados, la economía creció un sólido 5,1%, totalizando cuatro meses de variaciones positivas y acelerándose nuevamente. Esto ya no es solo un punto de inflexión, sino un proceso de apertura y de recuperación de empleos», dijo vía Twitter el ministro de Economía.

El Imacec minero disminuyó 1,9%, mientras que el Imacec no minero lo hizo en 5,7%. El resultado del mes se vio impactado por los efectos de la emergencia sanitaria. En términos desestacionalizados, y con respecto al mes anterior, el Imacec minero cayó 1,5% y el no minero creció 5,9%.

Ignacio Briones, ministro de Hacienda, explicó que estas cifras corresponden a un aumento en la movilidad de las personas. Aseguró que «es una señal que va en la dirección correcta» y confirma una tendencia a la mejora. “Vemos una mejora, pero queda mucho por delante”, añadió.

Desde el inicio de la pandemia el Banco Central aclaró en el informe que “considerando los desafíos que la crisis sanitaria” sobre la “recolección de datos básicos” efectúan “esfuerzos adicionales con sus proveedores de información para minimizar el impacto en la calidad de las estadísticas”, pero igualmente advierten que las cifras podrían estar “sujetas a mayores revisiones que las registradas históricamente”.