Este miércoles en la madrugada, un grupo de encapuchados llegó hasta la casa de David González Huenulal, en la comuna de Cañete, con la clara intención de llevarse su camioneta. El agricultor de 30 años se resistió a la acción de sus atacantes y recibió un impacto de bala en su pierna, por lo que finalmente perdió la vida.
Durante la misma mañana que asesinaron a este productor agrícola en Cañete, en Temuco se daba cita un importante evento que congregó a autoridades, empresarios, dirigentes sociales y al mundo productivo. La primera Cumbre Agrícola del Sur de Chile fue una instancia convocada por la Asociación de Agricultores de Malleco, cuyo principal motivo fue analizar el devenir de la actividad, así como debatir en torno a las temáticas que aquejan principalmente a quienes intentan trabajar la tierra en medio de atentados, amenazas, predios usurpados y reivindicaciones territoriales.
Werkén mapuche: “¿Qué sacan con entregarnos tierras?”
Gloria Cayupi, werkén del territorio Juan Cayupi en Freire, fue una de las expositoras de la jornada, quien abrió un debate en torno a las verdaderas necesidades y demandas de las comunidades mapuche.
“Yo vengo a hablar acá como pueblo. ¿En qué momento se dijo que nosotros los mapuches necesitábamos tierras? Lo que nosotros necesitamos hoy día son oportunidades para desarrollarnos. ¿Qué sacan con entregarnos tierra si no podemos producir? Y si no somos capaces de salir de la pobreza con un espacio de media hectárea o de un cuarto de hectárea, ¿vamos a ser capaces de desarrollarnos de un golpe en 11 hectáreas o en 20 hectáreas?”, cuestionó.
“En el actual contexto y realidad es necesario un plan de devolución de tierras donde se considere no solo dejar tranquilos a los mapuches, sino de la mano de un encadenamiento productivo, pero no solo del Estado, sino en conjunto con los privados y que vaya en la línea productiva”, señaló Cayupi en su exposición.
“Unámonos y no peleemos por tierra, peleemos por oportunidades, dennos a nosotros esas oportunidades. Lo digo responsablemente como autoridad, ¿quién dijo que los mapuches necesitábamos quitarles a ustedes las tierras?”, aseveró.
En poco se parecen sus declaraciones con las demandas de quienes realizan los atentados más violentos, donde se ven consignas sobre control territorial, la expulsión de empresas productivas, o se exige el traslado de quienes llaman “presos políticos”.
Más que tierras, apoyo productivo
El secretario ejecutivo de la Comisión para la Paz y el Entendimiento, Víctor Ramos, dijo a El Líbero tras la cumbre que “aparecen ideas donde podríamos tener un consenso previo que no hubiésemos imaginado”. “Hoy día muy bien exponía alguna representante de comunidades cómo a ellos les interesa diversificar mecanismos, que no sea solamente el tema de la tierra lo que pudiese registrar el trabajo en torno a la Ley Indígena, pero hoy día es lo que tenemos y sin modificación consensuada de esa ley, podemos seguir en el mismo lugar”.
Sebastián Naveillán, presidente de la Asociación de Agricultores de Malleco, también manifestó este ánimo de poder avanzar en el mejoramiento de otros cuerpos legales más allá de la mera Ley Indígena y la entrega de tierras: “La idea es poder hacer las mejores propuestas para que La Araucanía avance. El tema de fomento va a ser preponderante, pensando en los desafíos de la región, pensando en el desafío de la agricultura”.
Y es que son dos agendas las que se contraponen en la Macrozona Sur. Por un lado, los grupos radicalizados exigiendo, mediante la violencia, más tierras y control sobre ellas, y por otro, aquellos habitantes mapuches rurales que esperan acceder a mejores oportunidades para poder desarrollar sus actividades productivas en paz.
Respecto a la propuesta que nace desde la Comisión para la Paz y el Entendimiento de abordar una modificación de la Ley Indígena y la política de entrega de tierras, Antonio Walker, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), señaló que lo primero que se debe hacer es preguntarle a los propios pueblos originarios qué es lo que ellos quieren.
“Muchas veces se entregan tierras cuando ellos no quieren tierra, sino otro tipo de ayuda ya sea financiera o más bien enfocada a la cultura, la artesanía, al desarrollo, la educación, a la salud. Muchas veces las políticas públicas no se construyen desde abajo hacia arriba, sino que desde el gobierno central hacia abajo y eso tenemos que cambiarlo”, explicó el timonel del agro.