Por estos días, el ex diputado y ex presidente del PPD, Víctor Barrueto, tiene la misión de liderar el trabajo de comisión estratégica que busca aportar elementos para sacar de la crisis al partido. Y desde ese rol ha mantenido continuamente conversaciones con los dirigentes de la colectividad, especialmente con Heraldo Muñoz, a quien respaldó luego de que el senador Ricardo Lagos Weber desistiera de postular a las próximas elecciones del 10 de junio.

Es una agenda postneoliberal lo que propone el ex intendente de la Región Metropolitana, con el fin de mantener las conversaciones con los partidos de la oposición. Barrueto, en conversación con «El Líbero» aborda los próximos comicios del PPD y cuál debe ser la política de alianza.

-Al haber una nueva mesa en los próximos días, ¿se corre el riesgo que las conclusiones de la comisión queden solo en buenas intenciones?

-Para nada, porque creo que hay una convicción muy grande y eso es una gracia que tuvo el PPD en enero de este año, que tiene que haber un esfuerzo por reinventarse, como toda la centro izquierda, para poder responder al Chile de hoy y a los desafíos del futuro. Estas elecciones van a reafirmar más bien la importancia y la necesidad de seguir adelante con este proceso.

-¿Esas conclusiones podrían servir para las próximas elecciones municipales y de gobernadores regionales?

-La discusión es más larga que eso. Aquí se acaba de terminar un ciclo de 30 años que empezó con el triunfo del No y hoy día se está iniciando un nuevo ciclo que no sabemos hacia dónde va. La profundidad que tuvo el neoliberalismo en Chile fue tan grande que casi existe una irritabilidad socialdemócrata en el curso del país para adelante, o sea, el avance en derechos sociales garantizados y que estén financiados. Es muy difícil que Piñera pueda volver atrás las reformas que ya se han ido instalando y oponerse a las nuevas. Por ejemplo, la ola feminista ya obligó a replantearse temas en Salud.

La idea es que el PPD se defina propiamente como feminista porque estamos convencidos que el cuestionamiento a la sociedad patriarcal es parte fundamental de la cultura democrática».

-En sus inicios, el PPD era un partido ligado al feminismo, al medioambiente, entre otras cosas, ¿van a retomar esas banderas? ¿Han pensado reunirse con quienes promueven esas ideas?

-Efectivamente, el PPD fue de los primeros partidos que abrazó la causa feminista, tenemos líderes súper importantes como María Antonieta Saa y la senadora Adriana Muñoz, que fueron pioneras en esto. La idea es que el PPD se defina propiamente como feminista porque estamos convencidos que el cuestionamiento a la sociedad patriarcal es parte fundamental de la cultura democrática.

-¿Se juntarán con el Frente Amplio? Porque a ellos se les les atribuyen hoy esas ideas…

-Creo que vamos a coincidir sin duda, vamos a converger en muchas cosas.

«Espero que se empiecen a estructurar corrientes sin nombres de personas sino que con ideas»

-Usted durante la campaña ha sido más cercano a Heraldo Muñoz…

Yo, como tantos otros, pensamos en algún momento que podría ser una buena alternativa para el PPD la presidencia de Ricardo Lagos Weber. Sin embargo, él consideró que no era su momento y, frente a eso, la gran mayoría de los que estuvimos en eso estamos respaldando a Heraldo Muñoz. Creemos que tiene una trayectoria impecable, tiene un gran prestigio público. Le abre espacio y le da oxígeno al PPD, sin duda.

-A Muñoz se le critica por el apoyo que recibió del senador Girardi. ¿Será difícil que se desligue de esa imagen?

-Él tiene autonomía realmente. Y está apoyado por un espectro más amplio que solo una parte del girardismo o más bien dicho de Guido Girard. Heraldo tendrá que demostrar su autonomía para conducir el PPD, con una mirada más amplia e integrando la diversidad del partido.

-El senador Felipe Harboe no pudo lograr un acuerdo con Muñoz y terminó impulsando una tercera lista.

-Es muy bueno que esto se produzca competencia. Hay sensibilidades distintas en las tres listas, y creo que eso, mirando a largo plazo y desde lo que la comisión estratégica queríamos, no podría haber sido mejor.

-Pero el partido sigue inmerso en la disputa de corrientes internas, ¿debería ser hora terminar con esas peleas?

-Creo que ahí hay miradas equivocadas. El laguismo es una entelequia porque todos somos laguistas, no es una corriente, no existe como tal. Eso es lo primero que hay que dejar claro. Lo segundo, es que efectivamente el girardismo era una de las corrientes más poderosas en el PPD y eso era una dificultad, pero existían un conjunto de otros grupos. En un partido democrático es normal que existan corrientes. Lo importante es que representen ideas y no se transformen en meros grupos de poder en torno a un personaje, esa es la dificultad. Tengo la esperanza que eso empiece a suceder después de estas elecciones en el sentido que se empiecen a estructurar corrientes sin nombres de personas sino con ideas.

Una buena idea es partir conformando una especie de agenda postneoliberal, que sea como el comienzo de una convergencia».

-El ex canciller siempre ha dicho que es independiente, pero desde que anunció su candidatura se le ha vinculado al girardismo…

-Lo que pasó es que Guido fue el primero que lo propuso, pero él finalmente ha construido un acuerdo que lo respalda que es más amplio que Guido.

«Conformar una agenda postneoliberal»

-¿Cuál es el camino por el que debería optar el PPD en la política de alianzas?

– Nosotros siempre hemos estado y estaremos por la convergencia de las fuerzas progresistas tanto de centro, centro izquierda como de izquierda, pero reconocemos que esto es complejo hoy día. Una buena idea es partir conformando una especie de agenda postneoliberal, que pueda ser más simple de concordar, que sea como el comienzo de una convergencia. Y que en el futuro podrá verse si se traduce en una coalición o en acuerdos  electorales o de gobierno.

-¿En esa agenda postneoliberal estaría incluido desde el Frente Amplio hasta la DC?

-Como no es posible todavía armar una coalición, lo que planteo es partir por un esfuerzo con una agenda compartida por todos o incluso puede haber acuerdos simplemente electorales ni siquiera de gobierno. Uno debiera pensar que para enfrentar la elección de gobernadores regionales debiera haber un acuerdo electoral básicamente. Pero cualquier sea la forma que en el futuro asuma la unidad, el inicio podría ser constituir esta agenda que es lo más realista y que no te obliga a más cosas en las que todavía no hay condiciones.