«El caso más vergonzoso de engaño a una persona y a un movimiento político latinoamericano (por parte del régimen cubano) fue el que se le aplicó a Tati Allende –en realidad a Salvador Allende a través de su hija preferida–, una mujer tan luchadora, tan generosa, fue utilizada, manipulada (…). Allende fue más víctima de los cubanos que de los americanos».

La anterior es una cita tomada del libro ‘Memorias de un soldado cubano’, de Dariel ‘Benigno’ Alarcón Ramírez, guerrillero de la revolución de esa isla que, desencantado, se exiló en Francia, país en el que murió hace 5 años, siendo crítico del sistema comunista y sus dirigentes, empezando por Fidel Castro.

En sus memorias, Benigno se refiere a Beatriz, la segunda de las tres hijas de los Allende Bussi, quien acompañó a su padre en el Palacio de La Moneda hasta el último día. El «engaño», de acuerdo con la historia que relata el disidente cubano, obedece a que el vínculo matrimonial entre la médico y el diplomático cubano Luis Fernández Oña se habría dado por órdenes del régimen de Fidel Castro.

Fernández Oña era capitán del servicio de inteligencia de Cuba y habría recibido instrucciones de relacionarse con Beatriz más por un interés político de Castro; que por un nexo emocional. En las ‘Memorias de un soldado cubano’, el autor se refiere a esta figura como Demid, nombre con el que se le conocía en La Habana.

«Después del golpe contra Allende, llega Tati exiliada a La Habana y se entera que su marido no se había casado con ella por amor y la relación de Demid con ella era producto del cumplimiento de una misión que se le había confiado como agente de la Seguridad cubana y que además había vuelto con su antigua esposa cubana, Tati se suicida después de haberle escrito una larga carta a Fidel», se señala en el libro.

El fallecimiento ocurrió el 11 de octubre de 1977 en La Habana, cuando Allende Bussi tenía 34 años. En el texto Dariel Alarcón aporta más antecedentes: «La carta para Fidel fue leída antes que él por varios chilenos que llegaron a la casa de Tati al enterarse del suicido. Para callarle la boca a esos chilenos que eran militantes del MIR, se les llevó a casas confortables, se les dio auto, tarjeta de crédito general para todos los restoranes y toda una serie de privilegios. Una mujer tan buena, tan generosa, tan luchadora que terminara así es realmente criminal».

Alina Fernández, la hija de Fidel, también escribió sobre la «misión» de Fernández Oña

Hay otros documentos en los que se asegura que el vínculo entre Fernández Oña y Allende Bussi no habría sido espontáneo, sino que orquestado desde La Habana, pese a que el supuesto diplomático ya tenía una esposa en la isla caribeña.

En la publicación ‘Alina, memorias de la hija rebelde de Fidel Castro’ se señala que la unión entre Beatriz Allende y Luis Fernández Oña, habría sido parte de una «misión» de él.

«Al parecer la cosa estaba bien montada desde el principio; ‘las líneas de penetración’ o algo así: la Tati, la hija de Allende ya estaba casada como había sido previsto con el pobre Luis, un oficial de la seguridad, aunque divorciarlo de su mujer cubana para hacerlo cumplir la misión en Chile había sido un problema. Y Allende había aceptado a Tony (Fernández Oña) como jefe coordinador del GAP, el Grupo de Amigos del Presidente, que era la escolta personal del futuro presidente, gracias a un agente chileno entrenado y formado en Cuba, el Guatón», se indica en el libro firmado por Alina Fernández, hija de Fidel Castro.

El caso de Beatriz Allende figura en Archivo Cuba

Hay 9.383 casos de muertes y desapariciones documentadas por Archivo Cuba, que son atribuibles a la revolución cubana que encabezan los Castro. Uno de los nombres que figura en el registro es el de Beatriz Allende Bussi, madre de quien será Ministra de Defensa a partir del 11 de marzo: Maya Fernández.

Archivo Cuba   es un «proyecto en el que se documenta el costo en vidas de la revolución cubana», de acuerdo con la directora ejecutiva de esta organización, María Werlau, que nació en Cuba y que fue sacada a Estados Unidos por sus padres, que abandonaron la isla como exilados, cuando ella tenía 7 meses de nacida.

«El de Beatriz Allende entra en los casos de suicidios por razones políticas. Hay testimonios  de que ella dejó una carta en la que culpa a Fidel Castro de este drama familiar. Tenemos testimonios de varias fuentes directas de que efectivamente Fernández Oña, cubano, marido de ella, tenía una familia en Cuba y que le fue ordenado tener esa relación amorosa con ella y entrar en un matrimonio con ella para acercarse a Allende y obtener información», asevera Werlau en conversación con El Líbero.

«Beatriz Allende fue utilizada políticamente por el régimen cubano», insiste la directora ejecutiva de Archivo Cuba, organización que lleva registro sistemático y ordenado de más de 11.300 muertes que, asegura, han sido causada de una u otra manera por el régimen cubano, incluyendo también a Fulgencio Batista.

Cuando ocurrió la muerte de la médico de la Universidad de Concepción, en octubre de 1977, Maya Fernández Allende tenía 6 años, los acababa de cumplir 14 días antes, el 27 de septiembre. Su hermano menor, nacido en Cuba, Alejandro Fernández Allende, cumplió sus 4 años de vida al mes siguiente de la muerte de su madre, el 5 de noviembre.

«Desertores cubanos han informado que ella había sido el objeto de una operación de inteligencia cubana para penetrar en el círculo íntimo de su padre incluso antes de que asumiera la presidencia de Chile. Luis Fernández Oña, capitán del servicio de inteligencia de Cuba, recibió instrucciones de seducir a Beatriz; cuando Allende ascendió a la presidencia y Beatriz fue asignada Jefe de su Gabinete», se indica en el registro en línea que figura sobre el fallecimiento de Allende Bussi en Archivo Cuba.

«Fernández Oña fue trasladado a la Embajada de Cuba en Chile como diplomático, con órdenes de divorciarse de su esposa y casarse con Beatriz para obtener información para el régimen de Castro (…) Beatriz se exilió en Cuba con su esposo. Finalmente, este le dijo que nunca la había amado y que solo se había casado con ella para seguir las órdenes del gobierno cubano. Sintiéndose usada, rechazada y decepcionada, le escribió una carta a Fidel Castro y se suicidó. El gobierno cubano publicó un aviso oficial del suicidio, atribuyéndolo a la depresión por el golpe de Estado en Chile. La supuesta carta nunca se ha publicado», se señala en este registro.

De acuerdo con la información que figura en la base de datos de Archivo Cuba, Fernández Oña se volvió a casar con su esposa cubana.

El ascenso de Fernández Oña dentro del aparato diplomático cubano

Sobre la injerencia del régimen cubano en el gobierno de Allende se pronuncio el analista político Sergio Muñoz Riveros, autor de la columna titulada «1973: Allende y la intromisión cubana».

«Ella -Fernández Allende- es hija de un agente de la inteligencia cubana, Luis Fernández Oña, que desempeñó un controvertido papel en los años de la Unidad Popular, cuando, desde la embajada de su país en Santiago, fue uno de los principales protagonistas de los actos de intromisión en la vida nacional de acuerdo al diseño de Fidel Castro. Se trata de uno de los capítulos más oscuros de la tragedia de 1973″, señaló  Muñoz Riveros.

Hasta ahora se sabía que Allende Bussi y Fernández Oña se conocieron en una ocasión en la que este viajó a Chile, cuando Salvador Allende era senador. También es conocido que el hombre provenía de una familia de escasos recursos y que se había involucrado en política en su país de origen desde que tenía 15 años. El nombre con el que se le conoce es una ‘chapa’ que habría adoptado durante su lucha clandestina.

La carrera política de Fernández Oña fue en ascenso y en los 60 cuando ingresó Departamento América del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Sus vínculos con Chile surgieron entre 1966 y 1967 a través de la conferencia en La Habana de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina, que fue presidida por el escritor chileno Manuel Rojas; y de la primera conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad, liderada por Allende, que para entonces era senador.

El padre de la futura Ministra de Defensa era el responsable de recibir a los funcionarios chilenos que viajaban a Cuba. Así lo hizo hasta 1970, cuando Allende llegó a La Moneda y Fernández Oña fue enviado a Santiago a cumplir roles de relevancia en la embajada de su país en la capital chilena.

En todo caso, Fernández Allende habría mantenido el vínculo con su padre. En diciembre del 2016 informó a través de su cuenta en Facebook que viajaba a Cuba debido al grave estado de salud de Fernández Oña.

“Amigos y amigas: parto rumbo a Cuba. A diferencia de siempre, ahora voy triste, pues mi padre está muy grave y a sus 80 años es complicado. Serán unos días de poder apapacharlo y decirle todo lo que lo quiero”, escribió la entonces diputada, según reseñaron los medios en su momento. Poco después se supo que el hombre, de 80 años, había fallecido.

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