Una fuerte controversia se generó a mediados de la semana pasada, cuando el Consorcio de Universidades del Estado de Chile (CUECH) lanzó un video pidiendo el término del Crédito con Aval del Estado y criticando a los planteles universitarios privados que se han beneficiado de él, comparándolos con callampas.
En el material audiovisual de dos minutos de duración (ver al final de la nota), una voz en off señala que antes de la implementación del CAE, en el año 2005, la matrícula total de alumnos de pregrado en la educación superior era de casi 700 mil estudiantes, cifra que se ha incrementado en un 82% al año 2016, llegando a más de un millón cien mil alumnos.
A renglón seguido, el video sostiene que “con la implementación del CAE se han masificado las instituciones privadas poco selectivas y de baja calidad. Gracias al endeudamiento con los bancos, se ha financiado el crecimiento desproporcionado de estas instituciones”, mientras aparecen imágenes de callampas creciendo entre edificios.
Luego, la voz en off se pregunta: “¿Cuántos estudiantes han desertado? ¿Cuántos se han titulado? Entre las instituciones que presentan mayores porcentajes de CAE, algunas alcanzan el 50% de deserción académica el primer año, poniendo en evidencia que el Estado está mal utilizando los fondos públicos, el estudiante está quedando endeudado y sin posibilidad de movilidad social”.
El hecho fue considerado como una verdadera declaración de guerra hacia las universidades privadas o públicas no estatales, y rectores como Ignacio Sánchez, de la Universidad Católica, no tardaron en criticar el material, que fue defendido por Ennio Vivaldi, rector de la Universidad de Chile y presidente del CUECH.
“El video tiene una información muy mala. Me parece sorprendente que haya tenido el aval de universidades estatales y especialmente de los rectores. El video no entrega información veraz”, dijo Sánchez.
Otro que salió a cuestionarlo fue el ex ministro de Educación, Harald Beyer, quien sostuvo que en él “hay muchas cosas que no son exactas, que son además engaños y que son incluso mentiras en algunos casos”
Las cifras que no calzan
Y es que según un estudio realizado por Libertad y Desarrollo, la cifra de deserción que muestra el video en universidades con mayor porcentaje de alumnos beneficiarios del CAE, no corresponde a la realidad.
“Esto es engañoso, porque establece una relación entre el CAE y altos niveles de deserción, cuando la realidad es justo lo contrario. Los estudiantes que son beneficiarios del CAE tienen tasas de deserción bastante menores que las que presenta el sistema de manera global. Es importante además diferenciar entre los estudiantes que se cambian de carrera o institución y los estudiantes que desertan definitivamente, ya que estos últimos son los que probablemente van a tener más problemas para pagar sus deudas al no tener un título”, sostiene el think tank.
En ese sentido, agrega que “un estudio realizado por el Mineduc estima que la tasa de deserción definitiva del sistema de Educación Superior en su conjunto es de 17,2% y según nuestros cálculos esta misma cifra solo llega al 12,7% en el caso de los estudiantes con CAE”.
Si se hace este mismo análisis por tipo de institución, los resultados mantienen la misma tendencia. Por ejemplo, en los Institutos Profesionales la tasa de deserción en general es del 22,6%, mientras que en estudiantes con CAE alcanza un 16,8%. En el caso de los Centros de Formación Técnica, la deserción es del 24,5% y la de beneficiarios del CAE llega al 16,2%. Finalmente, en la universidades, las cifras son 11,8% vs. 9,1%.
“Los estudiantes beneficiarios del CAE que desertan y que, por lo tanto, se les hace más difícil pagar su deuda, son los menos. La gran mayoría permanece dentro del sistema de educación superior, aunque quizás en el camino haya habido cambios de carrera o institución”, sostiene Cristina Tupper, investigadora del Programa Social de LyD.
En el polémico video del CUECH también se pide a las autoridades que reasignen los recursos del CAE “a una oferta con garantías públicas, cuya columna vertebral sea el sistema en red de las instituciones de educación superior estatales”.
Pero para LyD, el CAE creado en el gobierno de Ricardo Lagos “ha sido un medio fundamental para posibilitar el acceso a la educación superior de miles de estudiantes de nuestro país. Por lo anterior, más allá de los perfeccionamientos al sistema de créditos que se pudiesen realizar, eliminarlo sería una política que deja sin posibilidades de financiamiento a muchos estudiantes que no tendrían otro método para poder acceder a la educación superior, de no mediar otros instrumentos que lo sustituyeran y que sean abordables por el presupuesto público (…) Ante cualquier cambio que se pretenda hacer al CAE, se debe tener presente que éste permite financiar a muchos más estudiantes de lo que se lograría con los mismos recursos públicos si es que estos se utilizaran en otros mecanismos, por ejemplo, becas o gratuidad”.
