La semana pasada la Contraloría sufrió un duro revés, luego de que la Justicia fallara en favor de siete altos oficiales de Carabineros, quienes acusaron al ente contralor de extralimitarse en sus facultades fiscalizadoras luego del sumario que abrió en 2020 la entidad contra ellos, por las acciones llevadas adelante durante el estallido de 2019. La acción remeció duramente en ese momento a Carabineros.

Sin embargo, tres años después, el 22° Juzgado Civil de Santiago resolvió que “el hecho de que la manera en que el contingente policial debe utilizar ciertos medios y herramientas de control del orden público se encuentre regulada por protocolos (…), no transforma la función y labor de control de orden público en una actividad controlable por la Contraloría General de la República en el marco de los controles y auditorías que realiza sobre administración del Estado”.

El caso volvió a poner en el foco de la oposición y también en sectores del oficialismo, el debate que se acerca respecto del nombramiento del próximo contralor, pues en diciembre culmina el período de Jorge Bermúdez.

En la oposición, ya hay quienes leen el fallo conocido la semana pasada como una lápida a la administración de Bermúdez, quien creen, ha llegado tarde y «de manera negligente» a investigar los casos de corrupción en la administración del Estado.

Reformular Contraloría

El panorama pone en un complejo escenario al Gobierno y al Presidente Gabriel Boric, que tendrá una dura tarea para consensuar un nombre con el Senado, instancia que debe ratificar con 3/5 de sus miembros (30 senadores) el nombre que proponga el Ejecutivo.

Esto porque, a raíz de los sucedido con el caso fundaciones y la molestia que existe en Chile Vamos con la gestión de Bermúdez, tanto en la oposición como en el propio oficialismo, se ha ido instalando la idea que la institución debe ser repensada, y no bastará con solo cuotear un nombre. Casi imposible, dicen, será que el Presidente logre instalar un nombre de afinidad del oficialismo, luego de la molestia que existe con Bermúdez.

«Aquí se requiere una cirugía mayor de la Contraloría, con un fortalecimiento organizacional, que permita tener un personal altamente especializado en las distintas unidades e incrementar la capacidad fiscalizadora de la institución, y a la vez que se pueda anticipar a situaciones de focos de corrupción o malas prácticas. Por lo mismo, no será fácil dar con la persona idónea y alcanzar consenso en el Congreso para su nominación», explica la senadora Carmen Gloria Aravena.

En la misma línea el senador de Demócratas, Matías Walker, asegura que será «fundamental que el nombre no obedezca a un cuoteo político, sino que se busque a un o una destacada jurista, con visión de Estado, dispuesto a modernizar y descentralizar la institución«.

Juicio de cuentas a Tohá

Además del caso fundaciones y el flanco que se le abrió en las últimos días a Bermúdez con el fallo judicial en favor de Carabineros, el debate tiene como contexto también otra pata política que afecta al Gobierno: el juicio de cuentas que lleva adelante la entidad en contra de la ministra del Interior, Carolina Tohá, en el marco de su administración como alcaldesa de la Municipalidad de Santiago.

Si bien el año pasado el tribunal de cuentas de la Contraloría eximió de responsabilidad a Carolina Tohá en uno de los juicios, aún quedan dos causas pendientes, las que están a cargo de la subcontralora, Dorothy Pérez.

Si bien el Presidente Boric desestimó que esta situación pudiera significar un impedimento para que Tohá llegara a Interior, en el oficialismo ya hay quienes advierten internamente que un fallo en contra puede abrir un flanco al Gobierno.

Por otro lado, también hay quienes advierten que el debate por un nuevo nombre podría demorar en zanjarse, incluso varios meses, en cuyo caso asumiría como contralora subrogante la propia Pérez, quien pasaría a tomar un rol protagónico.

De ahí que tanto en el Ejecutivo como para el propio Bermúdez, sería clave intentar llegar a un consenso rápido.

Con todo, cualquiera sea el nombre que asuma como nuevo contralor o contralora, Pérez seguirá a cargo del juicio de cuentas, quien en todo caso y según señalan fuentes ligadas a la Contraloría, tiene un prestigio ganado en la materia por lo que sus fallos son muy valorados en el entorno político y judicial.

Las cartas de oficialismo y oposición

En medio de este panorama, en los distintos sectores ya se está conversando bajo cuerda cuál es el perfil que buscarán para el sucesor de Bermúdez (ver nota relacionada).

Uno de los nombres que ha sonado es el del secretario de la Cámara de Diputados, Miguel Landeros. Sin embargo, su opción ya tendría algunos detractores en el Senado, lo que se suma a la advertencia de que podría verse como «una cocina» demasiado evidente del mundo parlamentario.

Fuentes del PS señalan que un nombre que el partido podría poner sobre la mesa es el del abogado y experto en el Consejo Constitucional, Gabriel Osorio.

En el Gobierno, en tanto, una opción que se ha conversado es la idea de darle al órgano un tono o una característica más de órgano persecutor, de ahí que un nombre que haya estado sonando es el del fiscal Xavier Armendariz.

La carta del propio Bermúdez, en tanto, sería la actual secretaria general, Nelly Salvo.

Si bien en Chile Vamos aseguran aún no hay nombres sobre la mesa, en RN se ha planteado que debe ser alguien con un perfil técnico que venga con la idea de una amplia reformulación o modernización de la Contraloría.

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