Cuando el Presidente Sebastián Piñera visitó La Araucanía esta semana sostuvo varias reuniones, en una de ellas participó Hugo Alcamán, presidente de la Corporación de Profesionales Mapuche ENAMA. La intención del dirigente, además de retomar la agenda indígena, era la de involucrar al pueblo mapuche en el desarrollo económico de la región y oficializar el mapudungún como lengua co-oficial de la región.

Alcamán asegura que el diálogo es fundamental en el conocimiento ancestral de su pueblo. No obstante, algunos de los que han optado por esta vía se han visto asediados, y han sido víctimas de amenazas. Así denunció Víctor Ancalaf, en entrevista para El Líbero. Al igual que el lonco José Cariqueo, quien declaró: “Mis hijos murieron acribillados porque yo acepté el desarrollo”.

“Por eso invitamos permanentemente a no entrar en el camino de la violencia, porque es difícil salir de allí. Esto es para todos, no solamente para los mapuches”, recalca Alcamán.

-¿Cómo valora la visita que hizo el Presidente junto a los ministros de Desarrollo Social y de Interior a la zona. El Mandatario señaló que en La Araucanía sí hay terrorismo.

-Sin lugar a dudas, existen sectores poco amigables con nosotros los mapuches, y estamos nosotros. Ahí tenemos un enfrentamiento permanente. El conflicto que nosotros vivimos no es un conflicto exclusivamente del Estado con los mapuches, es un conflicto de la sociedad, del Estado y nosotros. Es un conflicto tripartito. Un sector de la sociedad, no todos, no mira con buenos ojos nuestra reivindicación y demandas: nosotros planteamos seguir existiendo como mapuches, dentro del Estado de Chile. Por supuesto que los mapuches somos un pueblo diverso y hay todo tipo de pensamiento. Por otro lado, está el Estado con sus tres poderes que no ha avanzado en permitirnos ejercer nuestros derechos, que la comunidad internacional ya nos reconoce. Las palabras del Presidente tienen que hablarle a esos dos mundos contrapuestos. Nosotros planteamos que lo que hay es delincuencia. Desde el año 2005 se ha querido plantear esta tesis del terrorismo, pero los tribunales nunca la han acogido. Termina siendo opinología la categorización de terrorismo, porque si los tribunales no califican así, hay que respetar, como dicen ellos, el Estado de Derecho.

El reclamo, la queja o la denuncia que hacen Ancalaf y Cariqueo visibiliza la realidad de quienes han optado en algún momento por la violencia y quieren dejar ese camino. Es un camino difícil, por eso es que lo ideal es que nunca nadie transite por la violencia».

-Recientemente se han visto ataques y amenazas a familias que pasan de una postura de reivindicación territorial más fuerte a una postura más afín con el diálogo y el desarrollo económico.

-Nosotros estamos contra la violencia, porque solo genera más violencia. Quienes han estado en algún momento por la vía violenta, luego, cuando quieren atender las necesidades de sus familias, que piden mejor calidad de vida -para lo que se necesita paz y desarrollo- quedan entrampados por sus propios compañeros, que les dicen “cómo es posible que te quieras salir de este camino”. Ahí entran en conflicto. Por eso invitamos permanentemente a no entrar en el camino de la violencia, porque es difícil salir de allí. Esto para todos, no solamente para los mapuches.

-Esta semana El Líbero tuvo entrevistas con Víctor Ancalaf que decía que está constantemente amenazado y con José Cariqueo, a quien le mataron a sus dos hijos y advertía: “Hay gente que está a punto de pasar por lo que yo pasé”. Son alertas que hacen en referencia a personas de su mismo pueblo… 

-Sí, efectivamente. Son las personas que en algún momento fueron sus compañeros de lucha social. Ellos, en su momento, también optaron por alcanzar las demandas y reivindicaciones que tenemos como pueblo por la vía de la violencia. A diferencia de la gran mayoría mapuche que no optamos por esa ruta, aunque coincidamos en la misma demanda y reivindicación. El reclamo, la queja o la denuncia que hacen Ancalaf y Cariqueo visibiliza la realidad de quienes han optado en algún momento por la violencia y quieren dejar ese camino. Es un camino difícil, por eso es que lo ideal es que nunca nadie transite por la violencia.

Quienes plantean esa acusación de traidores a otro grupo porque no hacen lo que ellos establecen, muestra que son grupos que están ideologizados en culturas ajenas a la cultura mapuche. Claramente uno puede decir que quienes hacen este tipo de acusaciones están ideologizados».

-¿Qué consecuencias trae eso al interior del pueblo mapuche?

-Ocurre lo mismo que pasa en todo el país. Chile es diverso, hay posturas encontradas y donde hay gente que ataca a sus propios compatriotas y personas que se enfrentan a su propia gente. Esa es una prueba de que somos un pueblo, como cualquier otro, donde tenemos distintas miradas, distintas visiones, comportamientos. Eso demuestra que hay un paradigma equivocado cuando se plantea que los mapuches somos todos homogéneos, uniformes, iguales. No es así. Ahora, nuestra cultura ancestral, nuestra sabiduría ancestral privilegia el diálogo, los acuerdos, los consejos. Eso es lo que nos enseñaron nuestros antepasados y quien se sale de ese camino, indudablemente no transita la ruta de nuestra sabiduría ancestral. Lo mismo pasa con el pueblo chileno: hay principios valóricos que señalan el orden, el respeto, ser laborioso y hay personas que tampoco cumplen esas normas sociales, pero lo importante es que la cultura mapuche nos enseña siempre que el diálogo, la negociación, el parlamentar, el hablar, son las vías de solución a los problemas.

Aquí hay sectores, por supuesto no puedo hablar de todos, pero hay sectores empresariales, de agricultores, que nunca han tenido una disposición positiva hacia el pueblo mapuche».

-¿Entonces por qué hay tantas reticencias de estos grupos en aceptar cruzar a la acera del diálogo?

-Hemos observado en los últimos acontecimientos que llegó inmediatamente el embajador de Cuba. Hubo visita a Venezuela -de los dirigentes de la CAM-, donde justamente todos sabemos que son países que están cuestionados por la comunidad internacional en cuanto a su democracia. Eso nos puede hacer pensar que hay influencia de estos países, que tienen estas ideologías, que privilegian la fuerza sobre el diálogo.

“Nadie tiene el derecho de acusar ni sentar en el banquillo a nadie para finalmente señalarlo como un traidor”

-Puede haber sectores del pueblo mapuche que los vean como “traidores” por tener una postura más abierta hacia la negociación.

-Quienes plantean esa tesis de acusar de traidores a otros no están dentro de la cultura mapuche. Nosotros somos sumamente respetuosos de la autonomía de cada lof familiar, de cada comunidad familiar. Respetamos culturalmente lo que hace cada comunidad. Por eso es que nosotros no tenemos un solo líder. Tenemos tantos líderes como comunidades o reducciones o familias tengamos. Nuestra cultura tiene ese respeto. Por lo tanto, quienes plantean esa acusación de traidores a otro grupo porque no hacen lo que ellos establecen muestra que son grupos que están ideologizados en culturas ajenas a la cultura mapuche. Claramente uno puede decir que quienes hacen este tipo de acusaciones están ideologizados.

Invitamos permanentemente a no entrar en el camino de la violencia, porque es difícil salir de allí. Esto para todos, no solamente para los mapuches».

-En los últimos meses se ha incrementado el número de los ataques incendiarios y tomas de predios. ¿Este aumento ha traído como consecuencia que algunos empresarios y agricultores también hayan radicalizado su postura? 

-Lo que ha sucedido en los últimos meses es que se ha visibilizado la realidad de una región fragmentada, de una realidad que estaba oculta, y gracias a los medios de comunicación que han mostrado esta realidad a la opinión pública, se está conociendo la verdadera realidad de la región. Esta región siempre ha sido radicalizada. Aquí hay sectores, por supuesto no puedo hablar de todos, pero hay sectores empresariales, de agricultores, que nunca han tenido una disposición positiva hacia el pueblo mapuche. Por otro lado, nos llama la atención que casi todos los grandes millonarios de Chile tienen tierras acá en La Araucanía y sin embargo al lado tienen pobreza dura. ¿Dónde está la responsabilidad social? ¿Dónde está el apoyo hacia sus vecinos? Todo esto ha generado esa explosión social, por lo tanto, esa radicalización siempre ha existido, estaba oculta y hoy día solamente sale a la luz. Nos alegra que salga a la luz, que se muestre quiénes son, y hoy vemos quiénes son por ambos lados y quiénes son los radicales y que gracias al cielo son los menos.

Pedimos Estado de Derecho para todos. Para los que piden tranquilidad, para los que piden poder desarrollarse en paz y para nosotros que queremos poder ejercer nuestro derecho a existir como mapuche».

-¿Hay grupos que se hayan restado del diálogo por temor a represalias?

-Vimos que representantes del Partido Socialista, gente de la región, cuando apareció el Consejo Político Mapuche de Chile Vamos, dijeron que iban a estar vigilantes si traicionaban al pueblo mapuche, en una clara alusión de que los mapuches que optan por los partidos de derecha son traidores. Eso muestra ideologización, y eso no va contra la cultura y la sabiduría mapuche, porque el mapuche siempre ha sido respetuoso de la manera de pensar y de comportarse de otros. Nadie tiene el derecho de acusar ni sentar en el banquillo a nadie para finalmente señalarlo como un traidor. 

-Desde el punto de vista institucional, ¿cómo se puede abordar esta situación? ¿Qué pasos concretos debería dar el Gobierno?

-Es urgente que, así como un sector de la población pide Estado de Derecho, entendiéndolo como el cumplimiento de las leyes, el poder producir tranquilos, el poder atender sus negocios tranquilos, que me parece que está bien, que es correcto, también el gobierno debe atender el estado de derecho de los mapuches. Los mapuches no vivimos en Estado de Derecho. Chile ha reconocido ante la ONU en 2007, ante la OIT en 2008, y ante los Estados Americanos en 2016, los derechos de los pueblos originarios y, sin embargo, a la fecha no ejercemos ningún derecho. Pedimos Estado de Derecho para todos. Para los que piden tranquilidad, para los que piden poder desarrollarse en paz y para nosotros que queremos poder ejercer nuestro derecho a existir como mapuche. A tener nuestra propia mirada y ritmos de desarrollo, como muy bien indica la jurisprudencia internacional.

-¿Tener su propio desarrollo se puede lograr con el Plan Araucanía? ¿Puede haber avances en ese sentido en 2019?

-En el Plan Araucanía lamentamos que el intendente anterior, Luis Mayol, actuó de forma muy paternalista. Agradecemos al intendente Jorge Atton que ha señalado que va a recoger nuestras observaciones, que son 189 y 56 propuestas, que nacieron del mundo mapuche, del trabajo que realizó la Confederación Económica Mapuche. En ese momento ese plan va a tener entonces nuestro total apoyo porque significa que está considerando nuestras aspiraciones y nuestras miradas de cómo debe desarrollarse la región.