En una semana en que la oposición aún busca explicaciones tras no lograr pasar su autoimpuesta prueba de fuego para votar de forma unida la acusación constitucional, el senador Felipe Harboe (PPD) analiza el estado actual de la centroziquierda. «La oposición quedó muy mal», señala. Y condena el «matonaje» que ha existido contra los diputados que optaron por no aprobar el libelo. «Estamos en presencia hoy día de un movimiento transversal cada día más totalitario. Cuando alguien en la izquierda, en la derecha, se mueve distinto como piensa el resto lo condenan, lo sacrifican».

En conversación con la periodista Pilar Molina en La Mirada Líbero en Agriculura, el legislador subraya que fue un error de los diputdos presentar la acusación sin conversar antes con los senadores. «¿Dónde estaban los presidentes de los partidos políticos de oposición para hacer un gran encuentro o una reflexión mucho más profunda respecto de si había méritos o no y si era conveniente para la oposición hacer esto? No me compro el discurso de Guillermo Tellier que dice ‘mire, esta es la prueba de fuego de unidad de la oposición’. Eso no es así». 

-Senador, ¿cómo habría votado la acusación constitucional en el Senado? Porque le habría tocado aprobarla si se hubiera aprobado en la Cámara…

-El libelo era bastante débil en varias de sus partes. Pero más allá de la debilidad jurídica, creo que lo más delicado fue que un grupo de parlamentarios haya tomado la decisión inconsulta, sin preguntar al resto de la oposición, de presentar una acusación constitucional. Creo que eso le hace un daño enorme a la oposición. Lo que quiere Chile es una oposición que tenga la capacidad de proyectar hacia el futuro, que haga propuestas, y que no estemos permanentemente enfrascados en peleas, en discusiones, en obstrucción. Lo más importante hoy en día es aprender del mensaje que la gente nos mandó después de cuatro años del gobierno de Michelle Bachelet. Tenemos que analizar por qué ocurrió eso, en vez de seguir cometiendo los mismos errores. El estancamiento económico y otros temas en materia de seguridad avalan la posibilidad de que uno tenga un gobierno de diferente signo del que está hoy día gobernando. Pero eso se consigue, no con obstrucción, sino que con propuestas.

-¿Entonces fue un error que el Partido Socialista tratara de buscar la unidad de la oposición presentando esta acusación? 

-Claro, porque lo que pasa es que usted puede conseguir unidad de propósitos, cuando conversa antes, pero cuando usted presenta una acusación constitucional y después dice que de eso depende la unidad de la oposición, la pregunta es ¿y por qué no se pregunta antes de presentar la acusación?

Lo más delicado fue que un grupo de parlamentarios haya tomado la decisión inconsulta, sin preguntar al resto de la oposición, de presentar una acusación constitucional. Creo que eso le hace un daño enorme a la oposición».

-¿Por qué los otros partidos se sintieron obligados a plegarse?

-No tengo idea. Esto fue de los diputados. Pero, por ejemplo, comentábamos con el senador Lagos Weber y con la senadora Muñoz, decíamos «a nosotros nadie nos consultó esto» y, al final del día, nosotros íbamos a tener que hacer de jurados. Acá hay decisiones políticas, la pregunta mía es: ¿Dónde estaban los presidentes de los partidos políticos de oposición para hacer un gran encuentro o una reflexión mucho más profunda respecto de si había méritos o no y si era conveniente para la oposición hacer esto? Yo no me compro el discurso de Guillermo Tellier que dice mire, esta es la prueba de fuego de unidad de la oposición. Eso no es así. 

-¿Qué le parece que desde la  misma oposición traten de destituir a Pepe Auth, que era de su partido, de la mesa de la Cámara, por haber votado en contra de la acusación contra Marcela Cubillos? ¿No es un matonaje decirle a un parlamentario que si vota en conciencia en contra de los demás miembros de la bancada está fuera de todo?

-Me parece que estamos en presencia hoy día de un movimiento transversal cada día más totalitario. Cuando alguien en la izquierda, en la derecha, se mueve distinto como piensa el resto lo condenan, lo sacrifican. Recuerdo cuando me tocó discutir el control de identidad preventivo, era un derechista y la gente empieza a denostar a las personas que piensan distinto, y parte del logro de la democracia tiene que ver con el respeto a la diversidad. Me parece inaceptable que se emitan todos estos epítetos en contra de Pepe Auth u otros que han planteado sus diferencias. Yo tengo una diferencia política respecto de la apreciación que él hizo de la acusación, pero eso no me habilita a mí para inhabilitarlo. No me parece que sea adecuado porque o al final del día terminamos todos exigiendo que los partidos políticos y las coaliciones sean regimientos. La pregunta es, por ejemplo, ¿cuándo el Partido Comunista votó en contra de algunos artículos de la reforma laboral de la Presidenta Bachelet, se les calificó de traidores? No. Entonces, a mí no me gusta eso. No me gusta la izquierda totalitaria como tampoco me gusta la derecha totalitaria.

-En la oposición han planteado tres acusaciones constitucionales y las tres han fracasado. ¿Debiera marcar esto un punto de quiebre de no seguir usando esto como instrumento político? ¿Y en el caso de la ministra Cubillos tratar de dejar figuras públicas fuera de cualquier cargo público durante cinco años en caso de que se aprobara?

-Hoy día escucho muchas reflexiones respecto a la acusación constitucional, pero no olvidemos que la acusación constitucional fue ejercida en reiteradas oportunidades por la derecha anteriormente. Ahora, ¿cuál es mi preocupación? Es que cuando uno ejerce una acción de una acusación constitucional, lo que está suponiendo es el incumplimiento de una ley y, por ende, tiene que probarlo. Pero para probarlo se requiere que el libelo acusatorio tenga una solidez que sea indubitada, que no ha sido el caso, entonces ese es el problema. Si uno va a hacer las cosas, bueno hágalas bien, pero hacerlas a medias y generar este gran problema político para el país, para el ambiente político, para la inversión y también para la oposición me parece que es una irresponsabilidad mayor. 

-Si usted dice que no estaba aprobada la infracción jurídica, ¿entonces habría vota en contra?

-Tengo una duda respecto de uno de los capítulos. De uno, que incluso yo fui recurrente, que es la utilización de correos electrónicos de parte de la ministra para fin distinto al establecido en la política de educación. Ahí tengo una duda. Me parece, a lo menos, irregular y fue algo que denuncié al Consejo de la Transparencia en su minuto.

-Y lo aprobó el Consejo para la Transparencia… dijo que no había problemas. 

-Claro, en un empate, 2 a 2, y decidió un militante de la UDI, efectivamente.

No pienso igual que el gobierno, pero tengo la capacidad de decir, siendo de oposición, que no estoy disponible para hacer obstrucción y puedo plantear mis ideas, mis propuestas y eso es lo que la gente quiere al final del día».

-Pero si hubiera habido una infracción según el Consejo para la Transparencia, ¿eso da para destituir a una ministra y dejarla fuera de la vida pública cinco años?

-No. Como creo que no daba tampoco para lo de Yasna Provoste y como tampoco lo de Harald Beyer. Reflexionaba el otro día con algunos abogados y decía por qué no pensamos hacer una especie de juicio político donde efectivamente haya la posibilidad de destituir a un ministro, pero que no tenga estas inhabilidades de cinco años de poder ejercer su trabajo. Es una penalidad completamente desproporcionada. Nadie puede pretender que las acusaciones constitucionales sean estrictamente jurídicas, si esto se hace en una Cámara que es política, que está establecida en la Constitución como una herramienta política, pero que tiene causales jurídicas. Creo que esos instrumentos no están siendo bien utilizados.

-¿Usted considera que al final la acusación terminó siendo un favor al gobierno y que la ministra salió fortalecida?

-No, al final que el que pierde es el país. Tenemos que tratar de distinguirnos del barrio. Mire lo que está ocurriendo en Perú, lo que está pasando a nivel internacional con el impeachment contra Trump, lo que ha pasado en España que tienen que volver a hacer elecciones. Chile tiene que entender que en el contexto de las estabilidades políticas internacionales, se requiere más nivel de unidad. Unidad en la diversidad, yo no pienso igual que la gente del gobierno, pero tengo la capacidad de decir, siendo de oposición, que no estoy disponible para hacer obstrucción y puedo plantear mis ideas, plantear mis propuestas y eso es lo que la gente quiere al final del día. Si vamos a ir generando permanentemente problemas políticos, y la política va a ser un freno a la recuperación económica tan esperada y tan postergada, mi percepción es que no estamos aportando lo que queremos para el país.

Lo que hay más bien son iniciativas particulares que concitan apoyos en algún minuto, pero no hay liderazgos».

-¿Cómo quedó la oposición después de esto? Fue inédito que no contaran con los votos necesarios. Votaron en contra dos DC, un regionalista, dos independientes y hubo dos abstenciones, que también eran votos opositores. ¿Debiera marcar un punto de inflexión para pasar a un trato de mejor colaboración o debiera seguir en la posición dura en que estaba?

-La oposición quedó muy mal, porque, en primer lugar, hay que asumir que hay gente que es de oposición, y gente que no está disponible a ser de la oposición, o que va a votar siempre por el gobierno. Está bien, eso es muy legítimo. Segundo, porque evidentemente esto no fue conversado antes. En tercer lugar, esto debe llevarnos a reflexionar. ¿Este es el camino que tiene que tener la oposición para efectos de validarse? Y ¿quiénes somos la oposición? ¿Cuál es la orilla de este lago llamado oposición? ¿Es el Partido Comunista, el Frente Amplio? ¿Hay que seguir en todo al Partido Comunista o al Frente Amplio? Me parece que el mundo de la centroizquierda, de una vez por todas, tiene que dejar de pautearse por la izquierda más totalitaria, menos democrática, y tenemos que levantar las banderas nuevamente de la visión socialdemócrata, de la visión de la colaboración, que no significa ni entreguismo ni renunciar a lo que uno cree. Puedo pensar distinto al gobierno, pero se lo planteo abiertamente y los discutimos en el marco del trámite legislativo.

-¿Pero hoy el liderazgo dentro de la oposición lo está marcando el Partido Comunista con las 40 horas por ejemplo y el Frente Amplio?

-No, no creo.

-¿Quién diría usted que está liderando hoy día dentro de la oposición?

-Parte del problema es que justamente no hay un liderazgo. Lo que hay más bien son iniciativas particulares que concitan apoyos en algún minuto, pero no hay liderazgos. El liderazgo tiene que ver con levantar banderas e incluso pagar costos electorales a propósito de defender una idea y yo creo que eso hoy día no existe. Y no existe porque hay muchos que están pensando en cómo vamos a ir en la elección próxima, cuál va a ser la alianza, o si soy candidato o no soy candidato, quién es más popular. La libertad de no ser candidato es que uno puede decir las cosas que piensa y puede plantear temas que pueden ser incómodos en algún minuto.

-Si hubiera prosperado esta acusación constitucional contra la ministra, ¿usted cree que la oposición estaría mejor hoy día por el hecho de que son capaces de unirse para sacar a una ministra?

-No. La unidad de la oposición no estaba en juego con una acusación constitucional que además, insisto, fue inconsulta. Porque alguien podrá decir que no, que fue una decisión de los diputados. Sí, pero quienes deciden la acusación constitucional son los senadores y nadie nos preguntó a nosotros.

-Siempre se dio por hecho que el Senado iba a aprobar, las dudas estaban en la Cámara.

-No lo tengo tan claro, habría que haber visto muy en detalle las consecuencias y eso no pasó al final del día, porque creo que además calcularon mal.

-El Partido Socialista también condicionó las alianzas y los pactos electorales a que todos los partidos tengan la misma actitud de rechazo.  ¿Esto significa que para las reformas debieran rechazar la tributaria y la previsional? Cosa que no ha hecho la Democracia Cristiana. ¿Cuál es su opinión respecto a esto? ¿Usted reconoce el derecho de la DC de actuar como bisagra?

-Yo reconozco el derecho de cualquier parlamentario a votar en conciencia y en virtud de la evidencia que tenga disponible su convicción. Por lo tanto, eso pasa por cualquier parlamentario. Aquí no puede haber una orden de partido o de coalición de votar una reforma tan importante como el destino tributario del país o la reforma de las pensiones, por lo que diga A o B.  Además, hay que distinguir porque la Democracia Cristiana de la Cámara de Diputados es muy distinta a la del Senado. En el Senado hemos trabajo muy en conjunto con la DC. Almorzamos todos los martes, tenemos un trabajo importante, tenemos equipos conjuntos para analizar los temas tributarios, los temas de pensiones. Hemos ido logrando en el Senado reponer este espacio de unidad opositora y obviamente también de colaboración. Esto de condicionar pactos electorales a votaciones en el Parlamento me parece que no es adecuado. Salvo, cuando sea una actitud permanente. Cuando uno dice, ya, esta persona se apartó permanentemente de la visión que tiene nuestra coalición y nuestro partido, bueno ya eso es otro tema.

Reforma tributaria: «Sin crecimiento no hay nada que distribuir»

-¿Esto significa que en el Senado no van a aprobar lo que aprobaron los diputados demócrata cristianos en la Cámara en materia de reforma previsional y reforma tributaria?

-No lo sé. Estamos analizando con nuestros expertos en estas materias tributarias y previsionales. No me parece que el país tenga que discutir cada cuatro años cuál va a ser la estructura tributaria del país, como tampoco me parece que cada cuatro años discutamos una nueva Constitución y nuevo sistema de pensiones, porque eso genera inestabilidad en el país, pero en algún minuto tenemos que ponernos de acuerdos. El sistema tributario no es como dice la izquierda que es pura recaudación y no es como dice la extrema derecha que es solo crecimiento. Acá hay un mix, hay que entender que una estructura tributaria puede permitir recaudar por un lado, redistribuir por el otro, pero también fomentar el crecimiento y hacer equidad. He visto en el último tiempo una oleada de ir limitando, a través de impuestos o cargas tributarias, a la economía digital, cuando en realidad es lo que viene. Si Chile quiere de verdad sentarse en la mesa de los grandes países en materia digital, tenemos que generar incentivos.

Lo que hemos planteado algunos junto con el senador Lagos Weber, es incluso revisar los impuestos corporativos a la baja, pero no seguir insistiendo en la integración, porque eso genera una evidente desigualdad».

-En el tema de los impuestos, Amazon no va a instalar su centro de distribución de data en Chile, sino que en Argentina, que es una inversión de 800 millones de dólares porque los impuestos son muy altos aquí.

-Y este gobierno lo está aumentando aún más. Le está incorporando un aumento tributario a las plataformas digitales cuando en realidad, si yo quiero, por ejemplo, incentivar el desarrollo de una zona, tengo que crear mecanismos de incentivos para que los inversionistas vengan.

-O sea, ¿lo digital usted no lo gravaría, lo dejaría afuera?

-Por supuesto. Es más, no es que lo dejaría afuera, yo haría un paquete de incentivo tributario para que Chile se transforme en este centro financiero o centro regional de economía digital. Adicionalmente, ayudaría a las regiones. La región de Ñuble es la región que tiene mayor nivel de pobreza hoy día en el país, después de La Araucanía. Seguir en una especie de inercia, de que esto no se toca, a mí me parece que es completamente inadecuado. Aquí hay demasiado ideologismo de lado a lado.

-Hay un tema de recaudación y la crítica que se hace de la reforma anterior es que los impuestos quedaron muy altos. El 27% de las empresas, lo que se señala es que es muy alto para invertir. De hecho, el senador de su partido, Ricardo Lagos Weber dice que él está dispuesto a revisar los impuestos, o sea, a bajarlos.

-Lo que hemos planteado algunos junto con el senador Lagos Weber, es incluso revisar los impuestos corporativos a la baja, pero no seguir insistiendo en la integración, porque eso genera una evidente desigualdad.

-Aunque sea del corazón de la reforma que está planteando este gobierno.

-Cada uno le pone el corazón a lo que quiera, pero el punto está en que si la integración va a significar una menor recaudación y además una injusticia del punto de vista tributario. No me interesa que el «mundo de la izquierda» sea contraria al crecimiento. Sin crecimiento no hay nada que distribuir. Soy partidario de que tengamos un sistema económico que promueva el crecimiento, promueva el desarrollo. Ojalá que a los empresarios chilenos les vaya increíble y sean los mejores del mundo, pero también que ese crecimiento se traslade a mejores condiciones laborales de sus trabajadores. Mientras algunos en la izquierda crean que solo se trata de redistribuir y no de crecer, la pregunta es qué vamos a redistribuir si no crecemos. Pero tampoco me compro el discurso de un sector de la derecha que dice que esto es solo es crecimiento y que el crecimiento chorrea, porque evidentemente cuando tenemos niveles de desigualdad como los que tenemos en Chile, hay mucho todavía por hacer.

 

*Entrevista radial transcrita, editada y adaptada para periodismo escrito

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