Hace poco más de 10 días el ex ministro Carlos Ominami escribió la columna titulada  “Ni con Maduro ni con Trump” en La Tercera. A partir de ese día comenzó a contactarse con ex embajadores y ex ministros del gobierno de Michelle Bachelet, incluso con su ex jefa de gabinete, Ana Lya Uriarte para redactar una carta criticando la postura del gobierno del Presidente Sebastián Piñera ante Venezuela.

De este modo, los ex ministros Mariano Fernández (DC), José Miguel Insulza (PS), Sergio Bitar (PPD), el ex embajador Luis Maira, junto a Ominami, fueron los autores de la “declaración sobre la situación en Venezuela y la política exterior del gobierno de Sebastián Piñera”. La carta posteriormente fue firmada por los senadores socialistas Isabel Allende, Juan Pablo Letelier; la ex ministra de Educación, Adriana Delpiano; los ex embajadores de Chile en Brasil, Jaime Gazmuri y Carlos Eduardo Mena; el ex jefe programático de la campaña presidencial de Alejandro Guillier, Osvaldo Rosales; y el embajador de Chile en Venezuela, Pedro Felipe Ramírez, entre otros.

Y ayer, los dirigentes se desplegaron comunicacionalmente para cuestionar las gestiones llevadas a cabo por La Moneda ante la crisis humanitaria de Venezuela. De hecho, Insulza junto a Ominami y Rosales lideraron un punto de prensa donde criticaron el viaje que realizará Piñera a Cúcuta, para entregar ayuda humanitaria. «Creo que comete un error muy grave, se mete en la operación misma. Los Presidentes de la República no van a los operativos, lo que se está preparando en Cúcuta es un operativo. Ahora resulte o no resulte lo vamos a discutir, no estoy muy seguro que vaya a resultar. Yo creo que no lo van a dejar a entrar o va a correr sangre, los dos tipos de cosas son malas», dijo el ex secretario general de la OEA.

En la misiva que hicieron circular el lunes critican el actuar de Estados Unidos y señalan que Chile se sumó a la estrategia de ese país. “La democracia supone el respeto a la voluntad soberana de la Nación. No todos los medios son legítimos para producir un cambio. La amenaza de una intervención armada por parte del gobierno Trump es completamente inadmisible”, se lee en el documento. Y cuestionan que «el gobierno de Chile así como el resto de los que constituyen el llamado ‘Grupo de Lima’ ha sido, sin embargo, extremadamente débil en la defensa de una salida pacífica a la crisis venezolana. En los hecho se ha plegado a la estrategia norteamericana”, se lee en el documento.

Apelan a la soberanía de Venezuela para superar la crisis: “Una democracia renovada en Venezuela debe ser el producto de la acción social y política de su propio pueblo”. Y en una mirada más crítica al régimen de Nicolás Maduro, que tildan de dictadura, subrayan que “perdió la legitimidad de origen de su régimen ganada en la elección de 2013 y se fue deslizando hacia un ejercicio del poder cada días más arbitrario y menos tolerante por lo que no está en condiciones de seguir gobernando”.

En menos de un año esta no ha sido la primera ocasión en que dirigentes de la oposición se han cuadrado en torno a una carta en materia internacional.

De hecho, en julio pasado la ex Presidenta Michelle Bachelet firmó -junto a 43 dirigentes de la centroizquierda- una misiva en la que cuestionaron al Poder Judicial de Brasil y manifestaron su apoyo a la inscripción de la entonces candidatura presidencial de Lula da Silva, quien se encuentra detenido por casos de corrupción y lavado de dinero. Incluso, el pasado 6 de febrero, la justicia brasileña dictó una nueva sentencia de doce años y once meses de prisión para el ex Mandatario por delitos de corrupción y lavado de dinero en el marco del caso Odebrecht.

Son nueve los nombres que se repiten en los dos documentos de julio y del lunes: Sergio Bitar, Adriana Delpiano, José Miguel Insulza, Jaime Gazmuri, Juan Pablo Letelier, Luis Maira, Carlos Eduardo Mena, Carlos Ominami y Ana Lya Uriarte. La diferencia, es que en el caso de Venezuela apuntan a la soberanía de esa nación, mientras que en el texto de adhesión a Lula se critica abiertamente un Poder del Estado de otro país. Incluso en ese momento algunos dirigentes políticos cuestionaron que se «tomara partido» en una causa judicial externa a Chile.

 «Consideramos que una elección presidencial sin Lula como candidato podría tener serias impugnaciones de legitimidad y profundizaría aún más la crisis política que Brasil tiene que superar», señalaba el documento de julio. Incluso, los firmante apuntaron al Poder Judicial de Brasil “para que garantice el respeto a la Constitución, permitiendo la inscripción de Lula como candidato presidencial. Lo exige la democracia brasileña”.

Por esos días la misiva también fue impulsada por el ex ministro de Economía, Carlos Ominami y el ex embajador de Chile en Brasil, Jaime Gazmuri. Y ya en una tercera carta, se sumaron figuras del bacheletismo como Ana Lya Uriarte; el ex ministro Segpres, Gabriel de la Fuente; el ex asesor de contenidos de la administración de Bachelet, Pedro Güell y la ex Agregada Cultural y de Prensa de Chile en Roma, María Angélica Álvarez. Así, con el respaldo de los dirigentes se logró reunir la firma de más de 90 personalidades del sector.

Sin embargo, el despliegue de la oposición no logró su objetivo y generó diversas críticas. Por esos días, el canciller Roberto Ampuero llamó a actuar con “prudencia” y a “respetar” al Poder Judicial de Brasil. “Lo más sabio, saludable, sano y lo que corresponde hacer es respetar la institucionalidad que los propios brasileños se han dado. Nosotros pedimos siempre que se respete la forma que nuestras instituciones operan. Recomendaría mucha prudencia”, dijo Ampuero, el 10 de julio.