La pandemia ha puesto en jaque el sistema de salud, es por eso que el XI Seminario de Bioética organizado por la Academia Chilena de Medicina tendrá como tema principal «los desafíos éticos planteados por la pandemia». El encuentro que se realiza una vez al año -y que se hará de forma presencial- busca exponer y analizar los problemas éticos que el covid ha causado para la medicina.

La instancia se llevará a cabo hoy y contará con la presencia del ministro de Salud Enrique Paris que encabezará la charla sobre la «necesitad de priorizar». Por su parte, el doctor Juan Pablo Beca -pediatra, neonatólogo y un experto en bioética- tiene a su cargo dirigir el seminario.

En conversación con El Líbero, el doctor Beca precisa que esta es una actividad que si bien está dedicada a los médicos de diferentes especialidades, se hace extensiva a todos los profesionales de la salud y al público general interesado en los temas que se exponen. «De esta manera la Academia cumple una función de extensión o educación social considerando que los problemas de salud afectan e interesan a todos», subraya. 

-El tema del seminario son los desafíos éticos planteados a raíz de la pandemia ¿Cuáles cree usted que son los principales?

-Los problemas éticos o bioéticos que se plantean son de muchos tipos, entre los cuales cabe destacar el impacto humano y social de la enfermedad que afecta a millones de personas, con casos graves cuyo número supera la capacidad de tratamientos de los sistemas e instituciones de salud. Esta dramática realidad pone en evidencia nuestra fragilidad como personas, lo limitado de los conocimientos y de los recursos asistenciales, lo cual exige una solidaridad infinitamente mayor a la que estamos acostumbrados. Por eso la primera conferencia, que expondrá la Profesora Begoña Román de la Universidad de Barcelona, será sobre vulnerabilidad y solidaridad porque nuestra vulnerabilidad incluye nuestra precaria capacidad para defendernos de la infección, lo cual exige una respuesta solidaria tanto en los social o político, como en lo personal con nuestros familiares, amigos, vecinos y personas con las que nos contactamos. 

-Respecto a las conclusiones de los doctores asistentes ¿se entregará dicho conocimiento al Ministerio de Salud?

-Un seminario de esta naturaleza no es un comité de expertos llamado a asesorar técnica, científica o políticamente al Ministerio de Salud. Es una actividad académica destinada a que los asistentes tomen mayor conciencia de lo que estamos viviendo. Consecuentemente, no se buscan conclusiones o descubrimientos nuevos, sino mejorar nuestras actitudes, comprensión y conductas profesionales y ciudadanas. Ante el sufrimiento de otros, que han sido y aún son muchos, solo cabe responder de manera responsable, creativa y generosa.

-¿Cómo evalúa el manejo de la pandemia?

-Es muy difícil evaluar el manejo de la pandemia. La pandemia por Covid-19 sorprendió al mundo y está aún en plena evolución. Las autoridades en todos los países han respondido con los conocimientos, recursos humanos y sanitarios disponibles, y con las tan variables respuestas ciudadanas. Personalmente me impresiona la rapidez con la que los diferentes países reorganizaron sus sistemas de salud, generaron investigación y, en tiempo increíblemente breve, vacunas eficaces; y se multiplicaron recursos y equipos de tratamientos intensivos. El mundo es, sin embargo, muy injustamente desigual y los países más pobres han sufrido muchísimo más que los países más desarrollados. 

Nuestro país ha logrado una respuesta muy rápida y eficiente, coordinando al sistema público y privado de salud, aumentando el número de cupos de cuidado intensivo, aumentando el número de ventiladores mecánicos, trasladando enfermos críticos y aumentando el personal de salud a lo largo de todo el país. En cuanto a prevención se han organizado las restricciones necesarias de movilidad, el uso de mascarillas, la reorganización del trabajo y de la educación escolar y universitaria. Y se tuvo una precoz estrategia para organizar una vacunación masiva que ahora debemos mirar con satisfacción y gratitud porque tenemos tasas de vacunación superiores a las de países más ricos y avanzados que el nuestro. Sin embargo es necesario mencionar la lamentable crítica social que destaca las opiniones negativas, y las tan frecuentes conductas irresponsables de muchos que trasgreden las disposiciones sanitarias.

«La selección es una necesidad y una decisión tremendamente compleja»

-La intervención del ministro de Salud Enrique Paris será sobre la necesidad de priorizar, ¿cómo cree que se ha dado dicho elemento durante la pandemia?

-El desafío en situaciones catastróficas como son los terremotos, tsunamis, grandes incendios o guerras es dar atención al mayor número de personas y con la mayor rapidez. Para este efecto, para las atenciones de salud, es necesario priorizar a los casos más graves postergando inevitablemente a los casos más leves. Por otra parte la recuperabilidad es también un requisito. La selección es por lo tanto una necesidad y una decisión tremendamente compleja (…). Inevitablemente esto genera problemas e insatisfacción a enfermos y familiares.

Otro tema en el cual en pandemia se debe priorizar es en la administración de vacunas. Esto obedece a la disponibilidad de vacunas, por una parte, y a la necesidad de ordenar de acuerdo a los grupos de riesgo. Nuevamente el fundamento es respetar criterios de justicia por sobre eventuales reclamos o presiones.

Se ha decidido prudentemente el regreso a la presencialidad pero es necesario estar dispuestos a modificar estas decisiones de acuerdo a la evolución de la pandemia».

-¿Cómo ve la implementación del plan de vacunación en el contexto de la pandemia y el acercamiento ético?

Chile ha sido un ejemplo de efectividad y de justicia en su programa de vacunación, desde una precoz política de adquisición de vacunas hasta un plan de vacunaciones ordenado priorizando a enfermos crónicos, trabajadores de la salud y adultos mayores por su mayor riesgo de enfermedad y de contagio. 

«Todos esperamos que este segundo semestre permita volver progresivamente a la actividad escolar y universitaria presencial»

-¿Existe una decisión ética en la determinación del regreso a clases, considerando los posibles riesgos de contagios en niños?

-Nuevamente se trata de decisiones complejas, probablemente diferentes según la situación de cada colegio para lo cual se requiere considerar muchos factores como: situación de contagios en cada comuna, ventajas de la prespecialidad, salud mental de alumnos y de profesores, factibilidad de acuerdo a los locales, sistemas de transporte y derecho a decidir por parte de cada familia. Aún así se ha decidido prudentemente el regreso a la presencialidad pero es necesario estar dispuestos a modificar estas decisiones de acuerdo a la evolución de la pandemia. Pienso que todos esperamos que este segundo semestre permita volver progresivamente a la actividad escolar y universitaria presencial y que no sea necesario volver a las cuarentenas. Pero tenemos que estar dispuestos a hacerlo si se enfrentan nuevas olas de pandemia, lo cual esperamos que no ocurra.

Me impresiona la rapidez con la que los diferentes países reorganizaron sus sistemas de salud, generaron investigación y, en tiempo increíblemente breve, vacunas eficaces».

-Parte de las temáticas de su libro tienen que ver con la muerte digna, ¿cómo ve la discusión de la eutanasia en el Congreso?

-Primero me parece necesario separar el tema de muerte digna y de la eutanasia. Son temas diferentes aunque relacionados. Muerte digna significa una muerte de acuerdo a los valores, preferencias y situación personal de cada enfermo, lo cual varía según el tipo de enfermedad, edad del enfermo, acompañamientos y actitudes familiares. Que cada enfermo tenga un buen proceso de morir para que su muerte ocurra en paz, sin dolor ni angustia, con acompañamiento de sus seres queridos es un derecho de las personas al final de la vida y es uno de los fines de la medicina.

Si se logran estas condiciones puede haber casos excepcionales de pacientes que pidan que se adelante su muerte mediante la administración de fármacos que le quitan la vida. Eso es eutanasia y hasta ahora muy pocos países la han despenalizado. Considero que para hacerlo la condición previa es que el país debe asegurar que toda persona al final de su vida tenga acceso a cuidados paliativos de excelencia, lo cual en nuestro país ha tenido avances pero estamos lejos de haberlo logrado. 

 

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