El jueves pasado se desarrolló en el ex Congreso Nacional de Santiago la 158ª sesión de audiencias de la Comisión Interamericana de DD.HH. (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA), y la querella criminal por “injurias y calumnias” que presentó la Presidenta Michelle Bachelet contra cuatro periodistas de la revista Qué Pasa fue protagonista del evento.

En el panel “Libertad de expresión y normas penales sobre difamación”,  Carlos Lauría, coordinador para América del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), con sede en Washington, pidió el retiro de la querella que interpuso Bachelet porque “no se puede quitar el traje de Presidenta cuando inicia una demanda”.

En tanto, César Riucarte, director ejecutivo de la ecuatoriana Fundación Andina para la Observación y Estudio de Medios (Fundamedios), comparó la acción judicial de la Mandataria con la que presentó en 2011 el Presidente de su país, Rafael Correa, en contra de varios periodistas.

“Chile era una referencia, de los pocos países donde no había problemas, y esta intención de la Presidenta significa un retroceso”, señaló Riucarte en la comisión.

El director de Fundamedios hacía mención a la querella criminal por injurias y calumnias que presentó Correa en contra de cuatro periodistas del diario El Universo; Emilio Palacio, editorialista, y  los directivos Carlos, César y Nicolás Pérez.

Al igual que Bachelet, Rafael Correa dijo que presentaba la querella como “ciudadano”  y no como Presidente, invocó el mismo delito de injurias y calumnias y pidió tres años de cárcel para los periodistas. Pero a diferencia de la Mandataria chilena que pidió una multa de casi $7 millones, Correa pidió US$80 millones.

el universoLa ira del presidente ecuatoriano la desató la columna “No a las mentiras” de Emilio Palacio, quien escribió sobre una balacera entre militares y policías sublevados contra Correa, ocurrida en septiembre de 2010 en las afueras de un hospital policial de Quito donde él estaba internado.

“El Dictador debería recordar, por último, y esto es muy importante, que con el indulto, en el futuro, un nuevo presidente, quizás enemigo suyo, podría llevarlo ante una corte penal por haber ordenado fuego a discreción y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles y gente inocente. Los crímenes de lesa humanidad, que no lo olvide, no prescriben”, escribió Palacio.

La justicia de Ecuador acogió la querella y condenó a tres años de cárcel a los periodistas y a pagar US$40 millones, pero antes de la sentencia abandonaron el país. Los hermanos Pérez se radicaron en Panamá y Emilio Palacio recibió asilo político en Estados Unidos, donde vive actualmente.

Tras la condena  presentaron una queja por violación de la Convención Interamericana de Derechos Humanos ante la CIDH, que la acogió en diciembre pasado.

Periodista querellado por Correa: “Bachelet busca no tanto callar a los periodistas sino asustar a los demás”

emilio palacio“Me dejó con la boca abierta que Bachelet, que parece una mujer inteligente, use algunos de los argumentos más torpes de Correa, como eso de que presenta la demanda como persona y no como funcionaria pública”, señaló a este diario Emilio Palacio.

El periodista agrega que en los países con una democracia más avanzada, como Estados Unidos, las injurias no son un delito criminal sino que demandas civiles. “No quiere decir que se puede injuriar a cualquiera, sino que si alguien se siente ofendido tiene que presentar una demanda civil, no penal. No va a la cárcel. Así como deber plata no es un delito, injuriar tampoco”, explica, quien argumenta que así también establecen las convenciones internacionales de DD.HH., que nuestro país ha suscrito.

“El Presidente Correa decía lo mismo que la señora Bachelet, no lo hago como Presidente sino como ciudadano común y corriente, lo que es ridículo porque no se puede separar a la persona del presidente. Esa persona ejerce el gobierno y eso es un poder sobre los otros. Es absurdo”, señala el ex editor del diario Universo.

En su opinión, lo que realmente busca Bachelet con la querella, al igual que Correa, es “no tanto callar a los periodistas sino asustar a los demás y que piensen que si le hicieron eso a ellos a mí qué me van a hacer. Ellos buscan la autocensura”.

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