Sergio Willer Daniel, candidato a constituyente independiente en cupo UDI, en el Distrito 25, que obtuvo 2,9% de votos, publicó hace unos días su testimonio de la campaña electoral, titulado «Del relato a la calle: Mi experiencia en la campaña a Constituyente», en el medio digital PaísLobo. El texto se hizo viral y fue comentario obligado en el mundo del oficialismo.

En el texto plantea su visión sobre el problema que está viviendo la derecha chilena. «No tardé en comprender que el relato con el que salimos a la cancha era absolutamente insuficiente para superar el 40% que los ideales de la libertad representaron en el pasado reciente».

En conversación con El Líbero, el candidato a constituyente comenta que decidió escribir su testimonio porque considera necesario «que las cúpulas entiendan lo que realmente vive la gente a diario y que conozcan la experiencia de una persona común y corriente».

Señala que existe una desconexión entre las ideas que se plantean y las necesidades de las personas, y que no se han aterrizado las teorías. «Ese es el problema: nos vamos a los gráficos, nos vamos al promedio. En el promedio, efectivamente somos superiores a otros, pero el promedio no le llega a las personas». Asimismo, destaca la necesidad de que la derecha sea más «propositiva» y menos «reactiva».

-¿Por qué cree que le fue mal a la derecha? En la columna plantea que no es la falta de relato…

-Tenemos mucho relato pero pocas acciones. Los programas del gobierno de Sebastián Piñera dicen «vamos a crear empleo, vamos a solucionar la salud». Pero el cómo y el cuándo no lo tenemos, no existe. Tenemos solo las buenas intenciones y nos quedamos en eso. Entonces cuando uno a la gente le empieza a decir “vamos a hacer esto, nuestras ideas son las que te representan por esto y esto otro”, solo te quedan mirando…

-En su testimonio se refiere al «fondo teórico que encontré en frases para el bronce» en pensadores del sector como Axel Kaiser, Hugo Herrera, Daniel Mansuy, entre otros. ¿Cuál es el problema? ¿No se han logrado aterrizar estas ideas o existe una falta conexión?

-Sí, muestran mucho gráfico, mucho estudio y poca acción. Cuando veíamos el tema de la salud, por ejemplo, en Corte Alto me encontré con un hombre mayor que esperaba desde hace ocho años por una cirugía de cadera, y yo pidiéndole el voto el muy tarado y el hombre ni siquiera se podía mover. Después me junté con personas y me dijeron que la salud no es mala y mirando los gráficos decían: “Nosotros estamos en esta parte del gráfico, no estamos mal». Ese es el problema: nos vamos a los gráficos, nos vamos al promedio. En el promedio, efectivamente somos superiores a otros, pero el promedio no le llega a las personas. Las personas no viven ni se arreglan con un promedio.

Los partidos están en una especie de limbo y es por eso que hoy en día el electorado les pasó la factura, porque no están conectados con las personas y sus reales necesidades».

-¿Entonces, no se ha logrado aterrizar estas ideas o esta teoría y se desconectó de la población?

-No solamente no se ha logrado aterrizar sino que en los hechos no se han llevado a cabo. Se ha llegado a una parte, pero no se ha llegado a todos. Esa parte hace subir el promedio, pero no se ha llegado efectivamente a toda la población.

-¿Por qué cree que la izquierda ha logrado avanzar más que la derecha?

-No creo que la izquierda haya avanzado más que nosotros. Los partidos, tanto de centroizquierda como de centroderecha, quedaron desplumados en esta pasada. Ellos no han avanzado más que nosotros. Los que han avanzado en esta vuelta han sido los que han sido consecuentes, independiente que sea verdad o sea mentira. Si ves los que crecieron del año 2017 a ahora son Revolución Democrática, el Partido Comunista y Evópoli, que son los que se han manifestado con las mismas ideas en estos tres o cuatro años, los que se han mantenido firmes y no han andado de acá para allá como otros partidos de centroizquierda y de centroderecha.

-¿Cuál debería ser la estrategia de la derecha para avanzar? 

-La estrategia de la derecha debiera ser hacer una especie de introspección y hacer una especie de revolución en el tema económico y en el tema de ideas porque no somos muy propositivos, no proponemos nada en el fondo. La derecha que nosotros conocemos reacciona, no propone, y ahí es donde nosotros fallamos. Aparte de aterrizar hay que proponer cosas porque estamos afirmándonos en lo que hicimos hace cuarenta años.

Esta revolución, aparte de las ideas tiene que ir a los hechos. Yo no sé cuál debiera ser, pero nosotros tenemos que proponer. Cuando sale el candidato Sichel diciendo «yo como completo, no como Briones que come hot dog»… cuando entran en eso y ves que no proponen nada, evidentemente que la gente se desilusiona.

La derecha que nosotros conocemos reacciona, no propone, y ahí es donde nosotros fallamos».

-Usted plantea en su texto: «Los problemas de las personas son mucho más cotidianos que lo que los pensadores del sector creen, siendo educación, salud y la incertidumbre en el desafío de alcanzar vejez digna, los que más duelen». ¿Por qué existe esta desconexión entre las cúpulas de los partidos, que nombró en la columna, y lo que realmente pasa en el país?

-Porque no han estado a la altura de lo que se ha esperado de ellos. Están en una especie de limbo y es por eso que hoy en día el electorado les pasó la factura, porque no están conectados con las personas y sus reales necesidades. Se han dejado llevar un poco por «cantos de sirenas»; están todos los días en los matinales y de pega, poco y nada.

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