No es primera vez que la izquierda plantea cambiar la regla para llegar a acuerdos en la Convención Constitucional mediante el quórum de los dos tercios, que está definida en el Acuerdo de noviembre del 2019 y en la reforma constitucional. que da el marco legal al proceso constituyente.
En noviembre del año pasado, la diputada Camila Vallejos (PC) presentó un proyecto de ley que pretendía que la Convención pudiera modificar el quórum. Y en estos días, el sector retomó el tema. El ex ministro y candidato constituyente por el PC, Marcos Barraza dijo en CNN: «Me resisto a la legitimidad de los dos tercios». Y el también candidato, y abogado constitucionalista Fernando Atria (FA), planteó en entrevista con El Mercurio que cuando haya mayoría pero no se alcance el quórum establecido (de dos tercios), se debería «plebiscitar para evitar que se trabe la discusión». Precisamente el Partido Comunista y sectores del Frente Amplio fueron las fuerzas políticas que decidieron restarse del Acuerdo por la Paz y una nueva Constitución.
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— CNN Chile (@CNNChile) April 13, 2021
Atria dice proponer el plebiscito como un mecanismo de «participación de la ciudadanía». Respecto a esto, el abogado constitucionalista Arturo Fermandois, que integró la Mesa Técnica Constituyente tras el acuerdo del 15-N, hace una distinción entre incentivar la participación de la ciudadanía con plebiscitos e instrumentos de democracia directa, como la Iniciativa Popular de Ley, por ejemplo, y caer en un sistema de gobierno que convoque plebiscitos siempre que algo relevante exija ponerse de acuerdo a los representantes de la ciudadanía. «Esta clase de gobierno, llamada democracia plebiscitaria, es una ruleta rusa, hace ganar a unos por sobre otros en decisiones de todo o nada, y exime a los representantes del pueblo de su tarea más básica que es ponerse de acuerdo en los temas importantes», advierte Fermandois.
Por esto mismo, el constitucionalista precisa que se estaría negando la esencia de una Constitución, «que es un gran acuerdo social entre mayorías y minorías, que a todos o a la gran mayoría que está representada con 2/3, interpreta». Agrega también que «las constituciones son por definición reglas generales, representativas de un consenso, y de contenidos moderados. Trastocar este concepto mediante sucesivos plebiscitos es pisotear el intento que todo país debe hacer para converger en una Constitución que a todos represente».
Las posturas de Barraza y Atria fueron refutadas por el ex ministro Gonzalo Blumel (Evópoli), actual candidato a constituyente y quien tuvo un rol clave para lograr el acuerdo del 15-N. «Este llamado a cambiar las reglas de la Convención, concordadas transversalmente en el acuerdo del 15 de noviembre de 2019 (salvo por el PC y algunos sectores del FA), que fue ampliamente refrendado por la ciudadanía en el plebiscito del 25 de octubre del año pasado, es pavimentar el camino para impedir el éxito del proceso constituyente», planteó en carta a El Mercurio junto a Herán Larraín Matte.
Esta clase de gobierno, llamada democracia plebiscitaria, es una ruleta rusa, hace ganar a unos por sobre otros en decisiones de todo o nada, y exime a los representantes del pueblo de su tarea más básica que es ponerse de acuerdo en los temas importantes», advierte Arturo Fermandois.
Por otro lado, Sergio Verdugo, abogado constitucionalista y académico de la Universidad del Desarrollo, declara que «los plebiscitos son, por esencia, instrumentos defectuosos en términos democráticos porque no ayudan a encontrar espacios donde diversas opiniones puedan encontrarse, lo que debiera ser el fin de establecer una Constitución».
Puntualiza que este tipo de mecanismo fuerza y obliga a elegir entre dos alternativas binarias, «de todo o nada, de blanco y negro» que impiden encontrar un espacio común. «Esa es una muy mala forma de legislar, es una muy mala forma de establecer políticas públicas y es una muy mala forma de establecer contenidos en la Constitución, sobre todo porque los contenidos debieran hacer que nos identifiquemos todos y no solamente una mayoría simple», añade Verdugo.
Fermandois también resalta que el proceso constituyente ya consta de dos plebiscitos, el de entrada -que se llevó a cabo el 25 de octubre del año pasado- y el de salida, en el que se plebiscitará si se aprueba o rechaza la nueva Carta Magna. «Agregar más plebiscitos es recargar un proceso que ya bastante tiempo está tomando y que aspira a cerrarse lo antes posible para terminar con el suspenso jurídico que no le sirve a un país que desea prosperar», manifiesta el abogado.
¿»Rodear la Constituyente» vía reformas?
Los dichos de Atria que pretenden cambiar los lineamientos ya definidos y entregarle facultades a la Convención para plebiscitar temas son rechazados por Ernesto Silva abogado que también participó en la Mesa Técnica Constituyente. Destaca que el mandato de la Convención está totalmente claro y que lo establece expresamente la Constitución. «La Convención Constitucional no puede llamar a plebiscitos, no tiene facultades para hacer ninguna acción distinta que hacer una propuesta de texto constitucional que la tiene que aprobar con 2/3», explica.
Por otro lado, el ex senador y candidato a constituyente PPD por el distrito 19, Felipe Harboe, que participó activamente en el Acuerdo por la Paz y una nueva Constitución, destaca que “no hay potestad jurídica, es decir, la Convención no está habilitada para obedecer a ese tipo de cambios. De hecho, hay norma expresa en la Constitución. Por eso, llama la atención que algunos planteen esto, como Barraza o Atria, cuando saben perfectamente que no se puede».
Respecto a esto último, Harboe plantea que las razones detrás de estos dichos podrían ser que quieran «crear un ambiente de presión a la Constitución o quieran ponerse el parche antes de la herida». Agrega: «En cualquiera de los dos casos, me parece que lo que debieran hacer los candidatos, por lo menos, es intentar respetar las normas», agrega.
No hay potestad jurídica, es decir, la Convención no está habilitada para obedecer a ese tipo de cambios. De hecho, hay norma expresa en la Constitución. Por eso, llama la atención que algunos planteen esto, como Barraza o Atria, cuando saben perfectamente que no se puede», destaca Harboe.
En este sentido, Fermandois hace un llamado a pronunciarse a aquellos candidatos que no estén de acuerdo con las normas ya establecidas. «Sin calificar la intención de unos u otros, me parece sano que quienes discrepan de las reglas que rigen el proceso constituyente, lo transparenten ante sus electores y agreguen qué otras reglas les parecen inconvenientes o inaceptables. Porque por el resultado del plebiscito rotundamente aprobatorio de la idea de este proceso bajo las reglas que contiene la ley de Reforma Constitucional número 21.200, hemos asumido que quienes participan en él están dispuestos a regirse por sus reglas», concluye.
Es la clásica actitud del PC (y los que le hacen el juego), usar la democracia para destruirla desde dentro.