Hace un año y medio Alberto Fernández soltó una frase que hoy suena premonitoria: “Con Cristina no alcanza, pero sin Cristina no se puede”. Era un llamado a los peronistas. En ese momento, quien tiene altas probabilidades de alcanzar la Presidencia de Argentina en las elecciones del 27 de octubre, acababa de hacer las pases con la senadora y ex Mandataria, con quien tenía diez años sin hablar, luego de haber dejado su gabinete -apenas un año después de haber asumido en 2008- y haberla acusado de corrupta, ineficiente y de tener delirios de grandeza. 

En mayo de 2019 ocurrió lo inédito. Fue Cristina Fernández de Kirchner quien lo elige a él como candidato a Presidente y ella da un paso al costado. “Alberto, tengo que hablar con vos, quiero que vos encabeces la fórmula presidencial”, le habría dicho Cristina a su ex jefe de gabinete, según reseñan los medios argentinos. Hasta ese momento Alberto Fernández no se veía a sí mismo como candidato; no porque estuviera alejado de la campaña, todo lo contrario, fue el hombre que se enfocó en acercar a los distintos sectores del peronismo que se habían fragmentado luego del triunfo de Cambiemos en 2015: el kirchnerismo, el Partido Justicialista (PJ) y el massismo (encabezados por Sergio Massa). 

El resultado lo dejó muy cerca de la Casa Rosada e incluso se “enfurece” cuando le preguntan quién va a gobernar si la dupla Fernández gana las Presidenciales. “Lo mismo decían de Kirchner, que iba a ser un títere de Duhalde. Y fue todo lo contrario”, recuerda el candidato. “Yo voy a ser el Presidente. Y así como no intervine en las listas nadie va a intervenir en mis ministerios. Si detrás de este planteo quieren quebrarnos a Cristina y a mí, no lo van a lograr. ¡No me van a hacer pelear nunca con Cristina! ¡No voy a romper nunca con Cristina!”, señaló en una entrevista con La Nación ofrecida en el mes de junio. Al tiempo que aclaró que cada uno está al tanto del rol que le tocará cumplir. 

“Van a tratar de negociar para repartir el poder, quedar todos contentos y que nadie se vea afectado por ejemplo, por la justicia. No me imagino que Cristina pretenda desplazar a Alberto Fernández; o que le diga ‘yo te puse de Presidente, así que tu vas a mandar unos años y después gobierno yo’, como hizo con su esposo. Eso no me lo imagino”, declara a El Líbero Gabriel C. Salvia, director general del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal) con sede en Argentina. 

Un argumento similar plantea Francisco Javier Tagle, académico de la Universidad de los Andes y doctor en Populismos Latinoamericanos quien sostiene que “es difícil pensar que quien fuese Presidenta entre 2007 y 2015 y después senadora pueda tener un papel secundario en la conducción del gobierno, pero hay que reconocer también que Alberto Fernández no es un aparecido. Es un político que tiene una importante trayectoria, fue legislador, tuvo un rol importante como jefe de gabinete durante el gobierno de los Kirchner, incluso se peleó con Cristina. Por lo cual pensar que no va a tener el liderazgo para conducir Argentina y que va a ser dominado por Cristina también suena bastante imposible. Habrá que esperar qué sucede”.

“El poder siempre une”

La unidad del peronismo en estas paso se fundamenta precisamente en el paso al costado dado por la senadora. Su campaña consistió en la gira de presentación de su libro “Sinceramente” y no ofreció entrevistas a los medios de comunicación. Todos sus mensajes los difundió a través de su cuenta oficial en Twitter.

En 2019, la oposición a Macri logró amplios triunfos en las mayorías de las elecciones para gobernador y esa unidad les permitió sellar la última alianza clave en la victoria en las primarias del pasado domingo. Sumaron a su causa a Sergio Massa y así el peronismo constituyó un solo bloque. 

Salvia argumenta que Fernández de Kirchner tendrá peso, pero quien va a gobernar será su ex jefe de gabinete. Para lograrlo, explica, habrá que recurrir a la negociación: “Una cuenta simple aritmética en los resultados de las elecciones permite ver que el voto de Massa es el que hace la diferencia, así que no descarto que Massa también tenga un papel un papel relevante en un eventual gobierno. El Frente de Todos es una coalición de sectores peronistas y allí habrá que ver la agilidad que tenga Alberto Fernández en negociar el poder,  qué influencia tiene el kirchnerismo y cuál va a ser la relación con Axel Kicillof que se presume que va a salir votado en la provincia de Buenos Aires”.

Antes de que Cristina cediera en favor de Alberto Fernández, había dos grandes frentes en el peronismo, el kirchnerista y la Alternativa Federal, donde estaban las fuerzas del ex jefe de ministros Sergio Massa y el ex ministro de Economía Roberto Lavagna. También figuraba el jefe del peronismo en el Senado, Miguel Ángel Pichetto. Massa quien también se había peleado con Fernández de Kirchner y prometido meterla presa por corrupción, dejó el camino del centro que había tomado antes y se unió al Frente de Todos una vez que la ex Presidenta abandonó la carrera. Pichetto, en cambio, aceptó la oferta de Macri para ser candidato a vicepresidente y Lavagna decidió competir solo por la Presidencia con su propio frente: Consenso Federal. 

En las presidenciales de 2015, Massa logró más de 20% de los votos en primera vuelta y en esa oportunidad sus electores se movieron hacia Macri. En las primarias de 2017 Massa consiguió 1,4 millones de votos. En esta oportunidad, retiró su candidatura a Presidente y ocupó el primer lugar en la boleta de diputados nacionales, lo que ahora le abre el camino para convertirse en Presidente de la Cámara de Diputados.

“Cuando construimos esta nueva coalición para darle a los argentinos una nueva mayoría, muchos decían ‘¿cómo van a hacer estos tipos para hacer campaña?’ Dudaban de que tuviéramos la capacidad de sentarnos, de pensar juntos, de trabajar juntos”, recordó Massa sobre el escenario en el cierre de campaña de Fernández.

“Esta victoria es fruto del reencuentro entre muchos de nosotros, que es el reencuentro que tienen muchos de los argentinos”, dijo Máximo Kirchner. hijo de la ex Presidenta, al conocerse los resultados de las PASO. Y fue Massa quien llamó al resto de los peronistas a unirse a la dupla Fernández. “A las expresiones chiquitas y minoritarias les pedimos que vengan. Los queremos tomar de la mano. La Argentina que viene es la Argentina de la unidad”, afirmó en alusión a Roberto Lavagna, Juan Manuel Urtubey y Juan Schiaretti. 

“El poder siempre une y en política se ha visto que enemigos se juntan con tal de obtenerlo. No es nada nuevo. Los dos Fernández pertenecían a la misma ala del peronismo. Muchas veces se ha dicho que Alberto Fernández sería más cercano a Néstor que a Cristina. El peronismo es un partido muy grande donde existen diferentes sectores y ambos tienen raíces en el mismo sector que es un ala bastante más progresista o más de izquierda dentro del peronismo”, afirma Tagle.

Por su lado, Salvia destaca que de concretarse la victoria de este grupo, “en un gobierno con unas características de distintos sectores, probablemente quienes lo integran tengan que juntarse en una suerte de mini coalición. Es un poco lo que se le reprochó a Macri, que cuando ganó no armó un gobierno más de coalición, que diera espacios a sus aliados sino, al mismo tiempo que integra a otros; pero esto se ve cuando las primarias ya pasaron”. 

Las causas judiciales y la influencia de Kicillof

En la figura del Vicepresidente en Argentina confluyen el Ejecutivo y el Legislativo, la Casa Rosada y el Congreso. Constitucionalmente está incluido en el primero, para ser electo debe reunir las mismas condiciones que el Presidente y puede reemplazarlo transitoria o definitivamente; al mismo tiempo que hace las veces del presidente del Senado, sin ser formalmente un legislador. Lo que puede ser leído como que esta figura es un puente entre ambas instancias del poder. De alcanzar este cargo, Cristina Fernández deberá renunciar al que ocupa actualmente como senadora. 

Para Tagle, “la Vicepresidencia no es un cargo menor, sobre todo por la carga que tiene simbólicamente. No olvidemos que en el gobierno de Juan Domingo Perón, Eva Duarte (Eva Perón) fue postulada como Vicepresidenta”. Era 1951 y en un Cabildo Abierto del justicialismo la multitud le pedía que aceptara la propuesta de la Confederación General del Trabajo. “Esto me toma de sorpresa. Jamás en mi corazón de humilde mujer argentina pensé que podía aceptar este puesto… Denme tiempo para anunciar mi decisión al país en cadena”, dijo Evita, quien nueve días después decidió renunciar a esa candidatura.

“Si ella es electa vicepresidenta debe renunciar a su cargo de senadora. Siendo vicepresidenta sus fueros se le acaban, en ese sentido las causas tendrían más fuerzas y podrían llevarse a cabo. No obstante, hay que recordar que la justicia argentina es bastante política por lo cual hay que ver qué sucede, porque incluso el Presidente tendría la capacidad de indultarla. No olvidemos que el peronismo acusa que hay una persecución judicial a Cristina”, señala Tagle.

Otra de las figuras que contribuye a aumentar el halo de la ex Mandataria es Axel Kicillof quien alcanzó 52,5% de los votos como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Kicillof fue ministro de Economía durante el segundo período presidencial de Cristina y fue ella quien insistió en posicionarlo para competir frente a María Eugenia Vidal, una de las figuras mejor evaluadas de Juntos por el Cambio, de Macri. Los medios sostienen que lo habría elegido por ser joven, sin causas de corrupción en contra y, principalmente, de extrema confianza.

“La provincia es difícil de gobernar y, al mismo tiempo, es el lugar con más problemas socio económicos. La situación de la economía nacional es, de alguna manera, lo que juega en que haya mejoras en el resto del país, no solo en Buenos Aires. No sé qué gran cambio podrá hacer porque tampoco el gobierno de Vidal era cuestionado demasiado por el peronismo”, opina Salvia.

El director de Cadal duda que Mauricio Macri pueda remontar y más bien considera que el Frente de Todos podría ampliar su ventaja, “por el simple hecho de que los que ganaron se sientes ganadores, van a ir a votar de nuevo, los que perdieron tienen menos motivación y siempre está la gente que quiere votar al que gana. Lo más probable es que la diferencia en la elección presidencial se profundice”.