«¡No hay plata, no hay plata, viejo entiéndeme, no hay un puto peso!»
Esa ya célebre frase del presidente ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro, deja al descubierto no sólo la dramática situación económica de Codelco -que el año pasado tuvo pérdidas históricas por US$1.357 millones y que podrían ser mayores este año-, sino también al “fantasma” de las complejas negociaciones sindicales que podrían iniciarse en las divisiones de Chuquicamata y Salvador.
El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, respaldó la afirmación del ejecutivo minero al señalar que es “un buen llamado de atención para todos aquellos que creen que hay algo ahí y que es una cuestión de pedir y lograr».
Y es que el administrador de la billetera del Estado también tendrá que dar una dura pelea los próximos meses por el presupuesto de la Nación 2017, y lleva meses advirtiendo que “es muy importante ser realistas respecto de lo que Chile puede dar», ante pedidos de la Nueva Mayoría de gastar más.
El desplome de los aportes de Codelco al fisco y la elevada deuda
La baja productividad, el aumento de los costos de producción -108% en la última década- y la caída en el precio del cobre explican el desplome en las ganancias de Codelco, que pasó de tener excedentes en 2012 de US$5.518 millones con un precio a US$3,60, a US$223 millones en lo que va del año, con el metal rojo en US$2,12 la libra.
Cecilia Cifuentes, investigadora de ESE Business School de la Universidad de Los Andes, explica que entre 1990 y 2003, antes del inicio de los altos precios, la minería representó cerca de un 6% de los ingresos totales del fisco. Ese porcentaje se más que duplicó entre 2004 y 2012 (llegó a ser de 16% en el primer gobierno de Bachelet), y cayó en el primer semestre de este año a menos de un 2%.
“La frase de que ‘no hay un puto peso’ se debería aplicar también a la discusión presupuestaria que se avecina. La única solución posible es volver a poner todas las prioridades en el crecimiento de la economía”, señala Cecilia Cifuentes.
A lo anterior, se suma que entre 2004 y 2015 la deuda de la empresa estatal se multiplicó varias veces, pasando de US$ 3.772 millones a US$ 13.083 millones, lo que significa un incremento de 247%. Deuda que seguirá aumentando porque al empresa emite hoy un bono por US$390 millones en el mercado local.
El fantasma de las negociaciones sindicales
Esos son los datos duros que pone el presidente ejecutivo para enfrentar a los sindicatos, que están en pie de guerra, piden millonarios bonos y que tienen experimentados líderes sindicales socialistas y comunistas, y otros que se han sumado como Cristián Cuevas, ex PC, quien en 2007 paró en forma violenta durante 37 días la compañía con millonarias pérdidas, y retornó al país desde la embajada en España para dirigir nuevos movimientos.
Actualmente Codelco lleva tres semanas de una tensa negociación colectiva anticipada con la división Salvador, que se quebró porque los trabajadores rechazaron la oferta de un bono de término de conflicto de $2,5 millones y cero reajuste en los sueldos. La próxima semana se votará la huelga, ya que el 31 de agosto vence el actual contrato, y el sindicato, que dirige el histórico líder socialista Raimundo Espinoza, está dispuesto a parar las faenas.
De hecho, cada día de huelga en esa división le cuesta a la empresa US$692 mil y un mes US$21 millones. Acceder a lo que piden los sindicatos cuesta US$25 millones en forma permanente, lo que Codelco no está dispuesto a aceptar.
“Consideramos que la administración, al no estar dando ningún beneficio, se está burlando de nosotros y el esfuerzo que hemos hecho. No estamos dispuestos a sentarnos a conversar con esas condiciones”, dijo el dirigente sindical Daniel Melo.
Las negociaciones sindicales en Chuquicamata son el otro fantasma que ronda por la casa matriz de Huérfanos 1270. En dicha división han surgido varios movimientos sindicales como el Comando de Trabajadores Unidos y el Frente de Trabajadores Mineros, y seis sindicatos que engloban al 80% de los trabajadores. De hecho, en la estatal se habla que se viene la “guerra popular”.
Los sindicatos no sólo tiene el legítimo interés de aumentar los sueldos de sus afiliados, sino que reciben un importante pago por las alzas que consiguen por cada trabajador, lo que les significa millones para sus arcas.
Cuevas, el líder sindical que podría ser candidato presidencial
El retorno de Cristián Cuevas a Chile se produjo porque el líder sindical quiere ser un actor en la política nacional e, incluso, podría ser candidato presidencial, para lo cual el movimiento sindical le sirve como trampolín.
El ex presidente de la poderosa Confederación de Trabajadores del Cobre creó el Frente Nelson Quichillao, en honor a un trabajador que murió el año pasado en medio de una toma de los trabajadores contratistas en Salvador.
Junto a otros movimientos políticos, como la Izquierda Autónoma del diputado Gabriel Boric y Revolución Democrática de Giorgio Jackson, Frente Popular, La Izquierda Libertaria y el Partido Igualdad, entre otros, el ex agregado laboral de Chile en España formó el conglomerado político “Nueva Democracia”.
“Cristián cumple con todas las características que queremos levantar. Cuevas, si es que se ofrece, es probable que sea nuestro presidenciable”, son las frases que se repiten en los círculos de ex dirigentes estudiantiles.
“Apostamos a un movimiento de transformación y de resignificar la política desde una perspectiva ética, transformadora, con vocación de poder y de mayorías, y a disputar el poder político”, dijo Cuevas a “El Mercurio”.
Además, rechaza las figuras presidenciables de Ricardo Lagos y Sebastián Piñera porque ellos “no son la respuesta para el cambio social que el Chile de hoy exige”.