Haciendo una analogía entre la canción “In the air tonight” de Phill Collins -escrita por el compositor británico tras una traumática separación de su esposa en 1979- y el ambiente que vive Chile en la actualidad, el escritor y ex ministro de Cultura del Presidente Piñera, Roberto Ampuero, inició su exposición en Enade 2014, ante un salón repleto que lo escuchaba atento y que lo despidió –como a pocos en la jornada- con una ovación de pie.

“Tal como Phil Collins en esa estremecedora composición, todos, sentimos que algo impreciso, nocivo y destructivo para el país se está incubando en el aire de la noche chilena. Percibo algo ominoso, como un pájaro de mal agüero, que levita sobre nuestras cabezas, que proyecta sombras, y nos separa y divide. Se trata de algo que asfixia nuestra capacidad de diálogo y entendimiento nacional, y nos arrastra a un inquietante vendaval de descalificaciones, al lenguaje soez, la tensión, la soberbia, la intolerancia y el resentimiento”, partió diciendo.

A renglón seguido, sostuvo que no debemos olvidar que “los chilenos tenemos la mecha corta para discutir y que el país carece de la quilla profunda que garantiza estabilidad en medio de la tormenta”.

Ampuero fue más allá en su cuestionamiento y expuso las semejanzas que tiene la situación actual con el período del gobierno de Salvador Allende.

“El clima de crispación, polarización y violencia verbal que vivimos hoy nos impide ver el presente y soñar un futuro conjunto con nitidez y de modo objetivo, y se asemeja en exceso a un deja vu para mi generación. Sí, amigas y amigos, esto de vivir bajo un gobierno elegido democráticamente que se plantea reformular estructuralmente el país yo ya lo viví cuando tenía 18 años. Algo así ya lo experimenté en mi juventud. Yo ya viví un proceso parecido: vertiginoso, irreversible, efervescente, con banderas y consignas al viento, donde una minoría aspiró a construir un Chile nuevo en nombre del “pueblo” y a partir de un programa de 80 medidas sacrosantas, que constituían una suerte de verdad revelada”, señaló.

En ese sentido, agregó que “no estoy disponible para algo que se me parece mucho a los comienzos del naufragio nacional que sufrí a los 20. Y no estar disponible significa que me opongo a esta política refundacional, que ya vi cuándo y cómo se inició, pero que nadie sabe cuándo y cómo termina”.

En medio de su exposición, hizo una crítica a la izquierda chilena por no condenar los regímenes totalitarios de Corea del Norte y Cuba. “¿Por qué en Chile algunos partidos de izquierda pueden felicitar, sin pagar costo político alguno, a la criminal monarquía comunista de Corea del Norte, o solidarizar con los hermanos Castro en sus 55 años en el poder, o simplemente guardar silencio, amparándose en la gratitud, frente a los regímenes comunistas derribados en 1989 por sus ciudadanos?”

En este mismo punto, aludió a la Presidenta Michelle Bachelet y la criticó por no reprochar, en su reciente visita a Alemania, el régimen de la RDA. “Con su silencio la izquierda no sólo terminó por perder su último hálito de superioridad moral sobre quienes justifican aquí a Pinochet, sino que reveló que a ella le interesan los derechos humanos de quienes piensan como ella, y que franjas de la muerte, represión política y el encierro de millones de personas se justificaron en la construcción socialista en la Guerra Fría. Con ese lamentable silencio ante la conmemoración de la caída del Muro, temo que el debate democrático en Chile retrocedió 40 años”, sostuvo.

Asimismo, el novelista cuestionó la poca preocupación de los sectores liberales para defender su ideario: “No se han preocupado de contribuir a la difusión de las ideas que las representan. No las hacen circular ni las proyectan, y las defienden a media voz, convencidas de que ese ámbito pertenece a la izquierda. Al mismo tiempo estiman que su ámbito es el de los negocios, las leyes o la administración. Me refiero con esto a conservadores, derechistas, centristas, liberales y demócrata cristianos. A diferencia de quienes creen en una sociedad organizada en torno a un estado fuerte o monopólico, las personas que piensan diferente poco se preocupan de la batalla de las ideas. Piensan que lo suyo son los números, y lo de la izquierda las ideas”.

Revisa el discurso completo de Roberto Ampuero.

Revisa el video del discurso.

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