El socio fundador de Econsult, José Ramón Valente, analiza las proyecciones económicas para este y los próximos años, el impacto de las reformas tributarias y laboral, la caída en el precio del cobre, la baja en la recaudación tributaria por el menor crecimiento, el mayor endeudamiento del país; evalúa la gestión del ministro de Hacienda, Alberto Arenas, y entrega recomendaciones a los consumidores sobre adquirir o no bienes durables como viviendas o autos, dado el contexto de desaceleración que vive el país.
– ¿Cuáles son sus proyecciones económicas para este año?
– Hay bastante incertidumbre de cuál será el desempeño de la economía. Hay un abanico de números. En Econsult estimamos 2,5%. Pero hay algunas noticias positivas, que tienen contento al ministro Arenas, como la fuerte caída en el petróleo y la gasolina, que podrían dar algún impulso al gasto privado. La caída en el precio del petróleo y la bencina entregó entre US$700 y US$800 millones al bolsillo de la clase media. Es un bono inesperado que impacta positivamente.
Por otro lado, hay muchos otros factores que pueden afectar negativamente la economía y hacer que ese 2,5% o un rango entre 2,5% y 3% sea simplemente una expectativa. Algunos son externos, como la caída del precio del cobre en las últimas semanas. A diferencia del precio de la gasolina que llega rápidamente a los bolsillos de la gente, la caída en el precio del cobre se demora en quitarle plata a los bolsillos de la gente, porque se transmite a través de las empresas, menores contrataciones, salarios e inversiones. Se demora pero llega y eso puede ser un viento en contra.
En el ámbito interno, el ímpetu reformista del gobierno no se ha detenido. La reforma laboral, así como la tributaria, tendrá un impacto en menor contratación y en los salarios, y debiésemos ver una agudización del desempleo. La creación de nuevos empleos privados se ve bastante lenta.
– De hecho, en los últimos 12 meses se han perdido 132 mil empleos en el sector privado.
– No veo que esa tendencia se vaya a revertir sino que, por el contrario, las débiles expectativas económicas y las reformas laborales debieran aumentar esa cifra para este año.
– ¿Cómo ve el consumo privado para este año, después de la caída en 2014?
– Vamos a tener un veranito petrolero, pero un buen indicador de cómo viene la mano es lo que hemos visto en los primeros 20 días y es que cayeron los precios de las acciones de los principales actores del retail, Falabella, Cencosud y Ripley. Eso probablemente anticipa que las ventas de las compañías y perspectivas son bajas y malas. Ellos tienen un pulso cercano de lo que ocurre. Indica que vamos a tener un año bastante débil en el consumo.
– Las importaciones también son más caras por el dólar alto. ¿Podrían afectar el consumo?
– Las cosas se han hecho más caras por el alza del dólar. Hemos tenido una nueva alza del dólar a $630, un 5% adicional. Como se están dando las condiciones afuera, es probable que terminemos el año con otros $30 de alza. Se han encarecido todos los bienes importados, y eso influye en el poder de compra. Los salarios antes crecían rápido, y ahora no están creciendo en términos reales, descontando inflación. Si los empleos y los salarios no crecen vamos a tener un crecimiento en el consumo muy débil.
«La gente debería ser cauta»
– ¿Cuál es su recomendación para quienes deseen adquirir bienes durables, como casas y autos?
– La ecuación es difícil porque, por un lado, las tasas de interés en el mercado están bajas y eso da posibilidad de adquirir los bienes durables que se financian con crédito. Por otro lado, la gente piensa si será capaz de pagar los créditos, y la perspectiva de mercado laboral más débil, hace que la gente tenga más susto respecto de si va a subir su salario o si podrá mantener su empleo. La gente debería ser cauta de no entusiasmarse demasiado con créditos baratos que después no podrán pagar.
– ¿Por qué si el Banco Central tiene tasa de 3%, los créditos hipotecarios de los bancos están en 4,5%?
– Han subido las tasas hipotecarias porque los bancos ven un mayor riesgo en la economía y, por lo tanto, están cobrando primas de riesgo más alta. Si das crédito tienes que saber si el cliente podrá ser capaz de pagarlo de vuelta. Con un mercado laboral más débil, te tienes que cubrir un poco más.
– ¿Cómo ve la recaudación fiscal este año y durante este gobierno?
– El panorama se ve bastante negro en recaudación fiscal. Si bien entrará en vigencia la reforma tributaria con nuevas tasas, y eso debiera allegar más recursos al estado, las proyecciones del gobierno al principio eran crecer cerca del potencial del 4%, pero la economía crecerá al 2,5% este año, generando menos recaudación de impuestos, porque parte importante viene de las transacciones y las utilidades de las empresas. El segundo factor es que el presupuesto del gobierno está hecho con un precio del cobre sobre US$3 y estamos en US$2,6. Eso le resta ingresos fiscales al sector público. Nos vamos a enfrentar este año al mayor déficit fiscal desde 2009, cuando tuvimos déficit fiscal corriente bastante grande, superior a 3%.
– ¿Cuál será el impacto de la caída del petróleo en Codelco, que tiene costos altos?
– No hemos visto grandes avances que mejoren los márgenes en la minería estatal. Codelco no ha reportado bajas significativas en sus costos, y al caer el precio afecta su rentabilidad. Hace unos meses, el Gobierno anunció con bombos y platillos que capitalizará Codelco con recursos del fondo soberano por US$4.500 millones, como parte de un plan de inversiones de más de US$20 mil millones. Desde un principio, me suena mala idea porque los fondos soberanos son para cubrirnos de las vacas flacas con un precio de cobre más bajo. Es inverso a lo que haría un inversionista prudente. Siempre fue mala idea, pero con el precio actual del cobre esa decisión debe ser revisada.
– ¿La menor recaudación obligaría a Chile a endeudarse más?
– Creo que los países pueden recurrir a la deuda para financiar sus inversiones. Si tienes un buen proyecto recurres a deuda para financiar, por ejemplo, expansión en infraestructura, no tiene nada malo en sí mismo. Lo que no me parece bien es que Chile eligió aumento de impuestos, y el resultado final producto de la reforma tributaria y otras malas políticas, ha tenido que hacer ambos, recurrir al alza de impuestos y a la deuda, y esa combinación es fatal.
– ¿Cómo ha sido la implementación de la reforma tributaria en las empresas?
– La reforma no está en régimen, le quedan muchos años y al sector privado le queda mucho por digerir los cambios planteados. Subsiste un nivel de incertidumbre significativo respecto de cuál será el impacto final.
El crecimiento más bajo desde el retorno de la democracia
– ¿Qué crecimiento estima durante este gobierno?
– Este será el gobierno de menor tasa de crecimiento promedio desde el retorno de la democracia sí o sí. Eso ya está jugado, con el crecimiento bajo el 2% del año pasado, el 2,5% de este año. Independiente de lo que ocurra en 2016 y 2017, el promedio de crecimiento de este gobierno será el más bajo desde el retorno de la democracia. Eso es algo que varios adelantamos, dijimos que con este programa de gobierno eso iba a pasar. Esa tasa promedio estará en el mejor de los casos bordeando el 3%. Potencialmente nos puede pasar lo mismo que a Brasil, que completemos cuatro años creciendo en torno al 2% y 2,5%. Está dentro de las posibilidades porque el panorama externo está empeorando, y el gobierno sigue con su ímpetu con reformas anti-crecimiento.
– ¿Qué pasa si el gobierno opta por crecer menos pero que haya menos desigualdad?
-Tendríamos que ver cómo se da eso. Es difícil que tengamos un país en que disminuya la pobreza y disminuya la desigualdad si no mejoramos la calidad de la educación, creamos empleos y aumentamos los salarios. En estos cuatro años esos factores no van a ocurrir, y la desigualdad en este gobierno no va a mejorar, esa es mi predicción.
-¿Cuál es su opinión sobre la gestión del ministro Arenas? Hay quienes plantean que debería salir en el próximo cambio de gabinete.
– El problema del Gobierno no es de conducción sino de convicción, independiente de quien está en la conducción. Si la convicción del gobierno no cambia, el panorama no cambiará. Un mágico cambio de gabinete no cambiará nada. El ministro está muy alineado con el programa de gobierno. No veo que sea la piedra de tope o el factor que está generando que nos vaya mal.
– ¿El mercado le tiene confianza?
– El gobierno en general y el ministro Arenas no es distinto, el gobierno en general tiene una confianza bastante alta en mirar las series de datos y mirar las grandes tendencias y se le olvida que la economía tiene que ver con la gente, las empresas, y lo que ocurre en la calle más que un gráfico de series de tiempo. Eso hace que el ministro se equivoque en las proyecciones.
– ¿Se acabó el milagro económico chileno?
– Digamos que estamos en una pausa, ojalá, soy optimista de que esto es una pausa. Una pausa para retomar una senda de crecimiento y desarrollo como país. Soy optimista respecto de que la gente elegirá bien cuando vuelva a tener que elegir.
FOTO: SEBASTIAN RODRIGUEZ/AGENCIA UNO