Ya consiguió generar una vacuna contra el virus respiratorio sincicial, que está en proceso de manufactura para su potencial aplicación en humanos, y ahora se encuentra desarrollando una contra el coronavirus como Director del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia. El doctor Alexis Kalergis, bioquímico de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Doctor en Microbiología e Inmunología del Albert Einstein College of Medicine en Nueva York, Estados Unidos, conversó sobre los avances científicos y el coronavirus con la periodista Pilar Molina en «La Mirada Líbero en Agricultura»

-Esta semana vimos un informe positivo por parte de las autoridades del Minsal, que señala que hemos llegado a aplanamiento de curva, a una especie de meseta. ¿Usted comparte que estamos en un momento de curva aplanada?

-El mensaje que está entregando la autoridad sanitaria es el correcto, efectivamente gracias a las medidas que se han ido tomando en Chile se ha logrado aplanar inicialmente la curva, y quiero ser muy cauteloso con ese comentario. Eso no nos puede conducir a un exceso de confianza o a relajar de alguna medida el cuidado que cada ciudadano y ciudadana debe tener sobre su salud. La razón por la que este virus se ha diseminado de manera tan rápida en el planeta desde Wuhan, China al extremo sur, es justamente porque la población mundial no cuenta con inmunidad. La única manera de evitar o disminuir la propagación de este virus es justamente el distanciamiento social, el distanciamiento físico, las medidas de protección, y eso no se puede bajar.

-¿O sea no está descartado que eventualmente podamos retomar las líneas ascendentes de contagiados y que algún día lleguemos a los 100 mil contagiados?

-Este es un virus para el cual la humanidad no tiene defensas, por lo tanto, lo más probable es que la tasa de contagios vaya creciendo, el número de personas contagiadas va a ir creciendo, sin duda. Es muy probable que esté con nosotros no solamente este año, sino también los años venideros. Lo más probable es que la mayor parte de la humanidad se infecte, pero lo que tenemos que evitar es que haya muchas infecciones de manera simultánea y a eso se refiere con aplanar la curva o disminuir la pendiente de la curva. Este logro que ha tenido Chile, que gracias al testeo, a bastante diagnóstico, a medidas de confinamiento, es una señal positiva porque quiere decir que están funcionando, pero al mismo tiempo tenemos que estar muy alertas y mantener la guardia alta, porque no podemos caer en una confianza equivocada en pensar que hemos superado el problema, ni mucho menos.

-El 75% de los casos de Covid-19 con asintomáticos, personas que se han contagiado, pero que no tienen los síntomas. Eso significa que debiéramos atacar a un 25% que se puede contagiar. ¿Por qué no se opta como estrategia aislar, con los recursos necesarios y adecuados, a los mayores y que el resto del país siga haciendo su vida normal?

-Creo que han pasado recién 4 meses desde que se inició esto, sin embargo hay una cantidad de información importante y hemos visto muchos casos, no solo en Chile, sino en varios países, de adultos, no estoy hablando de adultos mayores, personas jóvenes, de veintitantos, treinta y tantos, cuarenta y tantos años que se han enfermado también severamente. Si bien es cierto que esta infección causa los casos más graves y quizás los casos con mayor mortalidad en adultos mayores o personas con enfermedades de base, también afecta a adultos medianamente jóvenes.

No estoy de acuerdo con que se piense que es una enfermedad solo de adultos mayores, porque no es cierto. Hay personas jóvenes que no solo se han enfermado, también han fallecido».

-Pero el 90% de los que se han muerto en Chile tienen más de 60 años, y en general los jóvenes tienen enfermedades de base complicadas. ¿Uno no debiera contar con una estrategia más focalizada en vez de tener a toda la población en este estado de cuarentena?

-En el segundo punto estamos de acuerdo, obviamente con el conocimiento epidemiológico y científico que está disponible y que va apareciendo cada vez nueva información, uno puede tomar decisiones que puedan hacer coincidir el cuidado, la protección de la ciudadanía con medidas que no compliquen demasiado el funcionamiento del país. Eso es posible, pero no estoy de acuerdo con la primera parte, que es solamente pensar que es una enfermedad de adultos mayores, porque no es cierto. Hay personas jóvenes que no solo se han enfermado, también han fallecido, y no solo nos afecta a los chilenos, hay una data importante en países como, por ejemplo, Estados Unidos, donde no solamente personas jóvenes o adultos en general con enfermedad de base se enferman severamente.

-Se enferman pero se mueren poco los jóvenes…

-Claro, pero la tasa de mortalidad de este virus ha mostrado que varía mucho en los países y depende también de cuán efectivo es el diagnóstico. Pero la fatalidad no es lo que esperamos, y la morbilidad o las manifestaciones clínicas con el virus pueden ser severas en alguna personas sin necesariamente causar la muerte. Por lo tanto, hay que hacer esa salvedad, esta no es una enfermedad de adultos mayores, es cierto que ellos son más susceptibles, pero también afecta a personas adultas jóvenes.

-¿Cuándo alguien está recuperado no puede enfermarse de nuevo? Porque el ministro Mañalich ha hablado de una inmunidad de 3 meses, ¿pero hay algo probado con este virus?

-Sabemos que la infección con el virus induce la producción de una respuesta inmune, hay una serie de publicaciones científicas que respaldan el hecho que se genera inmunidad, y eso es lo normal, ocurre con bastantes agentes infecciosos microbianos que causan enfermedad y generan en algunas personas inmunidad protectora. En todas las personas generan un tipo de inmunidad, pero hay que distinguir entre la inmunidad y la inmunidad protectora. La inmunidad es la respuesta inmune, es la capacidad del sistema inmune humano de generar una respuesta defensiva contra un agente microbiano, y esa inmunidad puede o no ser protectora. Si uno mira la historia de otras enfermedades infecciosas causadas por virus respiratorio, en la mayor parte de la población la mayor inmunidad que se genera puede considerarse como protectora, pero hoy día en el caso del coronavirus, con los datos que se disponen, hay una señal de que esta inmunidad debe ser estudiada con mayor profundidad. Se genera inmunidad, sabemos eso, pero qué tan protectora es, tenemos que continuar investigándolo.

-¿Que no se sepa que es protectora significa que no sabemos si esa persona puede volver a recaer, y además puede estar contagiando?

-Exactamente, según la información actual hay una señal de que lo ocurrido con otros agentes virales que también son respiratorios, en buena parte de la población la inmunidad -en base a la experiencia con otros virus- genera protección. En ese sentido el concepto de la inmunidad es correcto, pero se requiere hacer investigación para demostrar esto a ciencia cierta en el caso de este virus. Y es muy temprano, porque este es un fenómeno de los últimos 4 meses, entonces hay que hacer investigación. La decisión que han tomado las autoridades en Chile de empezar a implementar test de identificación de sujetos contagiados con anticuerpos es una medida correcta, porque muchas personas se infectan sin enfermarse, o la enfermedad es tan leve que no manifiesta un cuadro de síntomas que requiere atención y finalmente podría pasar inadvertido que esa persona estuvo infectada, porque no se le hizo un test de PCR.

El carnet Covid-19 es importante para trazar a los sujetos que han tenido la enfermedad y uno puede saber si estas personas se recuperaron definitivamente o si es que tienen una segunda exposición al virus».

-¿Pero qué sentido tendría entonces el carnet Covid-19 que quiere dar el ministerio si resulta que no hay certeza y no se garantiza la inmunidad?

-Hay que separar esto en dos conceptos. No solamente el ministro Mañalich, esto es una política que también está impulsando la OMS. La importancia que tiene este elemento, que puede tener diferentes nombres, en Chile se habla del carnet Covid-19, en otros países se habla del pasaporte inmunitario, pero lo importante es saber quien se enfermó, quien se contagió y quien se recuperó. El primer concepto es poder trazar a las personas que se expusieron y que se recuperaron, es un dato muy importante, porque da la idea y permite comprender cuán grave es la enfermedad y a qué porcentaje de la población afecta de manera grave, y eventualmente podemos saber si la persona se volvió a infectar o a enfermar. Ese componente del carnet Covid-19 es importante para trazar a los sujetos que han tenido la enfermedad y uno puede saber si estas personas se recuperaron definitivamente o si es que tienen una segunda exposición al virus. El segundo elemento que tiene que ver con la inmunidad es que el virus induce a inmunidad, induce anticuerpos, pero hay bastante discusión en la comunidad científica en términos de si estos anticuerpos son o no neutralizantes, es decir, que tienen la capacidad de neutralizar al virus y de esa manera ser protectores. Se ha hablado también de otro tipo de anticuerpos, muy recientemente hay señales de otro tipo de anticuerpo que está principalmente en las mucosas… Por lo tanto los científicos estamos trabajando en diferentes partes del planeta en tratar de comprender la manera en la que el ser humano responde a la infección con el virus.

-¿Y es cierto que los países que han tenido planes de vacunación masiva contra la BCG (vacuna para la tuberculosis) como por ejemplo China, la mortalidad es mucho más baja que en aquellos países que son desarrollados y que no se vacunan contra la tuberculosis como Estados Unidos, España, Italia o Francia?

-Esa es una pregunta muy buena, se la agradezco, porque nosotros fuimos los primeros desde la Universidad Católica, estamos apoyando a la Mesa Social Covid-19, de hecho nuestro artículo acaba de ser aceptado para publicación en una revista de alto impacto, y fuimos uno de los primeros grupos en darnos cuenta de este fenómeno.

Por muchos años nuestro ministerio de Salud ha sido capaz de proveer con vacunas chilenas a la ciudadanía, y probablemente va a ser el caso de esta vacuna, pero tenemos que empezar a construir las capacidades locales».

-¿Y cómo la vacuna contra la BCG protegería contra el Covid-19?

-Comentar primero que en Chile tenemos una comunidad científica muy activa y productiva especialmente en el área de la microbiología, hay muy buenos virólogos, muy buenos microbiólogos, y han hecho un aporte trabajando con el Ministerio de Ciencia y con el Ministerio de Salud en apoyar que las medidas que se van tomando tengan un fundamento científico. En relación con la BCG nosotros hemos trabajado con esta vacuna hace ya unos 20 años, e hicimos una observación de que los países que tienen un programa de vacunación con BCG tienen tasas de número de casos por millón de habitante inferiores a países que no tiene BCG. ¿Qué países no tienen este programa? por ejemplo Italia, Estados Unidos, Francia, España, Holanda, Bélgica, son países donde se ha dado con alta incidencia hablando de número de casos por millón de habitantes, versus otros países como China, India o Chile, donde afortunadamente las tasas han sido menores. Y pensamos que hay dos elementos, uno la BCG, pero también es la adhesión a los programas de vacunación en general. Porque hay un fenómeno que tienen las vacunas, además de proteger directamente contra el agente infeccioso, el microbio que causa la enfermedad, tienen un efecto que se llama «inmunidad entrenada», que puede preparar o predisponer el sistema inmune humano para responder contra otras infecciones, por ejemplo, en este caso contra el coronavirus. Esto está reportado, tiene fundamentos científicos. Este fenómeno se llama «inmunidad entrenada» y pensamos que la BCG tiene esa cualidad. Ahora, la adhesión a las vacunas tiene este efecto favorable, y aquellos países donde lamentablemente los movimientos anti vacunas podrían haber tenido más llegada, países como Italia y Estados Unidos…

-Esos países no tienen estas enfermedades y no vacunan, no tienen programas de vacunación como la tuberculosis…

-Nosotros hemos tratado de impulsar, antes de esto inauguramos en la PUC un museo de la inmunología y la vacunación, porque llegamos a la conclusión de que la razón por la cual los movimientos anti vacunas tienen oídos en la ciudadanía es porque hay una percepción de riesgo baja. Hoy ya esto está absolutamente claro, estamos todos pendiente de cada avance que está haciendo cada vacuna que está siendo desarrollada no solo en muchos países, también lo que estamos haciendo en Chile. Esta percepción de riesgo de enfermedades que en Estados Unidos se veían como erradicadas, el caso del sarampión, vemos que hay sarampión en prácticamente todo Estados Unidos a raíz de una falta de adherencia a la vacuna. Es bien notable esto que ocurrió, y va a permitir que la ciudadanía comprenda que las vacunas son en general muy seguras y muy efectivas.

-No puedo dejar de preguntarle sobre la vacuna que está desarrollando usted y qué probabilidad ve que lleguemos a puerto luego. ¿Qué posibilidad ve a su vacuna, que distinto tiene a las otras que se están probando,  y cómo es su aporte en esta materia?

-Hay muchos grupos que están trabajando en el desarrollo de una vacuna, uno nunca sabe, este es un camino que uno inicia, desde el diseño conceptual, luego la formulación, las pruebas pre clínicas, la formulación de la vacuna, que cumpla con las regulaciones nacionales e internacionales y luego las pruebas químicas. Todas esas etapas son cuellos de botellas que necesitan pasar las vacunas. Hoy hay más de 100 grupos trabajando en vacunas, no sabemos cuántas realmente van a llegar a puerto, por eso es importante que trabajemos en Chile y en base a las capacidades y a la experiencia que hemos construido en el desarrollo de la vacuna del sincicial. El segundo punto es que ojalá la comunidad científica mundial llegue a una vacuna, la pregunta es cuánto acceso vamos a tener en Chile a esa vacuna. Obviamente va a haber una tremenda demanda de grandes poblaciones y grandes mercados, por ejemplo Europa, Asia, Estados Unidos, Norteamérica, son grandes masas de poblaciones.

-¿O sea no debemos contar con ella en el corto plazo?

-Sí podemos contar, y confío, por muchos años nuestro ministerio de Salud ha sido capaz de proveer con vacunas chilenas a la ciudadanía, y probablemente va a ser el caso de esta vacuna, pero tenemos que empezar a construir las capacidades locales, porque eso nos asegura dos cosas fundamentales. Primero nos asegura que haya una producción local que asegure el abastecimiento, independientemente de las demandas internacionales, y segundo, que la vacuna se ajusta también a medida perfecta en nuestra población, porque hay diferencia entre los agentes infecciosos, los virus y diferencias en los grupos humanos, hay que considerar eso. Por eso es que estamos trabajando en el desarrollo de esta vacuna y estamos avanzando a buen paso.