La comunidad Riñimapu la conforman 33 lotes, distribuidos en más de 19 hectáreas, a orillas del lago Riñihue y sobre la ribera del río San Pedro. En ese sector, conocido como Desagüe del Lago Riñihue, funcionó por más de 40 años el Hotel Riñimapu. Hasta que se constituye la Sociedad Inmobiliaria Riñimapu SpA en agosto de 2015 y el 15 de diciembre de ese año compran el predio donde se desarrolla el loteo. Mientras funcionó el hotel, y hasta noviembre del año pasado, la convivencia entre los propietarios y las comunidades mapuche colindantes fue pacífica y, además, en el terreno que ahora ocupa el condominio Riñimapu no existiría antecedente alguno de Título de Merced. 

Un testimonio al que tuvo acceso El Líbero relata que los problemas empezaron el 23 de noviembre de 2020. Fue entonces que del Lof Llazkawe cortaron por primera vez el camino de acceso al Desagüe del Lago Riñihue, hicieron barricadas y afectaron parcialmente el puente Piutel. Originalmente solicitaban reconstruir y ampliar el terreno que existe hacia la playa pública. Aunque en un comunicado difundido el mismo 23 de noviembre advierten que han  decidido “ejercer el control de este territorio” ante lo que calificaron como el “cierre arbitrario” de la desembocadura del río San Pedro, reclaman el respeto a la biodiversidad, la fauna y el ecosistema y dicen no estar de acuerdo con la instalación de proyectos extractivistas. 

La versión obtenida por El Líbero indica que la comunidad Riñimapu se reunió con ellos el 7 de diciembre, y acordaron iniciar la reconstrucción del camino dos días después, obras que debían estar listas a finales de diciembre. Si bien los trabajos iniciaron el 9 de diciembre, antes de que se venciera el plazo acordado, de manera intempestiva atacaron nuestra comunidad destruyendo cercos, botando árboles, quemando y robando madera. Amenazando, además, con quemar”.

Esta versión coincide con un testimonio difundido ayer por la Asociación de Paz y Reconciliación en La Araucanía (APRA). “El día 23 de noviembre estos grupos cortaron el camino, no dejaban pasar a nadie. Amenazaron a los dueños de campos vecinos para que no dejaran pasar a nadie. Después de eso, durante diciembre, demandaron que el acceso público, ya existente hace años a la playa, fuera más amplio. A pesar de que el condominio accedió a esto, ellos destruyeron el cerco, cortaron árboles nativos y se tomaron parte del quincho comunitario del condominio (no se encuentra en la playa). Restringieron la entrada, incluso cobraron. Obligaban a las personas a sacarse la mascarilla (en plena pandemia) para que ingresaran y así identificarlos”, se lee en el texto. 

Por estas acciones, y por las denuncias de hechos de violencia contra los habitantes del condominio, estos introdujeron una acción judicial. El abogado de los querellantes, Carlos Tenorio, dijo a Radio Biobío, que al 11 de febrero de 2021 los miembros de la comunidad Llazcawe mantenían tomadas nueve cabañas, el acceso a la playa y levantaron un terreno para estacionamiento. Mientras que la vocera del lof, Johanna Quilamán, afirmó que estaban en el lugar para resguardar que el condominio no cerrara el acceso a la playa.

“Toda persona que no esté en línea con nuestra manera ancestral de ver nuestra Ñuke Mapu será expulsada de nuestro lof”

Otra fecha que está en la memoria de los habitantes del Condominio Riñimapu es el 19 de diciembre de 2020. Ese día, dicen, durante la realización de una fiesta mapuche en la playa pública vecina a la propiedad ingresaron y arrancaron el cerco ubicado entre el quincho de la comunidad y la playa del lago Riñihue. Además, habrían causado destrozos en el quincho; hechos que fueron constatados por Carabineros y denunciados ante la Fiscalía local. Señalan que cuando la policía se retiró volvieron con sierras, hachas, motosierra y otras herramientas para terminar de arrancar completamente el cerco. 

Para entonces, el Lof Llazkawe emitió su segundo comunicado público. “El Lof Llazkawe, que se encuentra en proceso de control territorial desde 23 de noviembre, inicia el sacado del cerco que mantenía cortado el acceso al Desagüe del Lago Riñihue por parte del Condominio denominado Riñimapu”, comienzan. Allí declaran que no van a tolerar que se continúe “con la invasión y depredación a nuestra Ñuke Mapu”, afirmaron que el lugar “se ha visto afectado por los invasores” y convocaron a una ceremonia para el 25 de diciembre. 

El texto cierra diciendo: “Se deja claro que toda persona que no esté en línea con nuestra manera ancestral de ver nuestra Ñuke Mapu y de convivir con ella, será expulsada de nuestro lof. No permitiremos más usurpación por parte de los oligarcas”.

Desde el condominio apuntan que en adelante se fueron generando crecientes actos de violencia, como el bloqueo con cadenas y palos de la entrada a la playa pública, impidiendo el libre acceso a locales y turistas; luego, afirman, comenzaron los gritos provocativos y hubo una toma parcial de terrenos de la comunidad Riñimapu, además de realizar nuevos destrozos en el quincho.

“A partir del 31 de enero empiezan a hacer incursiones amenazantes con armas blancas a los terrenos de las casas particulares. El 2 de febrero, al mediodía, momento en que las familias, incluyendo niños, se encontraban en sus terrazas y jardines, ingresaron dos hombres con palos, dos mujeres con un machete y un niño encapuchado. Frente a la última casa intimidaron a 6 niños, con edades entre 2 y 10 años, que arrancaron asustados para protegerse al interior de la casa, con el consiguiente daño sicológico. Durante esta intromisión armada, el dueño de casa sufrió un corte en su pierna izquierda producto de un golpe con el machete”, cuentan. De este último acto quedó constancia en Carabineros.

Lof Llazkawe emitió un nuevo comunicado desde la “playa recuperada Desagüe de Riñiwe” el 7 de enero de 2021, en el contexto del operativo por drogas de la Policía de Investigaciones en Temucuicui, que acabó con la muerte del subinspector Luis Morales. “Condenamos el accionar de Policía de Investigaciones (PDI) quienes atacaron con armas a nuestros hermanos y hermanas dejándoles heridos de consideración. Además condenamos la detención de la familia de nuestro peñi weichafe Camilo Catrillanca, incluida su hija de 7 años”, escribieron. 

El último episodio, antes de los sucesos que terminaron con el fallecimiento de Emilia Milen Herrera Obrecht (25), ocurrió el 6 de febrero. Aseguran que alrededor de las 18:00 horas entraron al condominio de forma violenta entre 40 y 50 personas, con palos, cuchillos y machetes. Clavaron banderas mapuches y se instalaron en otras dos propiedades. Esto ocurrió un día después de la muerte del malabarista Francisco Martínez, también en Panguipulli. De acuerdo con el testimonio difundido por APRA, Martínez se estaba quedando en las cabañas tomadas en la comunidad desde el comienzo de los altercados. 

El 17 de febrero, tras el comunicado en el que lamentan la muerte de Herrera, se difundió otro texto del lof a propósito de los actos velatorios de la mujer, en el que reiteran: “No olvidemos que este proceso de control territorial se levanta en el lof a causa de la invasión de los oligarcas (…), los loteos para venta de parcelas, la instalación de monocultivos de eucalipto y avellano europeo, en fin, el mancillamiento de nuestra Ñuke mapu, ante lo cual nuestra weichafe Emilia al igual que muchas y muchos se alzó”.

El ministro del Interior, Rodrigo Delgado, reconoció la muerte de Emilia Herrera en la Región de Los Ríos fue el resultado de “un conflicto que lamentablemente se está dando hace algún tiempo, de hecho había algunas medidas de protección que se estaban cumpliendo por parte de carabineros en ese sector, fundamentalmente en el condominio”.

El secretario de Estado informó que “las rondas de carabineros que estaban tipificadas en la medida de protección se habían hecho media hora antes de ocurrir este hecho más violento, lo que uno lamenta es que esta diferencia entre la gente del condominio y algunos vecinos que reclamaban históricamente o por lo menos hace algún tiempo, el acceso a algunas playas del sector, haya escalado a este nivel de violencia inusitado y por supuesto repudiable”.

Por su parte, el intendente de la región de Los Ríos, César Asenjo, también apuntó en sus declaraciones que “el sitio donde se registraron los hechos de violencia, cuenta con una medida de protección de rondas, la cual había sido efectuada por carabineros media hora antes de este incidente, llegando carabineros de la Quinta Comisaría de Panguipulli y Bomberos”, esto porque fue quemada una vivienda, un quincho comunitario y el portal de acceso al condominio. 

La noche del suceso se detuvo a siete guardias de seguridad privados contratados por la comunidad, cuatro fueron formalizados por tenencia ilegal de arma de fuego, y quedaron con la medida cautelar de arresto domiciliario parcial y firma mensual. Mientras que para los otros tres detenidos se amplió la detención hasta el día de hoy.

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2 Comentarios

  1. Los guardias son tan chilenos como todos y necesitan llegar a casa y a sus familia vivos. Si tuvieron que usar armas, era para su defensa personal. Nadie va a querer ser Carabinero o Guardia, en estos tiempos. El Narcoterrorismo disfrazado de causas ancestrales ha ganado nuevamente la Batalla.

  2. El Estado de Derecho desapareció. La ley del mas fuerte impera hoy en una gran parte del sur de Chile y su control crece como una mancha de aceite a punta de violencia, usurpación y fuego. ¿Y el gobierno?, ¿donde están sus convicciones? ¿Le queda alguna?

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