A mediados de marzo de 2016, casi un mes después de haber dejado la Dirección Administrativa de la Presidencia, Cristián Riquelme (en la foto) llegó hasta el edificio de la Contraloría para declarar en el marco del sumario que le estaba haciendo el ente dirigido por Jorge Bermúdez. ¿La razón? Los millonarios contratos que desde su cargo en La Moneda adjudicó a distintas empresas vía trato directo, es decir, sin ningún tipo de licitación de por medio en la que éstas compitieran con otras compañías del rubro. Gran parte de ellos fueron dados a conocer en su momento por “El Líbero”.
Tras más de un año de investigación, Contraloría emitió su informe con las conclusiones del sumario el 6 de septiembre de 2017. En el documento, que publicó ayer Bío Bío, se reprocha el comportamiento de Riquelme y de otros tres funcionarios de la Dirección Administrativa de la Presidencia: Natalie Vilches Jara (ex jefa del Departamento de Abastecimiento), Germán Yovanne Monetta (jefe del Departamento Jurídico) y Óscar Sandoval Navarrete (ver perfil aquí), quien actualmente ejerce como director, tras la salida de Riquelme.
De hecho, el ente contralor recomienda al gobierno aplicarles sanciones a los funcionarios. En el caso de Riquelme -quien ya no ostenta ningún cargo público desde que dejó La Moneda cuestionado por estos contratos y por sus vínculos con los casos Caval y SQM (ver nota)-, se propone una multa del 50% de su sueldo y la suspensión por un mes de su cargo. Para Sandoval, la medida disciplinaria que se recomienda es quitarle un 20% de su remuneración. Para Vilches, lo mismo. Y para Yovanne, un 15% del sueldo.
Los cuestionados contratos “a dedo” para las fiestas de Navidad y aniversario
El 7 de enero de 2016, “El Líbero” publicó una nota (ver aquí) en la que informaba que la empresa Gestión y Producción Ahumada Limitada (Gestus), entre 2014 y 2015, logró abrochar abultados contratos con la Presidencia por más de $1.279 millones, todos vía trato directo. Gestus fue creada por el actor Christian Ahumada, quien trabajó en la Presidencia en el primer gobierno de Michelle Bachelet, lugar donde conoció a Cristián Riquelme.
En marzo de 2014, y a solicitud del equipo de la entonces Presidenta electa, el Estado contrató a la empresa de Ahumada para producir la gala cultural del cambio de mando que se realizó la noche del 11 en la Estación Mapocho. El evento tuvo un costo total de $284 millones.
En julio de 2014, y con motivo del aniversario de la Presidencia, el gobierno nuevamente contrató vía trato directo a Gestus para producir la celebración. El evento se realizó en el Castillo Hidalgo del Cerro Santa Lucía y tuvo un costo de $37 millones.
Pero el más abultado de los pagos que recibió la empresa del actor Christian Ahumada fue para la Navidad de 2014. En diciembre produjeron el evento de la Presidencia que llevó por nombre “La mágica Navidad de Juan y Laura” y que se realizó en el Parque O’Higgins. La actividad tuvo un costo de $538 millones, los que fueron pagados a Gestus vía dos resoluciones aprobadas por Riquelme bajo “gastos de representación, ceremonial y protocolo”.
Y el 23 de noviembre de 2015, a la productora del ex funcionario de Presidencia nuevamente se le encomendó vía trato directo la labor de realizar la fiesta de Navidad de ese año por un monto de $418 millones. En esta oportunidad el evento se realizó en las regiones Metropolitana, del Biobío y Atacama y contó con un show de los personajes de “31 minutos”.
Pero el lazo que había entre la empresa Gestus y el gobierno de Bachelet no sólo se remontaba al primer período presidencial de la Mandataria, cuando Christian Ahumada trabajó en La Moneda y conoció a Riquelme. En 2013, cuando Bachelet volvió de Nueva York para representar a la Nueva Mayoría en las elecciones presidenciales, Gestus cumplió un rol destacado dentro de la campaña, organizando distintos eventos, como la conmemoración paralela que hizo de los 40 años del golpe de Estado en el Museo de la Memoria y un acto de campaña en Maipú. Según los datos entregados por el equipo de Bachelet al Servel sobre los gastos de la campaña, la empresa Gestus cobró por sus servicios $129 millones a través de seis facturas.
Las refacciones a La Moneda
Otro caso de contratos vía trato directo que dio a conocer “El Líbero”, se dio con la “Constructora e Inmobiliaria 2000” (ver nota). Entre el primer y segundo gobierno de Bachelet, la Presidencia pagó $248 millones a esta empresa por trabajos de refacciones principalmente en La Moneda. Pero la compañía creada en 1994 por la familia Meller Sunkel -y que goza de prestigio en el rubro- también había prestado servicios a la campaña de Bachelet. En la rendición de gastos de la campaña de 2005, la constructora figura con dos facturas por “reparaciones eléctricas de la sede” y “reparaciones varias” por montos menores: la primera por $106.000 y la segunda por $96.000.
En la campaña de 2013 ni la empresa ni sus socios figuran en las planillas de gastos de Bachelet. Sin embargo, en mayo de 2015 Andrés Eduardo Meller Sunkel, el dueño del 40% de “Constructora e Inmobiliaria 2000”, saltó a la luz pública luego que en la investigación del caso SQM se descubriera que él había entregado cuatro boletas por $13 millones a la cuestionada Asesorías y Negocios (AyN), la empresa de Giorgio Martelli que habría servido para recaudar fondos para la campaña y pagar a quienes prestaron servicios en ella.
El documental de Bachelet
Otro caso cuestionado por Contraloría ocurrió en febrero de 2016, cuando se dio a conocer que Presidencia había contratado por $40 millones a la cineasta Tatiana Gaviola para que hiciera un documental sobre el segundo gobierno de Bachelet. Pero a través de una investigación, “El Líbero” reveló que en realidad a la profesional se le habían pagado $91 millones para realizar esa labor, entre contratos a honorarios, contratos a su empresa y contratos a ella como persona natural (ver nota). La fórmula de los múltiples contratos habría sido ideada por Riquelme, quien figuraba firmando todos los documentos.