En el plano internacional, Universidad Católica hace rato no pasa las primeras fases de las Copas Sudamericana y Libertadores. Este año no fue la excepción y ya quedó fuera de esta última y solo puede optar al premio de consuelo, como se le suele llamar a la Copa Sudamericana. Pero, para el fútbol de casa, los cruzados están sobrados de cariño y de seguir jugando como lo está haciendo, con un Pinares y Fuenzalida sobre la media, indudablemente se quedará por tercera vez consecutiva con el campeonato nacional. Si ese es el caso, lo harían con tres técnicos distintos: Beñat San Jose (2018), Gustavo Quinteros (2019) y Ariel Holan (2020). Todavía falta mucho, pero para allá van…

A raíz del clásico, no me gustaron las declaraciones del portero de Everton Johnny Herrera, que criticó duramente al técnico azul Hernan Caputto por la forma de plantear el pleito ante los cruzados. Tenga razón o no el ex portero azul, considero de mal gusto que un jugador en actividad se meta (aunque está en todo su derecho) y diagnostique las falencias de su anterior club. Hay que recordarle a Herrera que el año pasado, a esta altura del torneo, fecha trece, los azules marchaban en el penúltimo lugar (15°) y a 23 puntos del líder; ahora, a igualdad de fechas, se ubica (5°) y a 10 puntos de U. Católica. Si alguna recomendación se le puede dar a Johnny, es que se concentre en Everton, que está jugando muy bien, y que no vuelva a cometer errores como le sucedió ante los cruzados, regalándole el empate.

En la tienda alba, rodó la cabeza de Gualberto Jara, el técnico paraguayo que no sé si fue interino o de “planta”, y que sin lugar a dudas agarró una “papa caliente” al sustituir al comandante Mario Salas en la banca colocolina. Difícil tarea le toca al técnico Gustavo Quinteros, pero si los directivos logran alinearse, dejan sus diferencias y le permiten trabajar tranquilo, este técnico -que es de carácter- podría llegar a “enfriar la papa” que no pudo o no supo lograr Gualberto. El viernes 09, ante Coquimbo Unido, tiene el primer examen.

Para terminar, las mejores vibras para nuestra selección nacional, que el jueves 8 a las 19:45 se mide ante Uruguay en el mítico Estadio Centenario. Chile llega a este pleito tras un año sin jugar (15-10-2019) y Uruguay no lo hace desde el 18 noviembre del 2019, o sea, casi en igualdad de condiciones. No caigamos en el derrotismo, que no podremos contar con fulano o con zutano, pongamos la fuerza y la mente en los que sí podrán jugar y que están atravesando por un muy buen momento en sus clubes en Europa, Sudamérica y en Chile.

Voy a hacer lo que no se deba hacer, que es dar una formación tentativa para enfrentar a los charrúas. Arias en el arco; una línea de cuatro en defensa, con Isla-Díaz-Roco-Vegas; una mitad de cancha con Aránguiz-Fuenzalida-Vidal- Pinares; y adelante Alexis Sánchez y Eduardo Vargas. Cuando de Chile no se espera mucho, es cuando da las grandes sorpresas con triunfos inesperados. En esta selección quedan seis jugadores pertenecientes a la llamada generación dorada, que todavía tienen algo que decir; en este caso, algo más que jugar.

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