La semana pasada, la Cámara de Diputados rechazó el proyecto de reforma tributaria del ministro Mario Marcel, asestándole un duro golpe al gobierno del Presidente Gabriel Boric.

Para conocer sus impresiones sobre el fracaso de esta reforma emblemática y las conversaciones que deben darse en el mundo político para alcanzar un nuevo acuerdo tributario, en Mirada Líbero conversamos con el economista y ex convencional Bernardo Fontaine.

A su juicio, el rechazo a la reforma del Ejecutivo “fue una sorpresa desde el punto de vista de la ineptitud del gobierno, pero por otra parte la reforma era mala. Que haya sido rechazada por sectores distintos, demuestra eso”.

Fontaine: “El gobierno reaccionó de una forma destemplada, agresiva y populista”

Según el economista, lo peor vino después, con la reacción que tuvieron el ministro Mario Marcel y el Mandatario. “El gobierno reaccionó de una forma destemplada, agresiva y populista tras perder la tributaria. El Presidente entró en una veta populista y destemplada de acusar a los parlamentarios de amparar la evasión de impuestos. Fue infantil y fuera de lugar”, sostuvo.

“No se puede hacer una suerte de chantaje diciendo que los parlamentarios no están de acuerdo con subir la PGU o mejorar la salud pública porque no aprueban determinada reforma tributaria. Lo que se estaba votando era si este proyecto era la mejor forma de recaudar ingresos o no, no el destino de esos recursos”, agregó.

Fontaine: “Que Marcel no copie la reforma de Jadue”

Al ser consultado por las similitudes entre la reforma tributaria rechazada por el Congreso y la reforma tributaria que planteaba el alcalde Daniel Jadue (PC) en su candidatura presidencial (ver nota de las similitudes aquí), Fontaine sostuvo que “lo que tiene que hacer el ministro Marcel es buscar una nueva forma de financiar el proyecto social que no sea copiar la reforma de Daniel Jadue”.

“Cuando fue candidato, Daniel Jadue propuso un impuesto al patrimonio, un impuesto a utilidades reinvertidas en las empresas, una serie de elementos reformulados en la reforma del ministro Marcel, y eso no es sorpresa porque el equipo de asesores y tributario del ministro en su Ministerio es precisamente el equipo que tenía Jadue, son todos del PC”, señaló.

Fontaine: “Nunca entendí por qué Marcel no tomó un camino más socialdemócrata”

Fontaine también indicó que “el PC ha sido pieza central y columna vertebral del gobierno, entonces tiene una influencia muy grande. Este proyecto siempre fue un proyecto demasiado violento, porque producía un aumento de la tributación especialmente sobre el ahorro, que iba a ser un mazazo e iba a castigar la inversión, y por ende la oportunidad de que Chile creciera”.

Sobre el titular de Haciendo dijo que “yo nunca entendí por qué el ministro Marcel no tomó un camino más socialdemócrata y no presentó un proyecto más razonable. Al final, en términos políticos, lo que estamos viendo hoy es que el PS entró al gobierno, pero no entró con las ideas de la Concertación, más bien entró a los cargos pero ha asumido las ideas del Frente Amplio y del PC”.

Fontaine: “El gobierno tiene que dejar de meter los dedos al enchufe”

Sobre el pacto fiscal que se debe fraguar entre los distintos sectores, Fontaine planteó que “necesitamos compromiso político entre el gobierno y la oposición donde se acuerde que todo aumento de financiamiento para el Estado tiene que ser una mesa de tres patas. Un tercio lo tiene que aportar el propio gobierno, reduciendo los malos gastos que todos sabemos que el gobierno tiene, y que informes propios del gobierno identifica casi 700 programas que están mal hechos, programas de gasto, entonces lo primero es que el gobierno aporte un tercio reasignando gastos mal hechos. El otro tercio debe ser el control de la evasión, tenemos un informe de la Cámara de Comercio que dice que la evasión del comercio ilegal cuesta el equivalente a dos reformas tributarias. Y la tercera pata tiene que ser el aumento de impuestos, y ahí esta la discusión del royalty, que parece válido y eliminar exenciones”.

El gobierno tiene que dejar de meter los dedos al enchufe. Indulta a los delincuentes, propone una constitución contrariamente a todo el sentir chileno, mal hecha y rechazada, y propone una reforma tributaria mal hecha y que iba a castigar la economía y sale rechazada, en fin. Tiene que cambiar el gobierno esa actitud soberbia y arrogante, y tiene que reconocer que es un gobierno que tiene minoría en el Congreso, en la opinión pública y por consiguiente tiene que sentarse a conversar”, agregó.

Por último, se refirió a lo ocurrido en el pasado, en el segundo gobierno de Michelle Bachelet, con la reforma tributaria de Alberto Arenas.

“El gobierno debiera mirar esa experiencia. Esa reforma también castigaba brutalmente a la clase media, el ahorro y a las pymes y era una reforma muy negativa. Pero apenas el gobierno de la Presidenta Bachelet percibió que la opinión pública, los parlamentarios, las pymes, estaban llenos de dudas y consideraban mala la reforma del ministro Arenas, inmediatamente se dieron vuelta y antes de que se votara en el Senado en general, llevaron esto a una mesa de negociación, donde me tocó participar por la oposición y cambiamos mucho la reforma. La reforma quedo mala, pero no pésima. Y ahora echo de menos esa voluntad, espero que el gobierno procese esta derrota, este duro golpe, y se encamine a buscar un acuerdo razonable”, señaló.

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