Esta mañana, el Presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, decretó la denominada «muerte cruzada», que disuelve el Congreso y convoca a elecciones generales anticipadas. De esta manera, gobernará mediante decretos por los próximos seis meses, hasta que asuma su sucesor.
En Mirada Líbero, el periodista, especialista en temas internacionales y académico de la Universidad de los Andes, Juan Ignacio Brito, señaló que “la reacción de Lasso es mala para su propio sector y sus ideas”.
Ello, debido a que las elecciones anticipadas podrían traer de vuelta al poder a las fuerzas de izquierda, luego de que el año 2021 el candidato de UNES Andrés Arauz (apoyado por el expresidente en el exilio, Rafael Correa) perdiera inesperadamente la presidencia frente a Lasso. Con eso conquistarían el gobierno, al tiempo que podrían mantener una mayoría importante en la Asamblea Nacional.
“Es muy probable que esto termine provocando un nuevo gobierno correísta en Ecuador«, agregó Brito. En ese sentido, «Lasso ha jugado mal las fichas porque le abre una puerta muy grande a una izquierda que no tiene muchas credenciales democráticas, y que salió por la puerta angosta cuando terminó su gobierno”.
«Muerte cruzada», en línea con la Constitución
La llamada «muerte cruzada» es una disposición que se encuentra en el artículo 148 de la constitución de 2008 de Ecuador y dispone el llamado a elecciones generales, a partir de las cuales el Presidente en ejercicio tiene seis meses para gobernar por decreto.
Brito explicó que “se trata de una situación anómala, y el Presidente la convoca por una grave crisis política. Por supuesto, la ‘muerte cruzada’ se refiere a que no solo muere el Congreso, sino que también el Presidente que la convoca porque cesa su cargo». Las autoridades que se elijan tienen que completar el período de Lasso que dura hasta el 2025.