Anoche me preguntaba qué puedo escribir para esta columna si yo aún no puedo ni ubicarme en donde estoy parado. Le di vueltas al tema, me metí a Twitter y me encontré con el video de Iván Núñez sobre Rafael Garay, que es de una humanidad tremenda, porque yo también soy amigo del economista desaparecido. Escuchaba las palabras de Núñez y me preguntaba a mí mismo: ¿por qué no se hace un programa donde todo sea verdad? Algo como el ya lejano Protagonistas de la Fama, el único reality en que todo era verdad (y eso me consta, porque me tocó participar de él).
Si yo tuviese que titular esta columna le pondría “Yo estuve en tu casa Rafael y tú estuviste en la mía”, o algo como “Entrenábamos juntos Rafael, somos amigos, vente”. Porque esas, no así textuales, pero muy similares, fueron las palabras de Iván Núñez en ese video que se viralizó y que parecía casi en directo. Lo único que no te creí, Iván, fue cuando dijiste algo como: “Deposité en ti la confianza y mis ahorros de toda una vida de trabajo. Tal vez no era mucha plata…”. Y es que en ese momento al menos tu lenguaje verbal denotaba que lamentablemente sí se trataba de mucha plata.
Nunca tuve alguna duda que estabas hablando de verdad. Y eso que el lunes estrenas tu nuevo programa “Modo Termómetro”, el revival del viejo “El Termómetro”. Y es que si hay algo de lo que sabe Iván Núñez es de marketing y de rating. Recordemos que fue por muchos años editor de Primer Plano.
Qué fuerte no poder abstraerme de esto. A mí me paso algo parecido, pero con una diferencia. Nunca Rafael Garay me pidió un peso.
En la TV, en los portales de internet y en las redes la rompió todo el día la noticia de que el niño bueno de la economía era un posible estafador.
Para los medios la noticia fue más importante que el brutal accidente del centro de Santiago, ese en que un desprendimiento de una muralla en Ahumada con Moneda provocó que un auto entrara de lleno a una farmacia dejando tres heridos de gravedad. Mis felicitaciones para la radio ADN, que para mi gusto visualmente tenían la mejor imagen “dantesca”.
¡Lo de Garay también fue más importante que la entrega de los resultados de la Casen! Incluso que la llegada de V. H. Castañeda y Lucho Musrri a la U. La prioridad fue destacar que el economista al que todos le creían, se los cagó, esa es la expresión. Aquí me quiero detener un segundo. ¿Qué hace que a nosotros los chilenos nos atraigan tanto temas así, como también ocurrió con Chang o Beccacece? ¿Será sólo de morbo? Decidí llamar a un amigo sociólogo de iniciales GBG y le compré su tesis, que reza así: al chileno le gusta ver caer a los demás, sobre todo a los que tienen éxito. Llevado a frase sería algo como: “¡me gusta que caigan, por fin uno más!”.
Mi amigo me pone de ejemplo a Beccacece (Beccacece le digo yo. Para otros puede ser “argentino c…”, como dice Jorge Alis). A nuestros compatriotas se les olvidó de inmediato la campaña que hicimos con la selección en el Mundial de Brasil y en la Copa América 2015. Beccacece era el gran motivador, el amigo de los jugadores, el que le hacía la pega a Sampaoli. Pero bastaron 10 meses malos en la U para que la mayoría empezara a decir que este tal por cual nos vino a robar plata, que estaba estafando al club, que no sabe nada de fútbol. Es lo mismo que pasa ahora con Garay. Acapara toda la atención. ¿Cuántos ‘salud’ se habrán hecho en Chile por la salida de Beccacece de la U? Otro gurú que cayó del olimpo.
Ahora sigo con mi reflexión. ¿Qué papel cumplen los medios en esto? Yo creo que la película real la escriben los medios. Afirman: ”Famoso economista está con cáncer y se fue a tratar a Francia”. Como si todo fuera una ficción, una película o una teleserie. Pero no señores, este es un hecho real.
Es realmente impresionante cuando se cruza la realidad con lo que podría ser el mejor guión de película del mundo. “Le quiero informar a toda nuestra audiencia que el economista Rafael Garay se habría suicidado”. Eso nos dijeron en la TV, pero con otras palabras, señalando que se dejó una denuncia por “presunta desgracia”. No hubo medio de comunicación que no dijera “pucha, nuestro amigo de la casa, esperemos que estés bien Rafita”. La siguiente escena de la película fue con los mismos protagonistas (los medios), pero ahora diciendo “¡pero si esto es igual a lo de Chang!”.
Y esa misma tarde, Iván Núñez, amigote del protagonista, la rompe en las redes sociales con su video y le empieza a poner término al guión real. Y como les dije antes, este guión lo redacta desde la realidad más profunda el ex editor de Primer Plano. Ahora Rafa es casi peor que un asesino. De hecho, Núñez lo denunciará esta tarde por estafa. Espero de todo corazón, compatriotas, que el próximo párrafo no sea que se suicidó Rafita.
Vasco Moulian, académico UDD.