Costillar de Cerdo Picante

(Para la Jackie, Macaya, José Antonio Kast y un par de invitados por lado y lado)

2 kilos de costillar de cerdo

1 cucharada de merquén

1 cucharada de ají de color

1 cucharada de ajo molido

1 cucharada de orégano

2 cucharadas de vinagre de vino

Sal y pimienta

 

Entre cigarrillos y lagunas artificiales, nuevamente apareció rankeando el popular y mediático alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín. Digo cigarrillos por la polémica con el ex canciller del gobierno militar, Hernán Felipe Errazuriz, quien al ver amenazados sus puchos por la posible ordenanza que prohibirá fumar en los parques de la comuna, ardió como brasa y le sacó en cara hasta la abuela, pasando por las playas del Mapocho, los centros de esquí y los botones de pánico. Si hasta le dijo que era popular y poco efectivo. No seas tan malas pulgas Hernán Felipe, deberías saber a esta altura que el alcalde nació chicharra y morirá cantando.

 

Y qué me dicen de la frasecita que se mandó el Presidente Piñera en el lanzamiento del plan de desarrollo para la Región de Tarapacá en Iquique, en honor al principio de la minifalda: “Tiene que ser lo suficientemente larga para cubrir lo fundamental y lo suficientemente corta para mantener la atención”. Y cómo no, las reacciones del otro lado no tardaron, esta vez comandadas por la Karol Cariola, quien activó su twitter despotricando de lo lindo. Y aunque la ministra de la mujer, Isabel Pla, hizo una buena defensa de su jefe, se quedó corta… Es que fue demasiado bueno el dulce para la Chica Comunista. En todo caso, Presi, no le dé más golosinas a esta niña y ojo con las orejas, porque me tinca que le va a llegar un nuevo tirón por parte de su mujer.

 

Esta semana descubrimos que ciertos miembros del alto mando del Ejército se quedaban con un contundente saldo a favor para turistear. Todo, después de elegir las rutas más baratas para sus viajes de comisiones de servicio, pero no por austeridad, sino que para arrancarse con las sobras a paradisíacas playas de arena blanca con toalla y bronceador en mano. ¡Qué feo, señores! Eso no se hace y quedó claro que el Presidente no lo tolerará. Prueba de ello fue el anuncio de una reforma a todas las Fuerzas Armadas con el fin de aumentar el control a la probidad. Bien por eso, era hora de ordenar la tropa.

 

¿Aluciné o realmente escuché a la Jaqueline Van Rysselberghe cantando muy animada “El costillar es mío, me lo quieren quitar” en el tradicional restaurante Los Buenos Muchachos? Es que sentí su voz entonando esa canción popular que acompaña la típica danza alrededor de una botella y que consiste en encerrarla sin derribarla. El que la voltea se va para la casa. Puede que no esté tan equivocado, porque esta semana partió con la comida aniversario de la UDI, 35 años desde que un grupo de jóvenes gremialistas se unió alrededor del inspirador Jaime Guzmán; 35 años en los que ha pasado mucha agua bajo el puente y que hoy se enfrentan a una de las elecciones más importantes de su historia y su futuro. Por un lado, se la juega nuevamente la Jaqueline y, por el otro, un joven Javier Macaya quiere hacerle la pelea. El resultado es incierto, incluso hay quienes apuestan a que algunos díscolos van a tomar un camino distinto y tocarán puertas nuevas en otro lado. El Presidente fue a la fiesta y dijo clarito: “Tienen la oportunidad de renovar las ideas y el espíritu del partido”. ¿Habrá algo entre líneas en ese mensaje?

 

Como sigo oyendo la voz de la presidenta de la UDI en mi oreja, decidí dedicarle el plato de esta semana: un delicioso y crujiente costillar de cerdo picante en honor al sonsonete de mi oído. Se lo voy a preparar con cariño, candidata, para que pueda compartirlo con su contrincante y algunos de sus camaradas de partido.

 

Vamos a la cocina, invite a Macaya y a dos de sus boys. Aproveche de convidar también a José Antonio Kast y así tienen tiempo de copuchar sobre su amigo en común, Jair Bolsonaro.

 

En una fuente, partan por mezclar el merquén con el ají de color, el ajo molido y el orégano. Añadan luego el vinagre y unten el costillar con ellos. Déjenlo reposar por una hora y, mientras tanto, aprovechen de ponerse al día, porque evidentemente hablan re poco entre ustedes.

 

Que el grupo de Macaya cubra con papel aluminio la fuente donde cocinarán la carne, pongan luego el costillar sobre él y vuelvan a cubrir con papel aluminio. Lleven la fuente al horno a 200 grados por al menos 1 hora. Sáquenlo del fuego, retiren el papel de arriba y regrésenlo por 30 minutos más para que se dore.

 

Les recomiendo acompañar esta carne con un sabroso puré picante y una ensalada chilena. Sírvanse unas buenas copas de vino tinto y mientras disfrutan este plato, traten de explicarle a Macaya y su grupo por qué fueron a visitar a Bolsonaron y a qué se debió esa rosca que armaron en la esquina derecha de nuestro país.

 

@politicaycocina