Por la época en que uno de los referentes del expresionismo abstracto, Mark Rothko, extraía al color de la forma, y Andy Warhol debutaba con su obra Latas de Sopa Campbell, la escritora y periodista Joan Didion publicaba su primera nota en la revista Vogue: “La gente con amor propio exhibe cierta dureza, una suerte de osadía moral”, decía en el ensayo de un formato algo inusual para los contenidos habituales de ese medio gráfico, según cuenta ella misma en el documental que la retrata: “Joan Didion: el centro cede” (2017).

Dirigido por su sobrino Griffin Dunne, el filme recorre la vida y la obra de la escritora, una de las protagonistas de la corriente periodística que llegó a Estados Unidos en los años sesenta para romper disruptivamente con la forma tradicional de informar: el Nuevo Periodismo. Mientras que el pop art tomaba elementos de la cultura popular y los convertía en arte, los nuevos periodistas hacían literatura con la realidad o periodismo con la literatura. Aplicaban recursos narrativos propios de la ficción a los relatos informativos de la vida cotidiana, e incluían al narrador como personaje de la historia, dejando permear en el texto su subjetividad y punto de vista. “Mientras me leen, quiero que sepan exactamente quién soy, y dónde estoy, y qué pasa por mi cabeza. Quiero que entiendan exactamente lo que reciben”, decía un texto suyo que se lee en la película.

Estados Unidos atravesaba la guerra de Vietnam y en el país reinaba una contracultura marcada por el hippismo, la segunda ola del feminismo, el movimiento por los derechos civiles, entre otras cosas. Había drogas, psicodelia y rock & roll. Didion captó y escribió sobre la rareza de una época fragmentada en un país con avisos de quiebra, anuncios de subastas públicas, asesinatos, niños perdidos, casas abandonadas y drogas. Es interesante la escena en que el sobrino le pregunta cómo fue cuando le tocó reportar sobre una niña de cinco años que estaba en un cuarto drogándose. “Déjame decirte. Fue una oportunidad única (…). Uno vive para momentos como esos”.

El documental es cronológico e íntimo. Muestra por ejemplo, la imagen del primer cuaderno de Didion, un “Big 5 tablet” que le regaló su madre para que escriba sus pensamientos. Su primer texto allí fue sobre una mujer que pensaba que se estaba por morir congelada una noche en el Ártico para luego darse cuenta que estaba en el desierto del Sahara a punto de morirse por el calor. Rememora los tiempos en Vogue con Anna Wintour, cuando aún las editoras usaban guantes y sombreros. Fue esa misma época en la que, luego de trabajar todo el día en la revista, volvía a su casa y escribía fragmentos para su primera novela, “Run River”. Introduce a su ex marido, también periodista y escritor, John Gregory Dunne; su época en Honolulu y en Los Ángeles, en su casa de la calle Hollywood, cuando se juntaba con músicos como Janis Joplin, o escribía sobre Jim Morrison. Recorre también varios de sus textos, como uno de 1967 en el que escribió sobre Haight-Ashbury, los hippies y el desencanto de los jóvenes. Ella tomaba Coca Cola, usaba anteojos de sol y comía almendras saladas enlatadas.

Con sus escritos, Didion no solo habló de lo que pasaba en su época, sino que también fue una reportera de la condición humana; igual que Rothko, quien con sus conocidas manchas de colores rectangulares superpuestas en el lienzo representó emociones, tales como la tragedia o el éxtasis. En su caso, Didion lidió anticipadamente con la separación de su hija en su libro “Play as it lays”, porque según ella las novelas también son sobre cosas que crees que no podrás soportar. Reflexionó sobre la inevitabilidad de la muerte de un ser querido y la arrasadora conmoción y dolor que esto genera en “The year of magical thinking”, publicado tras el fallecimiento de su marido y su hija Quintana. Didion escribió sobre estos temas como mecanismo de adaptación, sin romantizar, informando como periodista y tomándose a sí misma como personaje y protagonista de una historia de dolor.

Con estas y otras historias avanza el filme, al ritmo de las preguntas de Dunne, las respuestas de Didion y la cadencia de sus manos expresivas. Por momentos se escucha a un narrador en off leyendo los textos inmersivos de esta escritora que supo desentrañar las contradicciones de su presente y emprender un viaje hacia el autoconocimiento a través de la escritura.

En Netflix.

Trailer aquí.