Lelio lo hace de nuevo. Vuelve a conectar como si nada con la sensibilidad femenina. Gloria Bell es mucho más que el remake de “nuestra” Gloria (2013, protagonizada y premiada por Paly García). Se ha convertido, como él mismo ha señalado, en un arquetipo, una historia universal que incluso sería necesario re-editar cada cierto tiempo para ver qué pasa con una mujer de mediana edad según avanza su auto determinación. Interesante.

Hablamos de la película Gloria Bell (2019, comedia dramática), dirigida y coescrita por Sebastián Lelio, producida por Juan de Dios Larraín (Fábula) y protagonizada, ni más ni menos, que por Julianne Moore (soberbia) y John Turturro (perfecto como “pastel”). Fue precisamente Moore –quien comparte agente con Lelio- quien se fascinó con el guión y quiso hacer el papel si él la dirigía. Bravo.

Sabido es que las comparaciones son odiosas, pero Gloria y Gloria Bell las resisten sin problema. “Es la misma melodía, pero con otra banda de rock”,  explicó Lelio en la avant premier de la cinta esta semana en Santiago.

Ambas están muy bien resueltas, son creíbles, emocionan y conectan perfecto con las mujeres sobre los 55, que deambulan con sus cuerpos cansados entre la rutina del trabajo, la soledad, una maternidad distante y un futuro nebuloso. Sin manipulación cebolla, sin dar lástima, ¡dignas!

Obviamente el contexto marca diferencias. No es lo mismo un barrio de Los Angeles, California, que Providencia; ni el Casino de Viña del Mar que el Ceasars Palace de Las Vegas. Y como las nanas no son parte de lo cotidiano como en Chile, ese rol en esta versión lo asume la madre de Gloria Bell. Humberto Tozzi es reemplazado por Laura Branighan y el Poema para una amiga que intentó quitarse la vida de Claudio Bertoni es incorporado a un libro sobre poesía latinoamericana.

El encanto de Julianne Moore nos entrega una protagonista quizás más suave, más cálida, más querible. Pero igual de potente y luchadora, que no está dispuesta a conformarse con cualquier cosa porque “nos podemos morir mañana”, así es que ¡a vivir!

El día del pre estreno en Santiago, antes de comenzar la proyección de la película, los hermanos Larraín tenían una sorpresa para Lelio: un saludo de Julianne alabando lo maravilloso que fue trabajar con el cineasta chileno.

Muy buena. Extraordinaria banda sonora ochentera. 102 min. En todos los cines. Todo espectador.

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