«Lo primero que hay que resolver es el miedo. Pensar, por parte de las personas, que aún no es oportuno volver a la normalidad. Este es un tema que hay que trabajarlo, ir reduciendo el susto. Tenemos que acostumbrarnos a convivir con el COVI-19 y tomar las precauciones correspondientes», explica en este podcast el Director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello Héctor Sanchez.
El experto dice que además, el segundo factor para poder iniciar una normalización es terminar con la desconfianza respecto de las causas que llevarían al término de esta etapa. «Las personas piensan que no son causas sanitarias, si no estrictamente económicas. Y ese es otro elemento que hay que sacar de arriba de la mesa (…) no hay que dejar que se plantee como una dicotomía. No es que la salud púbica se oponga a la economía ni al revés, aquí se tiene que tomar razones de ambas miradas, buscar un equilibrio».
Lo tercero, Sánchez afirma que falta de claridad por parte de la autoridad para informar sobre la progresividad de la vuelta a la normalidad. Además, dice que «falta acción política para poder volver a la normalidad, contar con actores relevantes, involucrar ahora más que nunca al consejo social Covid-19 y equipos técnicos para que la decisión sea consensuada, con argumentos técnicos para que la gente no se ponga en contra».
Respeto del cuándo volver a una «nueva normalidad», el Director del Instituto de Salud Pública de la UNAB sostiene que mientras no tengamos el peak de la enfermedad es difícil definir una fecha concreta: «el sentido común nos dice que tenemos que ver la magnitud del peak (…) eso lo vamos a saber en dos o tres semanas más».
Sánchez dice que estamos entrando en invierno y por lo tanto, llegan muchas otras infecciones y contagios que generan crisis sanitarias con una gran demanda de los servicios de salud. «Es necesario ver cómo se nos está viniendo el invierno y cómo se dan los contagios. Eso lo vamos a saber probablemente a mitad de mayo«, explica.
Además, sostiene que hay iniciar la normalidad en aquellos lugares donde no hay contagios, y que tienen una capacidad de respuesta suficiente para aceptar en un minuto un determinado un rebrote. «Porque no es pareja la distribución de las camas críticas en el país ni el nivel de ocupación (…) la decisión no puede ser masiva y uniforme para todo el país, hay que ir tomándola en función de características regionales, en función de las curvas epidemiológicas de esas regiones y de la capacidad de respuesta del sistema de salud».