Este pequeño país de tan solo un millón trescientos mil habitantes aproximadamente se encuentra ubicado al norte de Europa. Formó parte de la URSS y se independizó de esta última en 1991. Su capital es Tallin con una población de 444.563 habitantes. En el concierto internacional destaca por ser el país líder en el ranking de competitividad fiscal, ostenta igualmente el primer lugar en el mundo occidental en las pruebas PISA de matemática y ciencias y es el país número uno en startups per cápita.

Un Poco de Historia

A la fecha de su independencia en 1991 era un país pobre y su único activo relevante era el know how tecnológico, pues había sido la procesadora de datos de toda la URSS.

Luego de un pacto político y social para desarrollar al país en ese momento en ruinas, tomaron la decisión de bajar los impuestos y aprovechar este activo único, digitalizando al Estado, estableciendo una educación de calidad como pilar del desarrollo del país y una economía basada en libertad de emprender

Fue así como se estableció un país competitivo a nivel tributario, que se propuso eliminar la burocracia estatal, ser líder en calidad de educación y que junto una disciplina fiscal rigurosa sentó las bases para un crecimiento sólido y sostenido de su producto interno bruto.  En el año 2000, tanto Estonia como Chile tenían un similar PIB per cápita precios internacionales actuales, luego de más de 20 años Estonia cuadruplicó el PIB per cápita que tenía en el año 2000. Es así como en el año 2020 con un PIB per cápita de US$ 42.138 se acerca al PIB per cápita promedio de la OCDE de US$ 48.599 y Chile se encuentra estancado en US$ 28.684, Estonia incluso superó en su PIB per cápita a países que históricamente lo habían superado como España, Portugal.

El PIB per cápita de Estonia desde los años 90 creció por sobre el promedio de la OCDE, solo se interrumpió por la crisis financiera de 2008. A partir de ese punto de inflexión las medidas establecidas para introducir competitividad a su economía modernización y digitalización de su Estado, permitió retomar la senda de crecimiento por sobre la OCDE, incluso el liderazgo en digitalización de su economía permitió que la crisis financiera generada por el COVID fuera menor que el impacto en la OCDE. Chile por su parte de crecer a partir de 1990 por sobre la OCDE, a partir de 2014 la economía muestra un rendimiento menor a la OCDE y por debajo de Estonia

Luego de la caída del 14,4 % del PIB tras la crisis financiera del 2009, el gobierno de Estonia aplicó una fórmula de una bajada de impuestos -para desahogar al sector privado y a sus ciudadanos- y una política de austeridad gigante, es decir, redujo el gasto público como nunca antes en su historia. Saliendo de aproximadamente del 40 % de sus empleados públicos.

El presente documento analiza cuatro de los pilares del éxito de Estonia, un sistema tributario competitivo, liderazgo en la digitalización del Estado, una educación de calidad como pilar del desarrollo y la libertad de emprender como motor de una economía pujante

I.- Competitividad del sistema tributario estonio

Los principales componentes del sistema fiscal estonio existen desde principios de los años noventa. Después de que Estonia recuperara su independencia en 1991, el país necesitaba un sistema fiscal que fuera compatible tanto con la limitada experiencia del contribuyente que venía de la sociedad controlada por el comunismo soviético como con una administración fiscal eficaz.

Era esencial que el sistema fiscal apoyara el crecimiento económico y no lo impidiera. Por lo tanto, se desarrolló un sistema fiscal que hacía hincapié en los impuestos indirectos.

Para que el sistema fuera sencillo, transparente y fácil de utilizar, sólo se permitieron unas pocas excepciones y, al mismo tiempo, los tipos de impuestos se mantuvieron bastante bajos.

Para orientar el crecimiento optaron por gravar el consumo, el uso de recursos y la contaminación, en lugar de gravar los beneficios y la renta.

Kyle Pomerleau, de la Tax Foundation, ha dicho: «El sistema tributario estonio tiene un impuesto sobre la renta de las personas físicas y de las empresas totalmente integrado. Esto significa que los ingresos de las empresas se gravan una sola vez, ya sea a nivel de entidad o a nivel individual». Daniel Bunn presidente de Tax Foundation al referirse al complejo código tributario federal de EE.UU. indicó “otros países han demostrado que se pueden recaudar suficientes ingresos fiscales de una manera menos frustrante y más eficiente. Un ejemplo particularmente convincente es el sistema fiscal que se encuentra en Estonia, donde los impuestos son tan simples que generalmente se presentan en línea en unos cinco minutos. Estonia también encabeza nuestra clasificación anual de los sistemas fiscales más competitivos, en parte porque evita la doble imposición de los ingresos corporativos tanto a nivel de entidad como de accionistas”.

Las autoridades de la época pensaron en un en un sistema que, por un lado, impidiera la intromisión excesiva de la burocracia (típica de los esquemas con gravámenes complejos) y, por el otro, que premiara la iniciativa personal.

Simplificación del Sistema Tributario

El impuesto simple y orientado al crecimiento de Estonia sistema fue creado en 1994. Hay menos exenciones en el sistema fiscal estonio que en otros países y los ingresos sacrificados o exenciones tributarias son solo el 1% del PIB

En términos generales, podemos afirmar casi de manera unánime respecto de un sistema tributario, entre más simple, mejores resultados se obtienen en términos de competitividad fiscal. Si está bien estructurado es fácil de cumplir para los contribuyentes y puede promover el desarrollo económico al tiempo que recauda suficientes ingresos para financiar los programas de políticas públicas. Por el contrario, los sistemas fiscales mal estructurados pueden ser costosos, distorsionar la toma de decisiones económicas y perjudicar a las economías nacionales.

Muchos países han reconocido esto y han reformado sus normas tributarias, y Estonia no fue la excepción.

Las características del sistema tributario estonio en términos de neutralidad, eficiencia, simplicidad y transparencia permitieron en 2020 que por noveno año consecutivo, Estonia fuera reconocida por tener el mejor sistema tributario de la OCDE en términos de competitividad. Su máxima puntuación está impulsada por cuatro características positivas de su sistema fiscal.

En primer lugar, tiene un tipo impositivo del 20% sobre los ingresos de las empresas que sólo se aplica a los beneficios distribuidos.

En términos generales el impuesto corporativo solo se aplica a la sociedad cuando esta distribuye beneficios, utilidades, rendimientos a sus socios. Mientras ello no ocurre el Fisco estonio no recibe nada de la sociedad.

Lo anterior es muy parecido al antiguo Artículo 14 Bis de la LIR de nuestro sistema chileno. El 14D n°8 actual si bien tiene tasa cero a la empresa tributa en impuesto final por toda la renta atribuida, el sistema estonio sólo por el flujo del dividendo y ahí está su gran ventaja para el emprendimiento.

Así, los beneficios que entrega una sociedad a sus socios sólo se gravan cuando se distribuyen a los accionistas. Se trata de un sistema eficaz que permite a las empresas invertir y hacer crecer sus operaciones y contrataciones sin que esas decisiones se vean influidas por el impuesto de sociedades. El sistema estonio representa un enfoque de la imposición de los ingresos de las empresas que es neutral para las decisiones de inversión de éstas y favorece el crecimiento económico.

En consecuencia, según lo indicado, en Estonia el impuesto de sociedades no se recauda cuando se obtienen los beneficios, sino cuando se distribuyen. En 2021, el impuesto a la empresa es del 20%.

En virtud de la normativa vigente a partir del 1 de enero de 2018, una distribución de beneficios inferior o igual a la media de distribución de beneficios de los últimos tres años que haya tributado en Estonia estará sujeta a un impuesto sobre la renta del 14%.

Las empresas que distribuyen beneficios y pagan un 14% de impuesto sobre ellos están obligadas además a retener un 7% de impuesto sobre la renta sobre los dividendos pagados a personas físicas residentes y no residentes. Si hay tratadas para evitar la doble imposición en algunos de ellos se contemplan tipos de retención más bajos.

En segundo lugar, tiene un impuesto fijo del 20% sobre la renta individual que no se aplica a los ingresos por dividendos personales.

El contribuyente en este caso sólo paga impuestos cuando recibe rentas gravadas con impuestos. Exceptuando las rentas por dividendos. Es decir, cuando recibe dividendos o utilidades no paga impuesto alguno por ellos.

La renta imponible de las personas físicas está sujeta este impuesto general sobre la renta del 20% sobre sus ingresos. Otro punto interesante es cómo han estructurado el impuesto de la renta de los estonios. Se trata de un sistema proporcional y no progresivo con una tasa del 20% para todos.

Seguridad social

El empresario debe pagar las cotizaciones obligatorias a la seguridad social sobre los ingresos brutos del trabajo. No se ha establecido ningún límite máximo para las cotizaciones a la seguridad social. La obligación mínima de seguridad social por empleado y mes es de 192,72 euros.

Para los empleados que trabajan en Estonia, los tipos de cotización a la seguridad social y al seguro de desempleo son los siguientes:

-la tasa a cargo de los empleadores: 33,8% (33% de impuesto social + 0,8% de cotización al seguro de desempleo);

-la tasa que se cobra a los empleados: 1,6% (cotización al seguro de desempleo).

Las cotizaciones obligatorias a la pensión por capitalización (el llamado segundo pilar de pensiones) son retenidas en un 2% sobre el salario bruto de los residentes si el trabajador se ha afiliado al sistema de pensiones por capitalización. Esto último es obligatorio para un residente fiscal estonio nacido en 1983 o después.

En general, a partir de 2021 el sistema obligatorio de pensiones por capitalización se ha vuelto mucho más flexible. Los empleados tienen mucha más libertad para elegir si contribuyen al sistema o no. El estatus de cualquier empleado puede cambiar tres veces al año (en enero, mayo y septiembre). Para los empleadores esto significa la correspondiente obligación de investigar el estatus de sus empleados tres veces al año.

Un factor relevante de la neutralidad y eficiencia del sistema tributario es que su impuesto sobre la propiedad se aplica únicamente al valor de la tierra, y no al valor de los bienes inmuebles o del capital. Es decir, no aplica contribuciones por concepto de construcciones. Por último, otro factor de la competitividad fiscal del sistema tributario estonio es que tiene un sistema fiscal territorial, sistema fiscal que exime de impuestos nacionales al 100% de los beneficios extranjeros obtenidos por las empresas nacionales, con pocas restricciones.

Los ingresos fiscales incluyen los ingresos netos de todos los niveles de gobierno; las cifras de la tabla pueden no sumar el total indicado debido al redondeo.

1.       Incluye los impuestos sobre la renta no asignables ni a la renta personal ni a la de las empresas.

2.       El país con la cuota más alta es el 1º y el país con la cuota más baja es el 38º.

La parte de los impuestos laborales de Estonia es actualmente similar al nivel medio en la UE, pero impuestos al consumo, principalmente IVA e impuestos especiales, desempeñan un papel mucho más importante en el impuesto estonio estructura que lo hacen en promedio en Europa. Estonia destaca por su eficiencia en la recaudación de IVA respecto a otros países y las pérdidas por evasión fiscal, fraude fiscal y arbitraje fiscal son pequeñas.

II.- Digitalización del Estado en Estonia

El papel del Estado fue decisivo en el comienzo de la digitalización del mismo. Con Toomas Hendrik Ilves como Presidente, el país lanzó en 1996 el programa educacional Tiger Leap (“Tiigrihüpe” o “salto del tigre”), una iniciativa con tres pilares:

1.- Establecimiento de una red de computadores e internet,

2.- Capacitación básica a los profesores y

3.- Material de curso electrónico en estonio para instituciones de educación general.

En 1997, todo quedó institucionalizado por medio de la Fundación Tiger Leap, cuyo financiamiento provino del presupuesto del Ministerio de Educación. La inversión ascendió a US$ 10 millones de la época, durante los tres años de ejecución de la iniciativa (1997-2000), con un suplemento de un quinto de ese monto proveniente de la Unión Europea.

Los objetivos específicos y logros del Sistema de Información de Educación Estonia (EHIS, por sus siglas en inglés) se señalan a continuación:

1. Proporcionar a cada escuela del país computadores y acceso a internet. En 2001, ya todos los establecimientos educacionales del país contaban con computadores y acceso a la red.

2. Capacitar a los docentes sobre cómo usar los computadores en la escuela y en la enseñanza. El entrenamiento duraba 40 horas y en 1997 ya habían iniciado el programa unos 4.000 profesores, el cual ha mantenido su ejecución posterior con el sistema DigiTiger.

3. Desarrollar un software educativo que permita el aprendizaje digital. A inicios de los 2000, el portal SchoolLife daba acceso a materiales y recursos en línea. Fomentar las habilidades informáticas de los estudiantes. Actualmente, el 10% de los estudiantes siguen este campo, para lo cual existe la herramienta en línea.

4. Dar apoyo a las municipalidades en el desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación (TIC). Más de dos tercios del presupuesto se destinaron a la infraestructura de TIC. Es más, la Fundación Tiger Leap comprometió aportar a los gobiernos locales tanto dinero como ellos pusieran en estos programas.

Según VisualPolitk, en 2013 en Estonia se aprobó la nueva ley de servicios públicos que, por ejemplo, llevó adelante varias innovaciones para la contratación de nuevos funcionarios para el sector público. Por ejemplo, la descentralización de las contrataciones. Es decir, una pequeña administración, ligada al Estado, puede decidir qué personal necesita y cuál no. No el gobierno central.

De esta forma, Estonia busca la eficiencia absoluta de su Estado. Gastar lo necesario, ni más ni menos. El objetivo a largo plazo de Estonia es lograr que los empleados públicos no superen más del 12 % de la población activa.

En lo relativo a los impuestos en el año 2000 comenzaron los procesos de declaración de impuestos vía internet. Actualmente, según informa el Gobierno estonio en su plataforma e-estonia.com, el 98% de las declaraciones de renta se efectúa por internet.

En promedio, un contribuyente tarda tres minutos en terminar su trámite. Entre los servicios que la autoridad de impuestos (Estonian Tax and Customs Board) realiza y que se pueden ejecutar online están las declaraciones anuales de tributos a las empresas, cotizaciones del seguro de cesantía, cotizaciones para la pensión y devoluciones del IVA, entre otras.

En lo referente al voto, Estonia fue un precursor global del voto a distancia por medios electrónicos. Partió en 2005 y desde entonces el número de ciudadanos que ha participado con el voto por internet (llamado para estos efectos i-voting) sólo ha aumentado. En los comicios más recientes, de marzo de 2019, el 44% de los votos emitidos se efectuó a través de internet.

Actualmente, el 99% de los servicios del Estado en Estonia está en línea, dos de cada tres ciudadanos utilizan su tarjeta de identificación en forma frecuente y el 99% de las transacciones bancarias se efectúa online.

Asimismo, se han creado más de 1.000 startups y el país luce con orgullo sus cuatro empresas “unicornio” (aquellas cuya valorización supera los US$ 1.000 millones: Skype, Playtech, Transferwise y Bolt). Como bien lo describe Mari Roonemaa en un comentario en la Unesco, esta historia de éxito se resume en dos características: un esfuerzo cooperativo público-privado y una relación recíproca con los ciudadanos: “Las claves del éxito de la e-revolución de Estonia están en la cooperación y la reciprocidad. Gobiernos sucesivos han respaldado e-Estonia desde que fue lanzado a inicios de los 90. El sector privado, las instituciones académicas y los ciudadanos han todos cooperado para hacer de esta una iniciativa ganadora. Reciprocidad, porque el Estado ha conseguido la confianza de sus ciudadanos, quienes a su vez le han brindado al Estado un acceso completo a sus datos personales. Los estonios tienen un programa de identificación digital que es la envidia de los países más grandes”.

III.- Educación de calidad como pilar del desarrollo

Estonia, ha llegado a denominarse “la nueva Finlandia” convirtiéndose en un referente educativo a nivel mundial. En las últimas pruebas PISA, se consolidó como líder de Occidente, lo extraordinario es que su gasto público por alumno es menor al de muchos países OCDE, dando cuenta de un modelo educativo innovador inmerso en una estrategia país para ir avanzando hacia el desarrollo de su sociedad.

“La educación siempre fue una prioridad para los estonios sea cual sea el momento histórico. Por ejemplo, hace ya 150 años, la tasa de alfabetización de la población era del 94%. Los estonios siempre creímos que la educación abre nuevas posibilidades. Es una de las fuerzas impulsoras de nuestra sociedad. Somos verdaderamente una nación educativa”, dijo su ministra de Educación Mailis Reps en una entrevista que concedió a Infobae.

La educación de Estonia es obligatoria y totalmente gratuita con un claro foco a evitar la segregación por clase social dentro de las escuelas. El Estado se hace cargo del transporte escolar, del comedor, de los libros. Las escuelas privadas, que tienen muy pocos alumnos, también reciben subvención estatal.

Gasto público en Educación

Rendimiento matemático (PISA)

Rendimiento científico (PISA)

IV.- Libertad de emprender como motor de la economía

El puntaje de libertad económica de Estonia es de 80.0, lo que convierte a su economía en la 7ª más libre del mundo en el Índice 2022. Estonia ocupa el 4º lugar entre 45 países de la región de Europa, y su puntuación general está por encima de los promedios regionales y mundiales.

«La economía de Estonia lleva casi dos décadas fluctuando en la parte alta de la categoría de mayor libertad. El sólido crecimiento del PIB ha ido acompañado de un aumento del consumo privado y de la inversión», indica el informe que acompaña el índice de libertad económica.

A nivel del estado de derecho en Estonia los derechos de propiedad y los contratos son reconocidos, seguros y bien aplicados. Las expropiaciones de interés público están permitidas, y la compensación se basa en el valor de mercado. Los códigos comerciales se aplican de manera coherente. El poder judicial es independiente y está bien aislado de la influencia política. Existen mecanismos eficaces para investigar y castigar los abusos y los incidentes de corrupción oficial, que son aislados. En general, la corrupción no es una preocupación importante en el país.

A nivel del tamaño del gobierno donde la carga fiscal y el gasto público son dos factores relevantes, las tasas máximas de impuestos sobre la renta personal y corporativos son del 20%. Las ganancias no distribuidas no están gravadas. Otros impuestos incluyen los impuestos al valor agregado y los impuestos especiales. La carga fiscal general equivale al 33,1% del ingreso interno total.

Al considerar la eficiencia regulatoria, las empresas tienen un alto grado de libertad para operar sin la mano interferente del gobierno. Una tasa de natalidad negativa y el envejecimiento de la población afectan negativamente la oferta de mano de obra. Las leyes laborales están muy apiladas a favor de los empleados.

Finalmente, en el factor de libertad de mercados abiertos, Estonia como miembro de la UE, tiene 46 acuerdos comerciales preferenciales en vigor. En general, las políticas gubernamentales no interfieren significativamente con la inversión extranjera. El sector financiero moderno cuenta con un marco de supervisión eficiente.

Es así como Estonia aparece en el último ranking de libertad económica en el lugar 7.

Chile por su parte se encuentra 20 en el ranking de libertad económica, destacando su baja puntuación respecto a Estonia en derecho de propiedad, libertad de negocio, libertad de inversión y carga fiscal.

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