Una cifra récord de 2.660 casos de coronavirus se conoció ayer. El número más alto desde la llegada de la pandemia a Chile. El reporte entregado por el ministro de Salud, Jaime Mañalich, vino acompañado del anuncio de cuarentena en todo el Gran Santiago desde este viernes.

En entrevista a El Líbero, el ex presidente del Colegio Médico y hoy miembro de la Mesa Social Covid-19, Enrique Paris, profundiza sobre las cifras. «Impresionantemente altas», señala. Reitera la necesidad de respetar las medidas dictadas por el gobierno y cuestiona a quienes piden cuarentenas totales. «Hay que presentar planes. Es muy fácil pedir cuarentena total, ¿pero asociado a qué? ¿las autoridades locales que la piden van a entregar dinero a la gente? ¿Van a entregar una canasta de alimentos y le va a mandar medicamentos?».

-¿Cuál es la real implicancia en el sistema de salud de las nuevas cifras de contagios teniendo en cuenta que es un alza muy importante de casos positivos?

-Obviamente que es una cifra impresionantemente alta, muy preocupante porque esto significa que además en unos días más, el 15% de esos pacientes va a requerir de algún tipo de hospitalización y el 5% va a ingresar a la Unidad de Cuidados Intensivos. Esas son las cifras que normalmente se manejan. Eso va a significar una sobrecarga enorme al sistema de salud, no solamente público sino que también privado. Y las cifras indican que por lo menos en tres áreas de la Región Metropolitana las camas están con más del 90% de ocupación. Por lo tanto, tenemos que prepararnos para un escenario bastante difícil desde el punto de vista de los hospitalizados y probablemente transformar camas, retrotraer el tema del reinicio de las intervenciones. Y lo más probable es que vamos a tener que trasladar pacientes a regiones porque en regiones la ocupación de UCI afortunadamente ha bajado en forma bastante significativa.

-¿Los 2.660 nuevos casos conocidos ayer dan cuenta de una situación anterior a que se decretara cuarentena el viernes en la zona sur poniente de Santiago?

-En general hay un retraso del procesamiento que pueden ser de 48 horas. Hay un porcentaje importante que puede ser de dos días atrás. Si es fuera de Santiago, podría ser con más días, pero dentro de Santiago no. En Santiago el procesamiento es rápido. 

Asignarle toda la culpa al gobierno es lo que hace toda oposición. La culpa no es del gobierno, la culpa es del virus. Todos somos adultos y todos entendemos que es un virus que es capaz de producir gran daño».

-¿Podemos decir que estamos en el peak del virus?

-No, yo creo que todavía no se puede hablar de la expresión máxima de la circulación viral ya que esta va a seguir manteniéndose alta, a lo mejor no es de los 2.600. Hay una gran cantidad de pacientes que están contagiando y hay menos pacientes que están generando anticuerpos y esta capacidad se va a mantener y seguiría alta la circulación viral. 

-¿Esto implica la necesidad de contar con más ventiladores mecánicos, por ejemplo?

-No necesariamente porque tenemos una reserva importante de ventiladores mecánicos, lo que va a significar es, a lo mejor, redistribuirlos. Lo que pasa es que con los puros ventiladores no logras salvar a un paciente. Un ventilador mecánico tiene que estar instalado en una sala especial que tiene que tener oxígeno, aire, electricidad, monitores, un aparataje totalmente adicional para su buen funcionamiento. Equipos de respiración, especialistas, kinesiólogos. No es fácil transformar un hospital o una cama común de la noche a la mañana en una UCI. Es mejor aprovechar al máximo la capacidad instalada, quizás las unidades intermedios.

Espero que no haya colapso, que podamos hacer las transferencias o la buena distribución de camas y de los pacientes de forma ordenada».

-¿Usted considera que con estas cifras podemos llegar a un colapso sanitario a nivel nacional?

No creo que lleguemos a un colapso sanitario. Yo confío en el sistema público. La gente ha valorizado mucho la respuesta que ha tenido el sistema público, los funcionarios de salud están respondiendo de forma extraordinaria. Se ha producido una mística que hace años que no se veía. La gente por las encuestas que yo he visto ha dicho con mucho orgullo que ha vuelto a confiar en el sistema público de salud. Imagínense que las clínicas no tienen exámenes o están agotados sus exámenes de PCR y el sistema público sí los tiene. Espero que no haya colapso, que podamos hacer las transferencias o la buena distribución de camas y de los pacientes de forma ordenada.

-La oposición culpa al gobierno de que el aumento de los casos se deba al llamado a la nueva normalidad, ¿usted comparte esa crítica?

-Asignarle toda la culpa al gobierno es lo que hace toda oposición. La culpa no es del gobierno, la culpa es del virus. Puede que en parte la señal haya sido confusa, pero también hay falta de comprensión de la población por el cuadro. Todos somos adultos y todos entendemos que es un virus que es capaz de producir gran daño. El hecho de que haya gente enferma que salga a comprar, más bien habla de una falta de conciencia social. Lo que hay que hacer es educar, escuchar y empujar. En eso tenemos que concentrarnos.

-Ha habido una falta en la capacidad de hacer test en el sistema privado. ¿Las personas que se atienden en ese sector deberán hacerse el examen en el sistema público?

-El sistema público tiene tantos test que podría prestar al sistema privado, pero se han puesto condiciones. Los test probablemente en el sistema privado se han gastado porque la gente iba y pedía hacérselos como si tuviera la necesidad. El test hay que hacerlo cuando hayas estado en contacto con un alguien que ha dado positivo o si estás con síntomas. Pero hay mucha gente que a lo mejor se lo hace por miedo, que lo entiendo, porque quiere hacerlo, porque quiere asegurarse, pero esa no es una razón médica. Quizás cuantos exámenes negativos salieron en forma innecesaria. Pero insisto, si el paciente se siente mal, está enfermo, tuvo contacto con alguien positivo, en ese caso, tiene que hacerse el examen.

-¿Cómo deberían avanzar las cuarentenas dinámicas que ha decretado el gobierno?

-Hace pocos días atrás salió un artículo alabando mucho el sistema que había adoptado Chile de las cuarentenas progresivas o rotativas y dinámicas. Creo que ha estado bien, el problema es que la gente no cumple realmente con la cuarentena. Si no están en cuarentena salen de fiesta, igual salen de noche, no cumplen el toque de queda. Obviamente es muy difícil controlar la diseminación del virus. El gobierno debería volver a educar. Educar en el sentido de prevención. Volver al lavado de manos, uso de mascarillas, distanciamiento social. Esto es lo único que sirve. El que va a morir y el que está muriendo es el adulto mayor, el diabético, el hipertenso, el obeso. Esa es la cruda realidad y si la gente no entiende eso va a seguir esparciéndose el virus.

-¿El virus adquirió un carácter más agresivo?

-No es que se haya puesto más agresivo. Lo que pasa es que el virus tiene una capacidad de contagiosidad gigantesca. Mucho más alta que el coronavirus común y corriente. La letalidad en Chile todavía es baja afortunadamente, pero mata a la gente más necesitada, a la gente que tiene enfermedades crónicas, está matando también a los niños con enfermedades crónicas y eso la gente no lo toma en cuenta. Además, obviamente, mata a los adultos mayores.

-Hay parlamentarios de oposición y alcaldes que plantean que se decrete una cuarentena total absoluta. ¿Comparte esa mirada? ¿Qué consecuencias puede tener un cierre total?

-Hay ciudades y regiones que han reaccionado muy bien y que han bajado su tasa de contagio. Por qué va a entrar Osorno nuevamente en cuarentena si se portó bien y logró bajar su tasa de contagio. También hay que tomar en cuenta los determinantes sociales. Si tú llamas a una cuarentena total total ¿cómo va a comprar su comida la gente que vive de ganarse la plata el día a día? ¿Cómo va a ir a buscar su medicamento el adulto mayor? El llamado es a que piensen bien las cosas. Si ellos están dispuestos a legislar y entregar mucho dinero a los municipios para que entreguen canastas de alimentos, manden médicos y enfermeras a domicilio y entreguen los medicamentos a domicilio…  si un alcalde es capaz de hacer eso, obviamente que se puede hacer. Hay que presentar planes. Es muy fácil pedir cuarentena total, ¿pero asociado a qué? ¿Van a entregar dinero a la gente? ¿van a entregar una canasta de alimentos y le van a mandar medicamentos? Eso también tiene que responderlo.

-¿Al final ese tipo de peticiones usted cree que son de corte más bien populista?

-Yo he tratado de entender a los alcaldes y estando en la Mesa Social Covid-19 con ellos y con algunos de sus representantes, me he dado cuenta de que tienen razón en muchas cosas y que nos han hecho ver la realidad desde otro punto de vista. Como en todas las cosas hay alcaldes y alcaldes, hay algunos populistas. Pero la mayoría son gente bien intencionada que tiene un manejo muy fino de sus comunas. Incluso a veces saben antes de los pacientes enfermos y los ayudan. Eso es lo que queremos. Ayudar a la gente de la mejor forma posible para que no se siga diseminando el virus, porque esa persona que no tiene qué comer, que no tiene trabajo, que no tiene una tarjeta bancaria en la que pueda sacar la plata del cajero automático, tiene que salir a trabajar. Deben entender eso.

Es muy fácil pedir cuarentena total, ¿pero asociado a qué? ¿Van a entregar dinero a la gente? ¿van a entregar una canasta de alimentos y le van a mandar medicamentos? Eso también tiene que responderlo.

-¿Desde la Mesa han insistido en el aspecto comunicacional del gobierno?

-Hemos hecho llamados a la responsabilidad. Educar, enseñar, empujar todos juntos. Lo más importante es un llamado social que es educar. Respeten la cuarentena, respeten el toque de queda, respeten el uso de la mascarilla. Si está enfermo no salga a la calle porque va a contagiar a tres personas más y esas van a contagiar a tres más.