“Estamos en fechas límites para que el proceso pueda tener viabilidad, por lo tanto la decisión del Consejo de Rectores de realizar la prueba en estos días de enero es adecuada”, aseguró este marte el presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar, respecto a la decisión del Cruch de no volver a aplazar la rendición de la Prueba de Selección Universitaria (PSU) -que está programada para este lunes 6 y martes 7 de enero-, luego de que la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces) pidiera postergar nuevamente la PSU y aplicar un “método de emergencia” para el proceso de admisión 2020.

La respuesta del Cruch no causó la misma reacción en la organización secundaria, quienes anunciaron movilizaciones durante los días que se realice la prueba. Una decisión que da cuenta la postura «a la izquierda» de uno de los gremios que ha sido “más duros” desde el comienzo de la crisis que comenzó el 18 de octubre. De hecho, el vocero de la Aces, Víctor Chanfreau, señaló: “¿Los estudiantes secundarios que tienen compañeros de curso que ahora están en el Sename en este proceso represivo pretenden que también den la PSU? ¿Que los compañeros secundarios que tienen balines en el cuerpo también den la PSU?”.

Aunque esta no ha sido la única acción de la organización en la misma línea durante la crisis. El pasado 23 de diciembre luego de que se decretara la libertad condicional de Roberto Campos, acusado de realizar destrozos en la estación del Metro San Joaquín el 18 de octubre, a través de sus redes sociales la organización publicó el siguiente mensaje: “Ningún otro preso por luchar, enviamos un abrazo al profesor por el aguante y enviar siempre ánimo a la lucha. Así como por el profe hay que seguir luchando por los otros presos políticos desde el 18/10”. De hecho, los jóvenes durante el último tiempo han usado sus redes sociales para convocar a distintas manifestaciones y subir imágenes de las protestas (como la que ilustra este artículo).

Otra medida recurrente de los secundarios ha sido manifestarse en distintos centros comerciales del país desde el comienzo del estallido. Un ejemplo de esto ocurrió el pasado 3 de diciembre, cuando un grupo de estudiantes desplegó un lienzo en el Costanera Center con un mensaje contra»la élite económica».

La Aces ha sido una de las orgánicas que más han llamado a movilizaciones y protestas durante la crisis. Durante el llamado a huelga general del 26 de noviembre afirmaron en sus redes sociales que “el pueblo está siendo claro, no decaerá la lucha por la dignidad de las comunidades, la gente y los territorios”.

Días antes de dicha jornada de protesta, el sábado 16 de noviembre, la organización de estudiantes secundarios fue parte del grupo de manifestantes que en Plaza Italia funó a un grupo de dirigentes del Frente Amplio -en el que se encontraban la ex candidata presidencial Beatriz Sánchez y las diputadas Catalina Pérez (RD) y Claudia Mix (Comunes)-, que llegó al lugar para realizar un punto de prensa tras haber firmado el Acuerdo por la Paz Social y una nueva Constitución durante la madrugada del viernes.

Tras la firma del documento, la Aces criticó duramente a los partidos de oposición que se sumaron al acuerdo alcanzado con el oficialismo a quienes trataron de “cómplices” y “traidores”. “Los que firmaron el acuerdo ayer son responsables de lo que le pase a cualquier manifestante, prefirieron levantar las manos con los que mandan a matar, que estar del lado del pueblo”, afirmó la organización durante la noche del 15 de noviembre, considerado de manera transversal como un día histórico para la democracia.

A pesa de ello, la asamblea de secundarios fue bastante crítica de las negociaciones para alcanzar el acuerdo. Durante la tarde del jueves 14, cuando los dirigentes de los distintos partidos políticos se reunían en el ex Congreso en Santiago, la Aces afirmaba: “El pueblo no ha estado en la calle para esto”.

Días antes de que se sellara el acuerdo, el 8 de noviembre, la organización estudiantil dio a conocer su salida de la Mesa de Unidad Social -compuesta entre otras organizaciones por la CUT, el Colegio de Profesores, No más AFP y la Confech-, tras cuestionar la táctica de algunos partidos de centroizquierda de tener «un pie en el Congreso y otro en la calle».  “No podemos mantenernos en un espacio que no se declara ‘independiente de la política institucional’ como ocurre con Unidad social”, se lee en el comunicado con el que la Aces dio por finalizada su participación en la mesa, en donde además agregaban que “no estamos en un momento para asumir posiciones tibias ni vacilantes”.

Veinte años de tomas de partidos, campañas antielecciones y llamados a “acciones directas”

Fundada en el 2000, la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios se originó como una respuesta de los sectores más a la izquierda de los partidos de la Concertación y el Partido Comunista que, durante la década del ’90, revivieron la Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago (Feses). Los acusaban de repetir «las mismas prácticas de la política tradicional». Si durante esa década, la Aces fue protagonista del “Mochilazo” (2000) y de la “Revolución Pingüina” (2006), fue desde comienzo de los 2010 que la organización comenzó a realizar acciones más radicales.

Fue durante el movimiento estudiantil de 2011 que la asamblea de secundarios volvió a la palestra con un petitorio de tres ejes: Sistema nacional de educación estatal, gratuita, de excelencia y con control comunitario; Tarjeta Nacional Estudiantil (TNE) gratuita los 365 días del año, y reconstrucción de colegios, liceos y escuelas estatales sin privatización.

Un año después, en septiembre de 2012, la organización inició una campaña para boicotear las elecciones municipales. “Yo no presto el voto”, se llamó la iniciativa con la que los secundarios llamaban a la gente a no recurrir a las urnas. “Lo que se buscará en dicha ocasión es constituirse como una real alternativa fuera de la institucionalidad”, aseguró en ese entonces la vocera de la Aces, Eloísa González, quien además cuestionó a ex líderes estudiantiles que en esos comicios postulaban a cargos de representación popular en cupos de la Concertación. Dentro de esa campaña, los jóvenes incluso tomaron dependencias del Servel.

Durante 2013, la organización llamó a boicotear el Simce que los alumnos de segundo medio tenían que rendir -una acción que también llevaron a cabo en 2015-. La Aces para lograr este objetivo convocó a marchas para los días en que la prueba se iba a rendir. Finalmente siete colegios dieron parcialmente el test mientras que en otros tres ningún alumno se presentó a rendirla.

Ese mismo año, la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios realizó una nueva campaña en contra de elecciones, esta vez contra las Presidenciales y Parlamentarias. “Yo no voto por este sistema”, fue el nombre con el que la organización llamó nuevamente a no concurrir a las urnas. La primera acción de la iniciativa fue tomarse la sede del Partido Socialista, a mediados de agosto. La colectividad en ese entonces impulsaba la candidatura de la ex Presidenta Michelle Bachelet, a quien los estudiantes acusaban de no haber escuchado las demandas sociales durante su primer mandato.

No fue la única vez que la Aces actuó contra la ex Mandataria. El mismo día de la elección, miembros de la organización ocuparon el comando central de la Nueva Mayoría, algo que hicieron como “símbolo de lo que se viene este próximo periodo” y para mostrar su “posición de resistencia, de descontento y compromiso con el conjunto del movimiento social. No permitiremos que nuestras demandas sean traicionadas por quienes en el pasado nos reprimieron, persiguieron y desmantelaron nuestra organización”.

Aunque la ex Presidenta no fue el único blanco de los cuestionamientos. La ex vocera de la organización, Eloísa González, apuntó contra ex dirigentes estudiantiles como Giorgio Jackson, Camilla Vallejo y Karol Cariola que buscaban un cupo en el Congreso, a quienes acusó de iniciar campañas electorales fundamentadas en una intención política más que en la lucha por las demandas sociales.

Fue justamente la actual Alta Comisionada para los Derechos Humanos quien vivió una de las acciones más directas de la Aces. El 24 de mayo de 2016, un grupo de estudiantes secundarios -junto a algunos universitarios-, ingresaron a La Moneda simulando ser un grupo de turistas para manifestarse por las demandas estudiantiles, desplegando un lienzo en el que se leía “Notifíquese: Hoy comienza la ofensiva”. Tras la acción la organización publicó un comunicado en el que señalaban que “Hemos decidido notificar a la presidenta, en su propia casa para que no se entere por la prensa, que fracasaron y Chile se cansó de esperar”.

Durante los último años, entre 2016 y 2019, integrantes de la Aces han ocupado dependencias de SQM, la Fundación 2020, de la Unión Demócrata Independiente y de los ministerios de Defensa y de Salud.

Aunque su margen de acción no es solo a nivel nacional. “Como estudiantes apoyamos el gobierno legítimo de Venezuela, el gobierno de Nicolás Maduro y estamos en contra de este nuevo intento golpista impulsado por Juan Guaidó y financiado por Estados Unidos (…) Le mandamos el más revolucionario y afectuoso saludo a todo el pueblo venezolano, al gobierno también, sigan resistiendo”, afirmó el pasado 30 de abril el actual vocero de la Aces Víctor Chanfreau. El estudiante del Liceo Experimental Manuel de Salas, es nieto de Alfonso Chanfreau, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria que fue detenido y desaparecido 1974, y de Erika Hennings, viuda del mirista e integrante del Espacio de Memoria Londres 38. Ayelen Salgado, la otra vocera de la Aces estudia en el colegio Notredame de Peñalolén y en algunos de sus perfiles se lee que su abuelo fue un ejecutado político.