«No más violencia política. No más encapuchados. No permitamos que la violencia se tome los espacios educativos del país«. Este fue el mensaje que jóvenes de la Centro Derecha Universitaria (CDU) colgaron en el frontis de la casa central de la Universidad de Chile este lunes. Un llamado que se produce días después de las agresiones que sufrieron los estudiantes  Polette Vega, alumna de Trabajo Social y miembro de la CDU, y Crescente Varas, hijo de la diputada Cristina Girardi.

Ambos episodios ocurrieron en julio al interior del Campus Juan Gómez Millas y provocaron el rechazo de las autoridades de la Casa de Bello. De hecho, el rector Ennio Vivaldi afirmó a principios de mes que «estas formas de violencia son atentatorias contra la universidad y también contra el país y la democracia«. Los casos, incluso, escalaron hasta el Congreso en donde la comisión de Educación de la Cámara de Diputados citó tanto a Vivaldi como a la alumna de Trabajo Social y a la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), Emilia Schneider, para abordar los hechos de violencia.

Este fue el contexto en el que los estudiantes de centroderecha del plantel decidieron organizarse para realizar un acto simbólico en contra de los hechos que se han vivido durante el último tiempo en la universidad. «Surgió a raíz de las agresiones que sufrimos Crescente y yo, y como una forma de posicionarnos políticamente con un rechazo total y explícito a esas acciones, es por eso que quisimos hacer un lienzo en la Casa Central, que es un hito porque es la primera vez que como CDU colgamos algo ahí«, explica a El Líbero Polette Vega sobre las razones para realizar la intervención.

La alumna de Trabajo Social además añade que este era «el momento oportuno para hacerlo y tiene mucho que ver con la libertad de expresión, quisimos plasmar nuestra visión de los últimos acontecimientos de forma pública, explícita y tajante».

Una visión que es complementada por Sebastián Bustos, integrante de la CDU, quien explica: «Siempre hemos sido contrarios al discurso de que no hay que criminalizar a los encapuchados, siempre hemos sido críticos y dicho que no aportan al movimiento estudiantil de ninguna forma porque son grupos extremistas». De hecho, desde el movimiento explican que solicitaron los permisos correspondientes a la universidad para poder colgar el mensaje. Proceso que consistió en realizar una solicitud formal, firmada por estudiantes que estaban de acuerdo con la iniciativa.

Es este motivo el que llamó la atención cuando a la mañana siguiente, el martes 6 de agosto, los estudiantes de la CDU fueron informados que su lienzo había sido descolgado por desconocidos durante la noche del lunes.

De esta forma, el cartel que llamaba a terminar con la violencia y los encapuchados duró expuesto en el frontis de la Casa Central de la Universidad de Chile menos de 24 horas.

Información que fue confirmada por la misma U. de Chile al ser consultada por El Líbero. Desde rectoría señalan que fue el rector Ennio Vivaldi quien autorizó poner el cartel y que al día siguiente amaneció descolgado. Al respecto, la casa de estudios agregó que se está investigando quiénes fueron los responsables del hecho y que la vicerrectoría se comunicó con los estudiantes de la CDU para transmitirle su molestia.

De hecho, en un principio los jóvenes de la CDU pensaron que los mismos funcionarios habían descolgado el cartel por error, sin embargo todo comenzó a tomar sentido cuando vieron que una cuenta de Instagram (Contrainfo.jgm) subió imágenes de los hechos ocurridos durante la madrugada del lunes.

En dicho posteo, se lee «¡No pasarán!», en donde además de subir un video en el que se muestra el momento exacto en el que el lienzo es bajado manifiestan que «pasando por encima de cualquier instancia de discusión y organización estudiantil, la CDU en conjunto con el Rector, instalan en casa central un mensaje bastante superficial y contrario a las discusiones que actualmente se están dando en los espacios estudiantiles organizados, La centro derecha (…), afirmándose de estos asuntos mediáticos, instala un discurso como si este fuera el de la universidad y sus estudiantes. Qué acaso ¿esto no es verdadera violencia?«.

YouTube video

La publicación además sostiene que durante la noche del jueves «un grupo de estudiantes organizados, y no meros encapuchados, (…) descolgaron y rompieron el lienzo de la derecha, porque su postura no representa, porque su postura es la verdaderamente violenta, aunque se disfracen de víctimas«. Incluso, finalizaban el mensaje con el llamado: «¡Abajo la propaganda fascista!».

Esta cuenta se caracteriza por subir comunicados relativos a enfrentamientos con Carabineros, fotografías de barricadas y acciones contra Fuerzas Especiales. E incluso referirse a otros temas de la contingencia como el tratado de libre comercio TTP-11 o las medidas tomadas por el alcalde de Santiago para abordar las situación del Instituto Nacional. Sobre este último punto, a principios de julio subieron una imagen en la que se señala «se instalarán cámaras de seguridad en múltiples lugares del establecimiento para vigilar y averiguar quiénes son los responsables de los ‘actos de violencia'», con la imagen de la máxima autoridad comunal rodeada de llamas. Aunque no es el único perfil de este tipo, hay otro que se enfoca en las situaciones que suceden en la Universidad de las Ciencias de la Educación, también conocido como el Pedagógico y que es vecino del Campus JGM.

Aula Segura… ¿universitaria?

Este nuevo hecho de violencia para Polette Vega tiene «una lectura súper potente que es que un grupo de estudiantes se organiza para sacar, deshacerse y destruir un mensaje que llama a la no violencia«. La estudiante que fue agrededida por encapuchados en el Campus Juan Gómez Millas sentencia: «Lo encuentro sumamente violento«.

La misma semana que los estudiante de la U. de Chile hicieron el llamado a la no violencia, diputados del oficialismo ingresaron un proyecto de ley que busca «sancionar a los violentistas con la pérdida de los beneficios de gratuidad otorgados por el Estado, con el objeto de preservar el orden, la paz y la sana convivencia universitaria«. Texto legal al que han bautizado como «Aula Segura para universidades».

Una propuesta que tiene por objetivo modificar el inciso 1° del artículo 105 de la Ley de Educación Superior y poner como condición para optar a la gratuidad no haber «sido condenados por resolución firme y ejecutoriada por daños a la infraestructura, equipamiento docente y mobiliario del establecimiento, o por acciones de violencia hacia la comunidad, sus autoridades, alumnos y profesores, o atentados contra las fuerzas de orden y seguridad».

Al respecto Polette Vega, aclara que si bien no ha leído el proyecto cree que la solución pasa por «tomar medidas que aborden el problema de forma integral. En ese sentido se requiere soluciones para los casos consumados, pero también medidas que apunten a cambiar las condiciones estructurales que permiten que este tipo de actos de violencia tengan lugar dentro de las universidad». La estudiante agrega que «hay que trabajar para asegurar la libertad de expresión y pensamiento en las universidades y hacer formación en esas áreas, entre otras medidas de largo alcance«.

Mientras Sebastián Bustos apunta: «Debería ser castigada la institución más que los estudiantes, porque finalmente ellos son quienes siguen tolerando este tipo de situaciones».

Por el momento el gobierno ha descartado la idea. «Hoy los rectores de las universidades tienen todas las herramientas legales para asegurar la seguridad de sus estudiantes, no necesitan una nueva ley«, afirmó esta semana la ministra de Educación, Marcela Cubillos.