“Gran discurso del Presidente Piñera, tono unitario, visión de Estado. Marca una ruta que, respetando las diferencias, puede convocar ampliamente». Estas fueron las palabras que Mariana Aylwin escribió en su cuenta de Twitter tras la primera Cuenta Pública del Presidente Sebastián Piñera.

En conversación con «El Líbero«, la ex líder histórica de la DC analiza las medidas que el Mandatario anunció en su mensaje presidencial, habla sobre Progresismo con Progreso, el movimiento que ella lidera, y se refiere a los problemas internos de la colectividad donde militó.

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-Tras la Cuenta Pública, usted destacó el discurso del Presidente Piñera en su Twitter. ¿Qué aspectos le llamaron la atención?

-Me pareció que era un discurso con altura de miras, que se salió de la pequeña escaramuza que había caracterizado los discursos anteriores, especialmente durante el gobierno anterior, que eran muchas más confrontaciones. Sentí que había una convocatoria más abierta, que se desplazó hacia el centro, y que marcó una ruta. No estoy de acuerdo en todo lo que él dijo. Por ejemplo, la manera en que está abordando el tema de las migraciones, con eso de «ordenar la casa». Creo que tampoco se puede hacer una distinción entre los migrantes útiles y los migrantes pobres. Ahí tengo una diferencia. Pero, no obstante, siento que fue un tono de buscar acuerdos y buscar cómo podemos seguir avanzando como país, a esta transición hacia el desarrollo.

-La oposición fue crítica al discurso. ¿Usted hoy se siente más cerca al Presidente Piñera que a la ex Nueva Mayoría?

-La Nueva Mayoría dejó de existir. Hoy día, la oposición está en torno a defender el legado de la Presidente Bachelet, y de su grupo más cercano. Pero los partidos están completamente desarticulados. Es muy difícil sentirse identificada con esa postura. La mayoría de los chilenos no ve una oposición que tenga una identidad o claridad de qué es lo que quiere. Y defender el legado de la Presidenta Bachelet no basta para hacer oposición. El Presidente en ningún momento dijo «vamos a terminar con la gratuidad». Va a avanzar en los proyectos de ley que se aprobaron en el gobierno anterior y corregirá aquello que sea problemático. Pero no hay una vuelta atrás. Me parece que las críticas que el Presidente hizo al gobierno anterior son razonables. No fueron personalizadas ni odiosas.

Hoy día, la oposición está en torno a defender el legado de la Presidente Bachelet, y de su grupo más cercano. Pero los partidos están completamente desarticulados».

«(Con Soledad Alvear) Debiéramos intentar confluir en algún momento»

-¿Cómo van los avances del movimiento que usted lidera, “Progresismo con Progreso”?

-Vamos paso a paso. Es difícil la tarea que nos hemos propuesto, porque el centro político está muy desdibujado. La Nueva Mayoría le regaló el centro político a la centroderecha. Muchos comentaristas, políticos, han mostrado que el Presidente Piñera se apropió de la continuidad de la Concertación. Y los que, estando en la NM, defendíamos el legado de la Concertación, nos quedamos un poco sin bandera. Ahora, nosotros nos hemos propuesto el poder articular distintos grupos que hay en el mundo del centro e ir aportando alternativas hacia el futuro. Partimos por crear un centro de estudios, vamos a hacer seminarios, recorrer regiones. Y este esfuerzo debiera concluir, en un tiempo más, en poder presentar candidatos en las elecciones.

-¿A quiénes busca convocar para su movimiento? 

Hemos conversado con Ciudadanos, con la Federación Socialcristiana, con personas que fueron más cercanas al mundo del ex Presidente Ricardo Lagos. También con dirigentes políticos de la DC que no están en Progresismo con Progreso y que piensan formar otros movimientos.

-¿Ha tenido conversaciones con Soledad Alvear, quien también renunció a la DC?

-He tenido conversaciones con ella, y voy a seguir teniéndolas, pero no solo yo. Somos muchas personas y hemos conversado con distintos grupos que se han ido del partido.

-¿Y ha pensado en integrar juntas un movimiento, o nuevo referente?

-Debiéramos intentar confluir en algún momento.

-Usted ha tenido acercamiento con Andrés Velasco ¿cómo siguen esas conversaciones?

-Bueno, ahí Ciudadanos tiene un problema. Tienen elecciones en un tiempo más y habrá que ver qué pasará con ellos. Concordamos en muchas cosas con Andrés Velasco, pero también con Juan José Santa Cruz y con Sebastián Sichel que entró al gobierno, y ellos tienen una dificultad ahí. Me parece que una parte de Ciudadanos entró al gobierno, pero no a Chile Vamos, y mantienen una cierta independencia. Hay un tema que ellos tienen que resolver primero. Pero sí es importante que ellos tienen un instrumento, que es un partido, y armar un partido político no es fácil.

No veo que nuestro movimiento vaya a integrarse a una Federación Socialcristiana, que tiene su domicilio en la centro derecha».

-El 2 de junio usted participó en un seminario organizado por la Federación Socialcristiana. Se ha hablado de una cercanía con el senador de RN, Francisco Chahuán. ¿Qué tipos de conversaciones han tenido?

-El senador Francisco Chahuán es militante de RN, es miembro de Chile Vamos y quiere hacer una federación socialcristiana más amplia que su partido, pero es dentro de la centroderecha. Personalmente, y en el grupo en que nosotros hemos trabajado, nos sentimos más identificados con una posición de centroizquierda. El social cristianismo en Chile ha tenido muchas vertientes. La vertiente más fuerte fue la DC que se ha situado a la centro izquierda. No veo que el movimiento nuestro vaya a integrarse a una Federación Socialcristiana, que tiene su domicilio en la centro derecha. Sin embargo, veo que sí podemos conversar y hacer cosas juntos.

«La DC tiene un problema de convivencia interno demasiado grave»

-¿Cree que la DC está representando al centro político o está «más izquierdizada» luego de haber hecho gobierno con la Nueva Mayoría?

-La DC tiene dos problemas serios. Uno, que perdió su identidad, y que dentro del partido hay sectores que piensan muy distinto entre sí. Y un sector importante que predomina se ha izquierdizado. Ese es un problema, y por eso muchos de nosotros nos hemos ido, porque uno no se siente interpretada por la línea del partido. Por otra parte, tiene un problema de convivencia interna demasiado grave, porque hay una división ideológica, y las diferencias nunca se han resuelto. No veo cómo la DC va a superar sus problemas.

-Ahora que se eligió una nueva mesa, con Fuad Chahín a la cabeza. ¿Qué tipo de partido cree que se viene?

-Le deseo el mayor de los éxitos, pero mis expectativas sobre lo que viene en la DC son bajas. De hecho, uno puede ver, por ejemplo, lo que significó que dos destacadas personalidades de la DC, como Jorge Burgos y Jorge Correa, hayan decidido ser los abogados en la acusación constitucional contra el ministro de Salud del actual gobierno.

«Michelle Bachelet ha sido, en cierto sentido, un tapón respecto de nuevos liderazgos»

-¿Cuál es su opinión con respecto al legado del bacheletismo?

-Es una retórica equivocada para rearticular a la oposición, porque una oposición no puede ser oposición para defender un legado que ya está instalado en las leyes de la República. La oposición tiene que tener un rol mirando hacia el futuro, no hacia el pasado.

-¿Y qué rol cree que debe tener la ex Presidenta? ¿Quizá un Bachelet III, o un papel más articulador?

-Lo que pasa es que en ese mundo no hay líderes. Y los liderazgos están en el Frente Amplio. Michelle Bachelet ha sido, en cierto sentido, un tapón respecto de nuevos liderazgos, y eso se percibe. Entonces, cuando la oposición o los partidos de la Nueva Mayoría se rearticulan en torno a ella, creo que están dando un signo de debilidad respecto de sus propios liderazgos.

«Este Gobierno tiene mayor fuerza y claridad respecto a Venezuela»

-¿Cree que Chile está teniendo una postura más clara que años anteriores con respecto a Venezuela, por ejemplo, con el actuar del canciller Roberto Ampuero en la OEA?

-Sí, de todas maneras. Mucho más clara, porque el gobierno de la Nueva Mayoría tenía un problema, que era el veto del PC y de algunos sectores del Frente Amplio, que si bien no eran gobierno, la Presidenta se entendía muy bien o les tenía mucha simpatía. . Este Gobierno tiene mayor fuerza y claridad respecto a Venezuela, a Cuba, a Nicaragua, a los países que tienen dictaduras y donde se violan los derechos humanos.