La revista colombiana Semana reveló los archivos del tercer jefe del frente de Guerra Occidental del Ejército de Liberación Nacional (ELN), Andrés Felipe Vanegas Londoño, alias Uriel, quien fue abatido el 25 de octubre durante la operación Odín en la zona selvática del Chocó.

Las autoridades anunciaron que en el lugar se encontraron 3 radios base, siete computadores portátiles, 11 discos duros, 24 memorias USB, tres tabletas, 23 teléfonos celulares, equipos de GPS, cámaras fotográficas, rutas de escape, munición calibre 5.56 y su pasaporte personal, además de un arsenal de equipos informáticos donde se almacenaban 3,2 teras de información, que equivalen a 2 millones de archivos blindados. Estos fueron desencriptados por la inteligencia colombiana y la revista Semana tuvo acceso a ellos, los que revelaron que entre sus planes estaba atentar contra los hijos del expresidente Álvaro Uribe, secuestrar en Argentina e infiltrar protestas en Chile. 

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Según la revista, «la divulgación de las comunicaciones de alias Uriel pone al descubierto los alcances criminales del ELN en América Latina y Europa, sus planes para convencer a jóvenes de sus causas, sus contactos de alto nivel, sus intereses políticos, sus millonarios negocios y sus planes delincuenciales ejecutados milimétricamente».

Una de las carpetas encontradas entre los 2 millones de archivos de Uriel contiene información de alto valor sobre los intereses del ELN en Chile y Argentina. En el artículo de Semana titulado «Los explosivos archivos de los computadores de Uriel» se lee: «Uriel tenía un interés especial en seguir de cerca la protesta social en Chile, y mantenía comunicación permanente con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile y el Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Uriel le comparte al COCE -Comando Central- sus impresiones sobre lo que ocurre allí y lo que le dicen sus contactos en medio de la agitación que derivó en una reforma a la Constitución. ‘Es muy probable que la salida sea un nuevo pacto interburgués con la clase media, representada por los partidos de centro y del progresismo, además el PC como halador de bolas, que podría llegar incluso hasta la renuncia de Piñera si la rebelión nacional se extiende varios días más’, dice Uriel, quien se refiere al movimiento chileno como un movimiento continental».

Continúa el guerrillero: «Estamos justamente en una coyuntura histórica de nuestros pueblos continentales que se movilizan y se empoderan como sujetos sociales, y también histórica para el cambio que se avecina a gran velocidad. Que la Pachamama ilumine la marcha de nuestros pueblos”. Semana conoció que el Gobierno colombiano alertó en su momento al presidente Sebastián Piñera de la existencia del denominado Plan Hermes del ELN, por medio del cual buscan expandirse en el continente, tratando de infiltrar los colectivos pacíficos de agitación social. «El contacto entre la Casa de Nariño y el Palacio de la Moneda se dio en los días más convulsionados de las protestas que tuvieron lugar en Chile durante casi un año», escriben.

Hay antecedentes tanto del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, como del MIR convocando a mantener las protestas –que luego se tornaban en disturbios- en el país. Por ejemplo, durante el mes de marzo de 2020, cuando la fuerza de las convocatorias ya declinaba y distintas agrupaciones buscaban retornar a las calles.

Incluso el perfil de Facebook del FPMR da pistas sobre su relación con el ELN. El 16 de mayo publicaron un video del Ejército de Liberación Nacional (ELN) repartiendo comida en Colombia.

Luego de esto, desde su perfil comenzaron a hacer publicaciones que aluden al tema de la alimentación en Yungay, y tras las manifestaciones escribieron un comunicado en el que afirman: “El pueblo está pasando hambre y sale a las calles desesperado, este gobierno neoliberal no ha sido capaz de resolver los problemas y necesidades más urgentes”. Califican los planes y programas del gobierno como “migajas”.

En un comunicado señalan: “Hoy es el momento de salir a organizar, en pequeños núcleos de patriotas dispuestos a luchar con todas las fuerzas por una sociedad para todos y todas. En el camino iremos tejiendo las redes y uniéndonos unos(as) a otros(as) para cubrir esta larga y angosta faja de tierra que tanto necesita de ti. A los y las jóvenes llamamos a ocupar su puesto en los combates venideros, a organizarse y trabajar junto al pueblo en los territorios, apoyando las ollas comunes, sanitizar, adquisición de alimentos para organizar el apoyo a los más necesitados(as) y apertrecharnos para las futuras luchas”.

Los miristas también tenían la vista en reavivar las calles en marzo de 2020. Circula un video de uno de sus militantes declarando durante una manifestación que parece ser en la Plaza Baquedano. El hombre, con el rostro a medio cubrir, afirma: “Aquí estamos nuevamente apoyando al pueblo, con sus justas demandas: ya no queremos que se vaya Piñera, ahora queremos sacar de raíz el neoliberalismo que nos explota desde el año 73; pero sabemos que tenemos que elevar la lucha. Esto tiene que ser sacar a esta gente y a todos los secuaces que están con él por la fuerza, compañero. Eso significa todas las formas de lucha. Aumentar la lucha, ir a la lucha de clases directamente, pero la confrontación tiene que ser pareja por eso estamos preparando a nuestros jóvenes para la gran pelea que se nos viene, se nos viene mucha lucha. Sabemos que el costo va a ser grande, pero la felicidad para el pueblo chileno y la revolución va a ser más grande. Hasta la victoria siempre”.

Otro ejemplo del nexo de estas organizaciones con el llamado “estallido social”, surgió con el caso de Víctor Iturrieta, arrestado en diciembre con ácido sulfúrico en el Metro, tras provocar lesiones a tres pasajeras del Metro de Santiago, una vez que el potente químico que guardaba en su mochila comenzara a gotear. Su perfil podía pasar desapercibido, pero en las filas de la izquierda radical tiene su historial: este profesor de Historia y Ciencias Sociales pertenece al Partido Comunista Acción Proletaria y fue candidato a concejal (2016) y a diputado (2017) por Unión Patriótica, del ex candidato presidencial Eduardo Artés.

Su colectividad, el Partido Comunista-Acción Proletaria, concretó una alianza con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) para presentar una lista de candidaturas para la elección de miembros de la Convención Constituyente, en abril.

Secuestro en Argentina y contacto en Ecuador

Otro de los archivos que revela la revista Semana tienen relación con una organización de secuestro en Argentina. El artículo cuenta que Uriel habla de crímenes para poder financiarse y la «posibilidad de secuestrar a uno de los más altos ejecutivos de una multinacional de alimentos en Argentina», nombre que Semana no publica por razones de seguridad.

«Para ello, Uriel ofrece el envío de personal armado a territorio argentino para ejecutar labores de inteligencia y cometer el plagio. ‘Eso sí implica no solo una buena posibilidad económica, sino el impacto político’, le reporta Uriel al COCE», se lee en el reportaje.

La carpeta ecuatoriana habla sobre el interés del ELN en la campaña presidencial de Ecuador, cuyas elecciones son el 7 de febrero. Semana revela que Uriel le escribió a contactos del ELN en Ecuador sobre un aporte económico a alguna campaña.

«Quisiera me contaran del capital entregado al binomio para el señor de la mariposa del sur MS, después de la cumbre mundial de internacional progresista (…) Los comuneros nos informaron de una inversión de 80.000 USD entregados a ustedes en barbacoas», habría escrito Uriel.

Según Semana, los análisis de estos mensajes «arrojan que Uriel estaría hablando presuntamente de la campaña de Andrés Arauz Galarza, exministro del Gobierno de Rafael Correa y candidato presidencial en Ecuador por el movimiento Centro Democrático y la plataforma UNES (Unión por la Esperanza)».

«Las las siglas MS harían referencia al logo de este último partido, que es una mariposa de varios colores. Estos supuestos aportes económicos del ELN a políticos ecuatorianos no solo serían parte de una estrategia de expansión internacional, sino que se harían pensando en futuras retribuciones», dice el artículo colombiano.

En sus comunicaciones, Uriel habla de un «amigo del Cinturón» que, según las autoridades colombianas y como lo informa Semana, sería «el expresidente ecuatoriano Rafael Correa, quien estaba en el poder cuando se desarrollaron las conversaciones entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y el ELN en Quito».

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