La última polémica que protagonizó el gobierno frente a las forestales en medio de la peor emergencia de incendios que hemos vivido, muestra en toda su magnitud cómo el Presidente Boric vive en medio de dos mundos opuestos.

Un día se acerca a uno con declaraciones y acciones que sorprenden y que los más críticos catalogan de “volteretas” y al día siguiente, para calmar al otro sector, toma decisiones alejadas del sentido común que no hacen más que provocarle nuevos problemas.

Se ha visto en los últimos días con las medidas tomadas en torno a los incendios, que ya han cobrado la vida de 25 personas y destruido totalmente más de un millar de viviendas.

Inicialmente, el gobierno dejó de lado su ideología e incluso estuvo dispuesto a recibir en La Moneda a ex ministros y funcionarios del gobierno “de derecha” de Sebastián Piñera, del que fueron los más duros opositores. Al mismo tiempo, trabajaron en conjunto con los empresarios para hacer frente a la emergencia. Actitudes pragmáticas justificadas por el tenor de la crisis.

Pero algo pasó al interior de las filas oficialistas más de izquierda que el Presidente Boric primero, y sus ministros después, decidieron cambiar el discurso y buscar a un enemigo, esta vez entre las víctimas, respondiendo a su discurso identitario ambientalista y anti forestales.

Ante la pregunta de un periodista, el Mandatario lanzó las primeras acusaciones señalando que se necesita “una nueva regulación en materia forestal” para prevenir este tipo de catástrofes. Lo siguió en la misma línea la ministra del Trabajo, el subsecretario del Interior (que siempre se ha mostrado tan moderado) y extremó el punto el titular de Agricultura, al amenazar con un royalty para el sector.

Pero luego fue desautorizado por la ministra del Interior, que tuvo que volver a hablarle al mundo socialdemócrata, cuando las críticas del empresariado levantaron una polémica que incluso ponía en cuestión el desempeño del gobierno durante esta crisis. Además, con esta estrategia se alejaban de la opinión mayoritaria de la gente, mostrada en las encuestas.

Porque buscando responsables, lo cierto es que nuevamente ha faltado una mano firme para terminar con el terrorismo en la zona. En vez de mirar a los verdaderos causantes de la tragedia, que nadie duda a esta altura son grupos que actúan intencionadamente, sólo responden a la falta de seguridad que acecha a la Macrozona Sur hace más de 25 años.

Una escalada que ha ido en aumento y que ha terminado por normalizar los atentados en medio de casi total impunidad. En este contexto, los incendios son como la guinda de la torta de un problema ya instalado y que nadie ha enfrentado con la voluntad política necesaria.

Achacarle el problema a las forestales es como alimentar más este problema, al esconderlo bajo la alfombra buscando otros culpables.

No es primera vez que el Presidente Boric y su gobierno se meten en problemas por esta dualidad de mundos, que les impide avanzar en propuestas correctas y de sentido común para la gente.

Antes del plebiscito, por ejemplo, ocurrió con su decisión de intervenir en la campaña del Apruebo y en el anuncio del gobierno de terminar con las armas de todos los ciudadanos como medida estrella contra la delincuencia. Y más aún hace pocas semanas cuando Boric decidió indultar a 12 presos del 18 de octubre más un terrorista, mientras Carolina Tohá estaba por lograr la firma de acuerdos en la mesa de seguridad que había instalado con la oposición. Decisión que aguó las conversaciones.

Porque se ha visto cómo cada vez que el gobierno trata de avanzar un paso, las fuerzas que lo apoyaron en primera vuelta lo obligan a retroceder dos. Ya se están viendo fuertes críticas dentro de ese mundo por la “quitada de piso” realizada a Esteban Valenzuela en su anuncio de un royalty forestal. La alcaldesa de Santa Juana, la comuna más golpeada por los incendios, realizó duras declaraciones en contra de Tohá y de las forestales, por su supuesta responsabilidad en los incendios.

Habrá que ver en qué mundo se queda esta vez el gobierno. Pero está claro que si sigue moviéndose en esta dualidad, será muy poco lo que podrá avanzar en dar soluciones reales a los problemas del país.

*Verónica Munita es periodista.

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