Es encomiable el mero deseo de inaugurar una nueva categoría en el mundo de los licores y los destilados. Una industria siempre inquieta que se mueve de la mano del mercadeo que, en el fragor de constantes lanzamientos y novedades, no son necesariamente una promesa de calidad. Así, hemos visto curiosos imbunches en el mundo del whisky, que ha echado mano a saborizar sus categorías de inicio (lo estándar) y no son pocos los destilados que han buscado el camino masivo que propuso, en los albores de este siglo, el vodka.

Acá tenemos dos ejemplos que son una verdadera punta de lanza y, más que una apuesta de un marketing desesperado, son líquidos de calidad excepcional. Así, tenemos un cognac que borra con el codo las denominaciones de origen y se alinea con un brandy para generar una nueva categoría. Una “zona franca” entre los destilados de uva más prestigiosos del mundo. Esto es lo que propone Ysabel Regina, un coupage de Brandy Solera Gran Reserva y Cognac VSOP que se añeja por 12 meses en barricas que antes contuvieron vinos de la variedad Pedro Ximénez. Desde su empaque elegante busca encantar a consumidores menos ortodoxos y nuevos grupos etarios que se han marginado de su consumo simplemente porque estos dos destilados (Cognac- Brandy) tienen una carga demasiado tradicional. La propuesta de este nuevo destilado es una bisagra de tradición e innovación que nos deja un gran sabor de boca.

En el análisis organoléptico presenta a la vista un color ámbar con destellos dorados. Si se acerca a la copa, en nariz, comenzarán a asomarse notas de toffee, cacao, fruta deshidratada y la presencia de la barrica. En la boca, se revela un alcohol sedoso, donde manda el dulzor pero resisten también notas más sabrosas (ligeramente salinas). El final es elegante, deja una atmósfera cremosa en el paladar. Ideal beberlo solo, si lo prefiere con hielo, y un twist o tirabuzón de piel de naranja.

Por otro lado, la casa Jägermeister inaugura el nicho de los licores digestivos en formato súper premium con su Manifest de reciente lanzamiento en nuestro país. Mantiene algunos elementos de la receta original que incluye 56 componentes botánicos entre raíces, hierbas, frutos y semillas. Lo que incorpora esta versión de lujo es una quinta maceración con otros cuatro botánicos, entre los cuales se sincera vainilla y otras frutas deshidratadas. A diferencia del bitter original, esta versión presenta una maduración en barricas de roble americano con una madera bien presente. Se recomienda beberlo ligeramente congelado.

A la vista se ve más traslúcido que el original y va revelando en nariz notas de bosques de pino, algunos matices anisados y recuerdos emparentados con lo herbal. Al paladar, se expresa una nota de madera (proveniente de la barrica), caramelo, y la sutileza final de la vainilla. El final no es tan seco ni tan bitter, queda algo fresco en las paredes interiores de la boca, algo que recuerda a hierbas gastronómicas (tomillo, salvia, orégano y estragón). Como corolario de una cena, es un acompañante perfecto.

Ysabel Regina. Disponible en bares y restaurantes y tiendas especializadas. Precio de referencia: $54.900.

Jaegermeister Manifest. Disponible en tiendas CAV. Precio de referencia para su envase de 1 litro: $36.990.