Si bien se aducen problemas étnicos y el discurso habla de una “causa mapuche”, ese es sólo el buen espacio que encontró la extrema izquierda, profundamente ideologizada e influenciada por tendencias terroristas de corte internacional, para hacer su agosto. No hay que perderse ni un minuto en los motivos de lo que está pasando en el sur del país. Si bien hay personas de origen étnico mapuche involucradas en diversos atentados, no son más que simples soldados. Los ideólogos son otros.

Los principales cerebros en Chile están apoyados por un grupo de pseudo-intelectuales y académicos como José Bengoa, José Aylwin y varios miembros de la dichosa Comisión que es más conocida como la “mesa coja del obispo”, entre los que destacan el historiador Jorge Pinto y el alcalde Juan Carlos Reinao, de Renaico. Por supuesto que con el apoyo del jefe de la Iglesia Católica en La Araucanía y de un par de fundaciones que duele en el alma ver cómo se han entregado al indigenismo, sin  darse cuenta de que están siendo usados por una tendencia política a la cual en verdad poco le importan los pueblos originarios.

Sumemos a esta tragedia el papel que juegan las grandes empresas forestales, que han instaurado a lo largo de los años una política de pago de coimas (no tiene otro nombre) a cambio de paz, y que incluso compran la madera que las comunidades les roban, manteniendo el círculo de la delincuencia asociada a esos actos (y de paso ahorrándose impuestos y leyes sociales). Para más remate, en el último tiempo varios artistas, alcaldes y connotados políticos han enganchado con el discurso que aparenta defender a las minorías, algunos por ingenuos y desinformados, otros francamente por irresponsables.

Necesitamos una voz firme que no tiemble ante la inmensidad de la tarea de denunciar y defender al país de esta amenaza terrorista, que no se amilane ante la crítica de la masa tan manipulada y que no se venda por un  par de votos. Necesitamos un estadista que ponga a la Patria primero, y que corte de raíz el cáncer que está corroyendo al sur de Chile y que se llama terrorismo.

 

Gloria Naveillan Arriagada, secretaria ejecutiva A.G. de Productores Agrícolas de Victoria

 

FOTO: DAVID CORTES SEREY / AGENCIAUNO

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