“En nuestro recorrido por Chile hemos escuchado a los chilenos y sabemos que sus prioridades son el crecimiento económico, la creación de empleo, acceder a una atención de salud digna, mejorar la calidad de la educación y fortalecer la seguridad ciudadana. A eso apuntan estas 10 políticas públicas que estamos comprometiendo esta mañana, y que tienen como pilar fundamental la solidaridad”.

Con estas palabras durante la celebración del Día de la Solidaridad en agosto de 2017, el Presidente electo Sebastián Piñera, entonces candidato presidencial, afirmó su compromiso de incluir a la solidaridad como uno de los ejes fundamentales de su programa. En el mismo discurso adelantó diez “compromisos solidarios” a través de los cuales se llevaría a la acción el eje solidario de su gobierno. Entre las medidas se incluye un Plan Nacional para la Superación de la Pobreza, una Red Clase Media Protegida, decisiones en torno a educación, salud, pensiones y otras, como el Ministerio de la Familia y Desarrollo Social.

Pasado el tiempo, tras la victoria de Piñera y el anuncio de su próximo gabinete, ha llamado la atención el nombramiento como ministro de Desarrollo Social del ex canciller Alfredo Moreno. Dejando al margen las opiniones a favor o en contra de su perfil, no cabe duda que la movida hizo que la cartera haya adquirido mayor notoriedad en el debate público, más aún cuando se ha confirmado que Desarrollo Social pasará a formar parte del Comité Político del Presidente, con lo que se releva la posición a este ministerio de una forma que no habíamos visto antes. Como símbolo del próximo gobierno, la jugada es atrevida en cuanto innovadora, pero además porque es una señal muy clara de las intenciones de Piñera de darle protagonismo al desarrollo social en la gestión de gobierno y, a tono con sus palabras del año pasado, de que esa gestión estará marcada por la solidaridad.

Otro símbolo “solidario” importante estuvo en otros de los futuros miembros del equipo asesor de Piñera. Ya en noviembre de 2017 el columnista Pablo Ortúzar afirmaba, a propósito de la propuesta que debía ofrecer el nuevo gobierno: “Mauricio Rojas, de entre todos los asesores de Piñera, es, entonces, el más acertado”. Parece que el investigador del IES fue escuchado por el Presidente —o al menos por Cristián Larroulet—, pues ha trascendido que éste último estaría incorporando a Rojas al equipo del segundo piso de La Moneda, a cargo del área de Estrategia y Contenidos. Rojas no sólo escribió La historia se escribe hacia adelante, donde retrata el primer gobierno de Piñera, sino que ha delineado la necesidad de una propuesta que ha resumido en este mismo medio como de un “Estado solidario”: “Nuestra concepción de Estado del bienestar debe seguir siendo subsidiaria respecto de lo que pueda emprender la sociedad civil, que debe concitar el foco de nuestra atención. Nuestras intervenciones deben potenciarla, empoderando directamente a los ciudadanos y no al Estado ni a los políticos de turno. Esa es la opción de la solidaridad con libertad o, como la he llamado en otro contexto, del Estado solidario, que es diametralmente opuesto al Estado-patrón de la ideología socialista”. Parece evidente que la solidaridad será protagonista de los contenidos de la próxima administración.

Pero el éxito del gobierno y sus políticas solidarias pasará también por contar con apoyo en el Congreso. En esa arena, el nuevo Ejecutivo tendrá aliados en varios parlamentarios, pero particularmente salta a la vista el nombre de Diego Schalper. El abogado UC hizo un doctorado sobre Derechos Sociales en Alemania y también ha defendido con fuerza la idea de un Estado Solidario. “La solidaridad supone que el motor del desarrollo no está ni en los individuos aislados ni en el Estado, sino en las personas organizadas. Así, el tejido social compuesto por familias, barrios, asociaciones, clubes y otro tipo de organizaciones humanas es la base del progreso y la manera más eficaz de enfrentar los problemas públicos”, afirmó en una reciente columna y es de esperar que sus palabras se unirán al relato del gobierno y sus empeños en el Parlamento.

En suma, pareciera que el Presidente electo está estratégicamente alineando sus fichas para llevar, en las palabras y la acción, a la solidaridad como eje de su gobierno y relato. Habrá que ver si él mismo conecta de manera positiva con la ciudadanía —la que ha dado pruebas una y otra vez en la historia de su solidaridad en tiempos de dificultades (Teletón, terremotos, etc.)—, y si ese relato logra fijarse entre los chilenos como el “gobierno solidario” de Piñera.

 

Nicolás Ibieta Illanes, periodista (U. Diego Portales), master en Comunicación Política y Corporativa (U. de Navarra), magíster (c) en Gestión de Gobierno (U. Autónoma)

 

 

FOTO: FRANCISCO FLORES SEGUEL/AGENCIAUNO

 

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