Señor Director:
La pandemia trajo consigo la deserción escolar y la malnutrición y estas requieren atención inmediata de las autoridades educativas.
Días atrás, el Presidente Boric y el ministro Ávila, anunciaron un Plan de Reactivación de Aprendizajes con sentido país, haciendo un llamado a comunidades y actores educativos para enfrentar esta tragedia y recuperar las confianzas.
También hicieron un mea culpa sobre el rol del sector político que representan en la vuelta a clases, cuando eran oposición.
Todo bien hasta que sacamos la cuenta de que solo 10 días separan el inicio del año escolar de la adjudicación del programa de alimentación para el 20% de estudiantes beneficiarios, lo que pone en riesgo la calidad y seguridad alimentaria de sus beneficiarios, y de pasó pone en duda el real compromiso y capacidad de las autoridades en garantizar el servicio de alimentación en los tiempos que los estudiantes requieren.
Asimismo, la tardía gestión del proceso de licitación por parte de la Junaeb, permite cuestionar las capacidades de supervisión del Ministro de Educación a uno de los servicios públicos centrales dentro del sistema educativo, e incluso pone en riesgo de agravar, precisamente, los problemas de deserción escolar y obesidad.
Con todo esto, una vez más, el Gobierno da muestras de la divergencia entre su discurso y los hechos.
Felipe Serey, encargado territorial AR (Acción Republicana)