El martes pasado, momentos previos a ser conducido a Punta Peuco, el Brigadier (r) del Ejército Hernán Chacón Soto, un anciano de 86 años, decidió quitarse la vida para no terminar sus días en presidio.
¿Se puede calificar de cobardía un acto tan dramático como terminar voluntariamente con la vida? ¿Será posible pensar que alguien sin agobio alguno, estaría dispuesto a causarse la muerte motivado por sentimientos de cobardía? ¿Es justo pensar que a los 86 años, un oficial de nuestro Ejército, quien seguramente a sus 41 años estuvo dispuesto a dar su vida por la Patria en la crisis de 1978, era un cobarde?
Lo que señala la psiquiatría es que los pensamientos suicidas tienen diversas causas. Entre ellas, que una persona no puede afrontar los sentimientos que surgen cuando se está frente a una situación abrumadora, que lo hace creer que no hay esperanzas en el futuro y piensan que el suicidio es la solución, como quizás fue el caso del Brigadier Hernán Chacón. O talvez, la misma razón del propio Salvador Allende.
Dicho lo anterior, lo que dijo el Presidente Boric al comparar la muerte de Guillermo Teillier con la del Brigadier Hernán Chacón, fue tosco, irreverente; una afrenta indigna de un Presidente, del cual se presume que debe unir al país y no motivar la inquina, el odio, la polarización, sabiendo además en su caso, lo que una mente con problemas, confundida, puede causarle a una persona.
Cabe preguntarnos entonces, por qué calificó de cobarde al Brigadier Chacón. Pienso que es probable que al Presidente le habría gustado verlo tras las rejas, y el que no se concretara aquello le puede haber causado frustración porque en el contexto de la celebración del 11 de septiembre, le hubiera sido instrumentalmente favorable haberlo sabido preso. Pero también pienso que sus dichos expresaron lo que realmente siente y cree, sin importarle que se tratara de un anciano de 86 años, con un futuro muy limitado por su edad, que puso voluntariamente término a su vida para no verse obligado a morir de a poco.
Que distinta su actitud respecto del fallecimiento de Guillermo Teillier, a quien homenajeó por haber dedicado su vida, según él, a construir un país más justo, agradeciéndole su generosidad por abrirles camino, despidiéndose con un críptico “tomamos la posta”.
Parece que el Presidente olvida que su fallecido amigo no aceptó el camino democrático que asumió la Concertación para participar en el plebiscito del 5 de octubre de 1988 y optó por la vía armada para derribar al régimen militar, fracasando en su intento. Tampoco podríamos decir que asesinar al senador Jaime Guzmán por el FPMR en plena democracia fue un esfuerzo por construir un país más justo. Y el atentado al general Pinochet en 1986 en el que murieron cinco miembros de la escolta presidencial -del cual fue el autor intelectual y organizador- nunca tuvo consecuencias legales para él. Teillier no era un demócrata, por lo que cabe preguntarnos entonces, cual es la posta que tomó el Presidente.
Faltando ocho días para el 11 de septiembre, el gobierno tiene como prioridad volver a revivir el Chile bipolar, que tantos réditos le brindó a la izquierda durante muchos años, con un programa dedicado exclusivamente al tema del golpe de Estado y los DD.HH., en lugar de estar focalizado en resolver los principales problemas que requieren inmediata atención, como la gravísima crisis de la educación pública, el aumento del desempleo, la recesión y las listas de espera.
Cómo se pretende darles un futuro a los niños, si en la educación pública tenemos un nivel de inasistencia grave de 1,3 millones de escolares, habiendo aumentado después de mayo en 386 mil estudiantes, siendo los alumnos más vulnerables los más afectados. Si a esto le sumamos el irresponsable paro de los profesores y el estrepitoso fracaso del Ministerio de Educación en hacer volver a los niños a las aulas, el sistema educacional está en la UTI.
Por otra parte, las cifras económicas empeoran, con un incremento en el desempleo que alcanzó un 8,8% en el trimestre mayo-julio según el INE. La economía sigue estancada y así y todo, la principal preocupación del gobierno pasa por la conmemoración del 11 de septiembre, para reivindicar la figura de Salvador Allende.
El país necesita urgentemente mirar al futuro y no retroceder 50 años. Mientras no haya un cambio, seguiremos navegando sin rumbo, a la espera de que pase el tiempo, para volver a encontrar un camino que nos conduzca al desarrollo.