El insípido cambio ministerial que realizó el Presidente Boric de regreso de su viaje a Paraguay -que tuvo su origen en la salida de Giorgio Jackson del Gobierno- fue, en resumen, un castigo a RD y un premio al Partido Comunista, que ahora cuenta con tres ministros en lugar de dos como era hasta el miércoles pasado.

En lo sustancial, el ajuste ministerial no va a generar cambio alguno en la conducción política del país, pero en el nombramiento del Ministro de Educación sí que hay que detenerse a analizarlo, no sólo por ser el primer comunista en asumir tan importante ministerio, sino porque es una gran incógnita lo que pretende el Presidente en materia educacional. Hasta ahora, con el exministro Ávila, la educación iba en retroceso y no se conocían propuestas o planes de cambios ni del Ministro ni del Gobierno.

Pero ahora, dado que el ministro Cataldo es un disciplinado militante del PC, es importante saber qué piensa su colectividad. A propósito de los 50 años del 11-S, el PC declara lo siguiente, “defender el carácter transformador del proyecto, es defender la vigencia de sus ideas y propósitos. La UP es nuestra historia, nos da luz de un profundo sentido de futuro, de esperanza y de construcción de movimiento social y popular organizado”. Pero no sólo eso, sino que revindica la famosa ENU, cuando dice “pese al largo tiempo transcurrido, el conocimiento del proyecto de la Escuela Nacional Unificada se justifica plenamente, no sólo por la alta relevancia de la educación en toda sociedad, sino por tratarse de un proyecto emblemático de la historia de la educación chilena”.

Además, los antiguos tuits del ministro nos permiten ir conociéndolo. Uno relacionado a educación decía así: “El futuro de la educación depende de los nuevos líderes estudiantiles y de la protesta, no de las imposiciones del Mineduc”.

Visto lo anterior, son más dudas que certezas las que genera este nombramiento, por lo que habrá que esperar verlo en acción o alguna señal del Presidente para saber qué le espera a la Educación en nuestro país.

Y si bien el ajuste ministerial y el llamado a Chile Vamos a la Moneda logró distraer momentáneamente la atención sobre el escándalo de corrupción, debe retomar protagonismo pues la Fiscalía tiene 23 causas abiertas en 11 regiones del país, y las sumas consideradas superan los $32.000MM. Sólo en Los Lagos y La Araucanía se investigan $15.500MM y en Antofagasta y Bio Bío, $9.000MM. El resto se reparte entre Tarapacá, Arica y Parinacota, Aysén, Valparaíso, Atacama y Magallanes. Pero no es todo, pues aún hay investigaciones de otras entidades donde las sumas recibidas no están determinadas.

Para tener una referencia del alcance de este escándalo, creo interesante ponerlo en perspectiva. Cuando Chile rechazó ir como invitado de honor a la Feria del libro de Frankfurt lo hizo porque para participar se requería invertir entre € 5-10MM. Y hace unos días, Chile declinó la invitación de Israel de participar en una misión espacial a la luna llevando nuestra bandera y además para recibir y entrenar científicos chilenos en temas espaciales, porque se requería invertir originalmente US$15MM, que después terminaron siendo US$7.5MM.

Sumando las dos propuestas desechadas, la suma total de inversión que requería Chile para participar en ambas iniciativas era como máximo US$19MM. Pues bien, el Caso Convenios suma hasta ahora, con el cambio a Ch$866/USD, US$ 37MM, cuando por US$19MM Chile se excluyó de participar en la más importante vitrina cultural del libro en Alemania y de incorporarse a un proyecto que llevará a Israel a la luna, esgrimiendo problemas de presupuesto, dañando de paso nuestra imagen país.

Por último, la reunión con Chile Vamos en La Moneda concluyó sin acuerdos y fue calificada como durísima, pero franca, directa y necesaria. Chile Vamos le expresó al Presidente que defenderán los fondos previsionales, la libertad de elección en Salud y exigieron querellas en el Caso Convenios, arriba en comento. El Gobierno postergó la presentación de indicaciones.

En resumen, por el momento todo sigue igual. El Gobierno entrampado en el caso Convenios, las reformas están paradas, el cambio de gabinete no cambia nada y Chile continúa esperando.

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